CAMINEO.INFO.-
Amo la liturgia. Es una fuente de vida,
de gracias. A mí la liturgia me emociona. No soy de ponerme a llorar
públicamente, pero la liturgia a mí me conmueve profundamente. Por lo que es,
por lo que significa. La liturgia nos conecta al corazón traspasado de Cristo
de donde mana la vida. La liturgia nos sumerge en aquel rio de agua que salía
del lado derecho del templo y que todo lo saneaba, y que tan bellamente
describió el profeta Ezequiel en el capítulo 47. La liturgia, bien vivida, es
vida.
De todas las fiestas litúrgicas, la que a
mí más me gusta, más me impresiona es la que hoy celebramos: Pentecostés. Explico el porqué, que nos puede
ayudar a profundizar el sentido de esta celebración...
Cuando celebramos la Navidad celebramos
que Jesús nació. Litúrgicamente haciendo
presente este acontecimiento tan bonito, tan entrañable y que tantas cosas nos
ilumina, pero podríamos decir que es un acontecimiento referido a Jesús.
Nosotros contemplamos el misterio,
miramos de participar, de hacerlo nuestro... pero, el acontecimiento está
referido a Jesucristo.
En cuanto a la Semana Santa celebramos la
pasión y muerte del Señor, litúrgicamente haciendo presente este acontecimiento
que tanto dice a nuestra vida, pero, lo que decíamos antes, es un
acontecimiento referido a Jesucristo.
Lo mismo podemos decir del domingo de
resurrección, nosotros miraremos de participar, de hacer nuestra la
resurrección, de entenderla un poco más, pero es un acontecimiento referido a
Jesucristo.
En cambio en Pentecostés pasa una cosa
totalmente diferente. Somos nosotros el objeto de Pentecostés. En los otros
casos el acontecimiento que hacemos presente está referido a Jesús. En
Pentecostés el acontecimiento que hacemos presente no está referido a Jesucristo,
sino a nosotros.
Hace dos mil años en Pentecostés, los
discípulos de Jesús reciben el Espíritu Santo. Hoy, al celebrar Pentecostés lo recibís vosotros. ¡¡Es una
fiesta impresionante!! Aquello que pasó
hace dos mil años, vuelve a hacerse presente litúrgicamente, y nosotros
como los discípulos recibimos el Espíritu Santo. ¡¡Brutal!!
La liturgia nunca es pasado, siempre es
presente. Por esto ,”el hoy” de la liturgia es fundamental. En el prefacio
aparece este “hoy”. En las fiestas importantes siempre aparece este “hoy”.
Con este sentido se expresa la oración
colecta de hoy: “Derrama los dones de tu Espíritu sobre todos los confines
de la tierra y realiza ahora también, en el corazón de tus fieles, aquellas
maravillas que te dignaste hacer en los comienzos de la predicación evangélica”.
Se vuelve a repetir encima nuestro aquello que pasó en la primería...
Entender qué es la liturgia nos tendría
que ayudar a vivir mucho más intensamente nuestras celebraciones.
Vayamos avanzando... ¿¿Y qué hace el Espíritu
Santo en nosotros?? ¿Y cómo sabemos que lo vamos recibiendo? ¿Cómo se
manifiesta en nuestra vida?... Miro de explicarlo con los móviles...
Éste es mi segundo móvil. El primero no
lo he encontrado. Como veis con este móvil podía hacer pocas cosas: llamar,
recibir llamadas, enviar sms (que me los cobraban) y hacer unas fotos
patéticas.
Después vino éste... tiene todo lo que tenía el otro, más
whatsapp, las fotos eran buenas, y tenía alguna aplicación que era
útil...
Y éste es el que tengo ahora: todo lo que
tenía antes más vídeollamadas, un montón de aplicaciones para las coses más
variadas, puedo viajar por toda la red, me hace de GPS, de radio, de linterna,
escuchar música, etc... etc... (menos hacer misa lo hace casi todo) J
Con el Espíritu Santo pasa una cosa muy
parecida... Si tenemos vida espiritual, si invocamos el Espíritu Santo, si
esperamos su acción en nuestras vidas, entonces, tenemos cargada en nosotros la
última versión del Espíritu Santo, que nos permite hacer un montón de cosas...
(último móvil)
¡¡Y ser cristiano es una pasada!! ¡¡Nada
se le puede comparar!!
Pero si el Espíritu Santo es un
desconocido, no lo invocamos, no esperamos su acción..., entonces estamos con una versión antigua del
Espíritu Santo, que nos permite hacer muy poquitas cosas. Y nuestra vida
cristiana está ancorada en el pasado, no evoluciona, no nos llena, está bajo
mínimos.
Después hay los que ni tienen móvil... De
estos hoy en día tenemos muchos... Les hemos de explicar qué es magnífico esto
de tener móvil, que es magnífico esto de tener el Espíritu de Dios en nosotros,
que nos guía, y nos hace hacer cosas que sin él ¡serían imposibles!
¿Qué versión del Espíritu Santo tenemos
cargada en nuestros corazones? ¿La que
venía de serie? ¿O lo hemos ido actualizando?
Pidamos al Espíritu Santo que descienda
encima nuestro y se actualice en nosotros...