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La primera lectura y las dos primeras
parábolas del evangelio de hoy nos hablan de un tema muy importante: tomar
decisiones...
En la primera lectura hemos visto cómo
Dios dice a Salomón: “Pídeme lo que quieras”. ¡¡Qué propuesta de
Dios..., y qué respuesta la de Salomón!! Podía pedir lo que quisiera y él
decide pedir “un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el
mal del bien”. ¡¡Esto es pedir
bien!! Tiene una tarea, gobernar el pueblo, se siente incapaz...= ¡pedir la
gracia! Aprendamos de este testimonio que hoy nos presenta la palabra.
En el evangelio hemos contemplado dos
parábolas, la del tesoro y la de la perla, que nos hablan también de tomar
decisiones, “venderlo todo”.
Nuestra vida está en nuestras manos, con
nuestras decisiones vamos construyendo nuestra vida. No somos seres terminados,
nos vamos haciendo con nuestras decisiones.
Todo esto nace de nuestra libertad,
tenemos libertad para hacernos de una manera o de otra. Somos lo que somos por
obra de nuestra libertad.
Al acabar los campamentos
de jóvenes, mosén Oriol y yo decidimos
escribir unas cartas a los jóvenes... llevamos cuatro, las hacemos llegar a los
padres y ellos las dejan en la cabecera de la cama. Son cartas que están
escritas “por Jesús”. La cuarta carta empezaba así: “Hola N, hace dos
semanas que estábamos en plenos campamentos. Sé que ha sido una gran
experiencia. Todos recibisteis y disteis mucho. Yo me busqué la vida para
conectar contigo. Ahora, pero, después de recibir tanto, te toca decidir, hacer
un paso adelante en tu vida de fe. ¿No crees? Pienso que ahora necesitas
avanzar un poco más en tu fe, para que yo esté aún más en el centro de tu vida.
Tu relación conmigo puede ser increíble, una presencia que te cambie la vida y
te dé la felicidad que tanto deseas. La vida es decidir…” Seguía la
carta dando unas pautas para tomar decisiones… ¡Decisiones para “venderlo todo
y comprar el campo!
El Reino de Dios es como un tesoro, como
una perla preciosa: si lo encuentras vendes todo lo que tienes y lo compras. Es
una decisión… ¡¡una opción vital!!
¿Qué es el tesoro escondido? ¿Qué es la
perla preciosa? Es Jesús. Jesús es el tesoro escondido, Jesús es la perla
preciosa. Si lo encuentras, lo vendes todo para conseguirlo.
Vemos como Jesús a través de estas
parábolas pide una decisión radical, una respuesta de totalidad para seguirlo.
Porque la pregunta que surge es: ¿qué
quiere decir venderlo todo? Respondo con el testimonio de Tatiana Goritcheva,
nacida en 1947, en Leningrado, URSS, conversa del ateísmo al cristianismo. Si alguien me pregunta qué significa para
mí el retorno a Dios, qué es lo que esta conversión ha hecho evidente y cómo ha
cambiado mi vida, puedo contestarle con toda sencillez y brevedad: lo significa
todo. Todo ha cambiado en mí y a mi alrededor. Y, por decirlo con más precisión
todavía: mi vida empezó sólo después de
haberme encontrado a Dios”.
Venderlo todo quiere decir “para mí Dios
lo es todo”.
Venderlo todo quiere decir entender que
nada vale tanto como Dios, como Jesucristo, como la fe, de aquí nace la actitud
de venderlo todo, para alcanzar el tesoro.
Venderlo todo quiere decir descubrir que
Jesús es el gran regalo de Dios, el tesoro..., la perla... En Jesús, Dios nos
lo está dando todo. Todo lo que necesitamos para ser plenamente felices. ¡¡En
Jesús está nuestra felicidad!!
Jesucristo no miente cuando promete para
los que le siguen el ciento por uno, ya aquí en la tierra. Ciento por uno =
diez mil por cien. ¡¡Jesús promete el diez mil por ciento!! ¡No hay negocio
parecido!
Y todo esto vivido con alegría... “Lleno
de alegría”... “dichosos vosotros...” (bienaventuranzas)...”os he dicho
todo esto para que participéis de mi alegría, y vuestra alegría sea completa”.
¡¡De todo esto tendría que surgir una
determinada determinación, una nueva decisión, de seguir Jesucristo más
radicalmente, apartando de nosotros la mediocridad, y vendiendo todo lo que
tengamos que vender para poder comprar el campo!! ¡¡Para poder poseer plenamente el campo!!
Que
estas decisiones que hemos de tomar nos ayuden a descubrir en Jesús el tesoro de nuestra
vida...