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Jesús con esta parábola dibuja como dos perfiles de persona, que nos pueden
ser iluminadores para nosotros.
a) El motivado. Es
aquel que tiene claro lo que da sentido a la vida: trabajar para Dios, trabajar
para el prójimo. Es aquel que se mueve,
que supera dificultades, que se arriesga, que es creativo. “El que recibió
cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco”. “En
seguida”, ¡es un motivado!
b) El holgazán.
Podríamos decir que es todo lo contrario. El holgazán pone la excusa de que “tuve
miedo”. Y Jesús le dice que es un “negligente y holgazán”. “...el que recibió uno hizo un hoyo en la
tierra y escondió el dinero de su señor”. El holgazán no quiere
complicaciones, quiere las cosas fáciles, la rutina ya le está bien. No quiere
arriesgarse...
Hecha esta explicación, utilizo cuatro niveles para
entrar en comunión con la palabra de Jesús y con su persona, como de de vez en
cuando hago:
Nivel 1, ideas del Cristo: ¿qué dice Jesús? ¿Qué ideas me comunica? Dios te
ha dado unos dones, unos talentos. ¡No son tuyos!. “...los dejó encargados
de sus bienes”. Dios da.
Por tanto, no eres propietario, eres administrador. Trabaja y haz que den
fruto.
Son ideas determinantes para vivir nuestra vida cristiana. Os pongo deberes
para vuestro rato de oración: haced una lista de diez talentos, materiales e
inmateriales, que Dios os ha dado, y pensad cómo los estáis administrando.
Nivel 2, vida de Cristo, ¿cómo vive Jesús esto que nos comunica? ¿Lo vive o
no lo vive? Sí, Jesús lo vive. Jesús en el evangelio de Lucas dice: “Todo me
ha sido entregado por mi Padre” (Lc 10, 22). Él también se siente
administrador. Todos sus talentos puestos al servicio de la misión. Jesús se
mueve, se espabila, supera dificultades, se arriesga, es creativo. Hace cosas
que nunca se habían hecho, dice cosas que nunca se habían dicho. ¡¡Podemos
decir que Jesús era un gran motivado!!
Nos podemos preguntar: ¿Jesús nos querrá comunicar las gracias para vivir
lo mismo que Él? Parece que sí. ¡¡Pidámoslas!! Pidamos la gracia de ser buenos
administradores. ¡¡De ser unos motivados!!… (Deberes oración).
Nivel 3, sentimientos del Cristo. Este nivel es muy bonito, procuremos
entrar en el corazón de Cristo. Entonces escuchamos los latidos del corazón de
Jesús (Orígenes). ¿Qué sentimientos/deseos le llevan a manifestarse como lo ha
hecho? Yo detecto uno muy claro: el miedo. Sí, Jesús tiene miedo. ¡Miedo a que
malgastemos tantos, y tantos talentos como nos ha dado!
Jesús que conoce la psicología humana sabe de nuestra tendencia a la
rutina, a la inercia, a ser un poco holgazanes en lugar de unos motivados!
Fijaros que el tercer administrador empieza poniendo excusas: “Señor,
sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no
esparces, tuve miedo...”. ¡¡Casi nos convence!! ¡¡Excusas!! Jesús mismo le
dice: “Eres un empleado negligente y holgazán”. La capacidad humana de
encontrar excusas y autojustificaciones es infinita. ¿Qué excusas son las
nuestras? (más deberes para la oración).
En el corazón de Jesús también encontramos el deseo de estimularnos a
trabajar, a administrar bien. ¡Él es un
motivado! ¡Quiere motivarnos a nosotros! Preguntémonos ¿qué cosa concreta
podría hacer para ser/estar más motivado? (oración).
Pequeñas decisiones pueden marcar una gran diferencia. Si no lo intentas,
¿cómo sabrás cuál es tu límite?
Anécdota...: animé a los jóvenes a participar en un curso para catequistas,
sábado por la mañana, porque me parecía conveniente para su formación. Fueron
unos cuantos. Uno, que no fue, me dijo por WhatsApp: “entre dormir y formación, opto por dormir”. Cómo nos configuran
las pequeñas decisiones de cada día. Dormir o formación, pequeña decisión, pero
que configura una vida. Es curioso, cómo nos vamos haciendo cada día con
pequeñas decisiones.
Porque nos conoce, Jesús tiene miedo a que malgastemos tantos, y tantos
talentos como nos ha dado.
Nivel 4, dirijamos los sentimientos del Cristo hacia
nosotros. Hoy Jesús nos dirige estas palabras a nosotros porque tiene miedo que
tú y yo seamos un poco holgazanes, con una fe gastada, sin sangre, sin ganas de
arriesgarse, buscando sólo el cumplimiento de unos mínimos por tal de ir
haciendo... ¡Jesús tiene miedo que nos pase esto! Pienso que su miedo está
justificado: hay mucho talento latente, y aún poco patente.
¡¡Jesús quiere espolearnos!!
Algún día también a nosotros nos pedirán cuentas. ¿Nos
dirán “muy bien”? ¿Nos dirán “eres un empleado fiel y cumplidor”? ¿Nos
dirán “Lo que te había encomendado lo has administrado fielmente”?
(más deberes para la oración).
Acabo ya, que en esta eucaristía y en nuestra oración
personal, el Señor nos dé la gracia de ser unos motivados que ponen todos sus
talentos al servicio de la construcción del Reino, al servicio del hermano,
especialmente, el más necesitado.