CAMINEO.INFO.- ¿La ley de Dios, los diez
mandamientos, nos quitan libertad? ¿Las exhortaciones de Jesús están
restringiendo nuestra libertad?… Todos queremos ser libres, muy libres, es un
anhelo que todo hombre lleva en su interior, y parece que las leyes nos lo
impiden, nos cortan las alas, son un obstáculo para nuestra libertad.
En el caso de la “ley” que
viene de Dios (diez mandamientos) y las exhortaciones de Jesús, no es así, sino
todo lo contrario. Porque la Ley que viene de Dios no es una ley que viene de
fuera de nosotros y se nos impone, sino que es una “ley” que está inscrita
en nuestros corazones, en nuestra
naturaleza humana.
Por tanto, es un Ley que
explícita, verbaliza, una manera de ser nuestra. Verbaliza aquello que nos hace
bien, y aquello que nos hace daño. Y de esta manera la ley nos ilumina, nos
guía, nos orienta por el camino de nuestro bien. Podríamos decir que son como
los indicadores para vivir la vida plenamente.
Un ejemplo para entender esta
idea: Matar no es malo porque lo diga la ley, sino como que es malo para
nosotros, como que es un acto que va en contra de nuestra naturaleza humana, la ley lo
prohíbe... Es muy diferente.
Lo mismo con el adulterio, no
es malo porque lo diga la ley, sino porque es malo para nosotros, porque va en
contra de nuestra naturaleza humana, la ley lo prohíbe.
Por esto decía que la Ley que
viene de Dios no es una Ley que viene de fuera de nosotros y se nos impone,
sino que es una “ley” que está inscrita en nuestros corazones, en nuestra
naturaleza humana.
Esto nos lleva a hacer una
afirmación que la gente no puede
entender: La ley nos hace libres. Porque la ley me permite andar por el camino
del bien. No es una cosa que se impone desde fuera, sino que manifiesta mi manera de ser.
¿Qué piensa el mundo?
. La ley es
limitadora de la libertad.
. Hacer lo que
quiero en cada momento es lo que me hará feliz.
Ayer viernes, con veinte
padres de la kt-kolla fuimos a Montornés a una sesión formativa sobre la
dimensión afectiva y sexual. Los ponentes preguntaban ¿Cómo entienden la
libertad? (¡¡en la comprensión de la libertad nos lo jugamos todo!!) Ellos
decían: “Poder escoger aquello que nos
haga felices”. Buena definición... La libertad no es un absoluto en sí
misma… ”ser libre es poder escoger lo que
quiera y cuando quiera”. ¡No! Esta libertad absoluta se puede girar en
contra del hombre: escojo cosas que me perjudican. Una libertad verdaderamente
humana será aquella que me lleve a escoger aquello que me haga feliz. Si no, no
soy libre.
De entender mal la idea de
libertad viene el gran batacazo... Dios perdona siempre, los hombres a
veces, nuestra naturaleza nunca... Todo
lo que hacemos en contra de ella nos pasa factura...
Hay quien no quiere estar
sometido a ninguna ley, pero los diez mandamientos es una ley que llevan en su
interior, si no la viven se hacen daño...
La primera lectura hablando
de los mandamientos decía: “Ante ti están puestos fuego y agua: echa mano a
lo que quieras; delante del hombre están muerte y vida: le darán lo que él
escoja”.
Es como si una lavadora de
ropa, no quiere seguir su ley (el libro de instrucciones) y quisiera funcionar
como si fuera un lavavajillas, se estropeará en dos días... Los diez
mandamientos son como nuestro manual de instrucciones para funcionar bien... O los
vivimos o nos estropeamos...
Es una pena, pero muchos
cristianos aún hoy no entienden que los
diez mandamientos son una fuente de libertad y un camino para hacer el bien...
Y no una limitación a su libertad...
Nos hace falta conocer mejor
los diez mandamientos, meditarlos, amarlos y vivirlos plenamente... El
catecismo los desarrolla muy bellamente. Jesús nos viene a decir en el
evangelio que los vivimos plenamente cuando los cumplimos amando a Dios y al
prójimo.
¿La ley de Dios, los diez
mandamientos, nos quitan libertad? ¿Las exhortaciones de Jesús están
restringiendo nuestra libertad? No. Sino que llevan a plenitud nuestra
libertad.