CAMINEO.INFO.-
DEUTERONOMIO 8, 2-3. 14b-16a
Salmo 147, 12-13. 14-15. 19-20
CORINTIOS 10, 16-17
JUAN 6, 51-58
Si abrimos la tele y vemos un anuncio de un alimento
que da la vida eterna
que te permite vivir siempre
que te permite resucitar
que hace la vida más autentica
y que hace que Dios esté en ti.
dudaríamos de que este
alimento existiera, pensaríamos: se han pasado con la publicidad del producto...
Pero, si quien dice todo esto es Jesús y no lo dice en la tele sino, en el evangelio,
entonces, ya no podemos dudar... es cien por cien cierto.
Cito ocho frases que
Jesús nos dice hoy a nosotros sobre los efectos de comer el pan de la eucaristía:
“vivirá para siempre”, “por la vida del mundo”, “tenéis vida en vosotros”, “tiene vida eterna”, yo lo resucitaré en el último día”, “habita en mí y yo en él”, “vivirá por mí”, “vivirá para siempre”.
¡¡Qué pasada la eucaristía!!
¡Qué don! ¡¡Qué regalo! Pero, en este anuncio de Jesús de este producto fantástico,
falta una cosa... “este alimento sólo funciona cuando hay una fe activada”.
Es un alimento curioso,
sólo te alimenta, sólo provoca todo esto que dice Jesús si crees que es
posible, si lo esperas, si tienes fe,...
Los otros alimentos no
piden fe, te lo comes y ya está... este alimento pide la fe... y cuanta más fe,
más nos alimenta...
Constantemente hemos
de hacer nuestra, aquella oración de los discípulos: “¡danos más fe!”. Tenemos poca fe, la fe mueve montañas y yo no veo
ninguna montaña que se mueva... La fe hace que cosas imposibles sean posibles,
como que Pedro anda sobre el agua...
Siempre hemos de pedir
más fe, y en la solemnidad de hoy, nos hace falta pedir más fe en su presencia...
“La prueba del algodón”
de nuestra fe en la presencia de Jesucristo, del Hijo unigénito, en el pan de la
eucaristía es una pregunta: ¿Cuántas veces has agradecido su presencia en el pan
de la eucaristía? Aquí tienes tu fe...
Cuando crees que te han
hecho un gran regalo, lo agradeces... si no crees que hay regalo, no lo agradeces...
Imagínate que llegas a
casa y tu marido/mujer/hijos/nietos te regalan un viaje, la vuelta al mundo, un
mes dando la vuelta al mundo... qué gran regalo... les das las gracias cuarenta
veces...
¿Cuántas veces has agradecido
la presencia de Dios, del Señor, en el pan de la eucaristía? Aquí tienes tu fe...
“Es que se me ha olvidado
hacerlo...” ¡No! Es que tienes una fe dormida, una fe no activada en su
presencia. Y, por esto, este alimento tan potente no funciona, porque pide la
fe. Es condición sine qua non. La fe
viva y activada es una condición sin la cual el pan de la eucaristía no produce
todo aquello que nos decía Jesús en el evangelio.
¡¡Dios presente en un
trocito de pan!! , ¡¡¡qué cosa tan grande!!! Y, a veces, por poca fe, o fe
adormecida, vivida con tanta frialdad, como un mero cumplimiento... Venimos a cumplir...
Si queremos un
cristianismo más alegre, pidamos fe eucarística.
Si queremos más fuerza
para evangelizar, pidamos fe eucarística.
La vida cristiana nace
de la eucaristía vivida con fe viva y activada, no en modo stand by.
Siguiendo con el ejemplo
del anuncio de la tele... dice San Agustín: “Cuando se come a Cristo, se come la vida”.
Buena frase publicitaria... Que el Señor haga crecer en nosotros la fe
eucarística.