Viernes Santo: “No he perdido a ninguno de los que me diste”.Fri, 10 Apr 2020 11:01:00
CAMINEO.INFO.-
ISAÍAS 52, 13-53, 12 SALMO 30 HEBREOS 4, 14-16; 5, 7-9 JUAN 18, 1-19,42
Hoy contemplamos como
Jesucristo se ha dado totalmente, con abundancia, hasta el extremo, por
eso Cristo en la cruz dirá “todo se ha consumado”, que quiere decir:
“todo se ha cumplido”, “todo lo que ha podido hacer lo ha hecho”, “no le
queda nada para dar”, “se ha vaciado del todo”. El Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo han quedado extenuados dando su amor.
Todo esto
es muy bonito, pero enseguida nos damos cuenta que si somos seguidores
de Jesús, sus discípulos, sus amigos íntimos, no nos podemos quedar en
un mirarlo a Él crucificado y ya está.
Ante Cristo crucificado,
surge una pregunta, o mejor dicho, tendría que surgir una pregunta: ¿Y
yo qué? ¿Y yo qué estoy haciendo? Cuando lo miro a Él, después “toca”
mirarme a mí, de manera que nuestra vida se vaya configurando a la suya,
que nuestra vida vaya cogiendo el estilo de la suya.
Desde la
cruz se nos pregunta: ¿Y tú cómo amas? ¿Y tú cómo perdonas? ¿Y tú cómo
te das a los demás? ¿Y tú cómo te niegas? ¿Y tú cómo piensas realizarte
como persona? ¿Y tú dónde buscas la felicidad?
Mirarlo a Él
crucificado y después mirarnos a nosotros. Y descubriremos que hay
distancia, ¡no pasa nada! ¡No nos entristezcamos! Pero, conscientes de
la distancia y de que a más distancia menos felicidad, apresurémonos a
pedir las gracias para que nuestra vida se vaya configurando a la suya.
Pienso
que un problema que tenemos, a veces, es que esperamos poco de Dios,
creemos que Dios actúa poco, que nos transforma poco, y ¡no es así!
Lo
que Jesucristo nos quiere dar es tan grande, tan sublime, que valía la
pena (sufrir todo lo que hoy hemos visto que ha sufrido y) dejarse matar
siendo Hijo de Dios.
Jesucristo no ha muerto para darnos cuatro
consejitos (sed buenos, no matéis, no robéis, no adulteréis,…) y ya
está. Esto ya estaba en la Ley que Dios dio a Moisés.
Jesús ha
venido y ha muerto para darnos una nueva vida. La vida de hijos de Dios,
por la efusión del Espíritu Santo, llamados a la santidad, a la
perfección en el amor.
¿Somos conscientes de lo mucho que el
Señor nos quiere comunicar, de lo mucho que nos quiere transformar, del
mucho bien que quiere hacer a través nuestro?
Si Cristo no
ha tenido regateo en dar su vida, cómo va a tenerlo en comunicarnos sus
dones, sus gracias, sus virtudes, su Espíritu…
|