La Caridad, según la Doctrina Social de la Iglesia

La caridad representa el mayor mandamiento social. Respeto al otro y a sus derechos. Exige la práctica de la justicia eh inspira una vida entregada de sí mismo: "Quien intente guardar su vida la perderá; y quien la pierda la conservará", según nos dice el evangelista San Lucas, 17,33.

La Iglesia Católica en nuestro país realiza a través de las caritas parroquiales una labor intensa eh inmensa de ayuda a las personas con pocos o nulos recursos, no recibiendo la Iglesia por parte del Estado ayudas para sufragar dichas necesidades, cubiertas por la Iglesia, gracias a los donativos de personas anónimas, y a las declaraciones del IRPF con casilla a favor de la Iglesia.

Esta aportación que hace la Iglesia a la sociedad, fácilmente se olvida por nuestros dirigentes políticos actuales, según ellos, la Iglesia no se puede denunciar los casos contra la vida: aborto; no puede denunciar los casos de corrupción política contra lo que significa la justicia social; tiene que ser la Iglesia sumisa a la eliminación del crucifijo en escuelas y edificios públicos.

Los políticos actuales quieren una "Iglesia oficial", tal y como existe en la República Popular China, una iglesia sin libertad y sumisa a los dictámenes arbitrarios de una política errática de bienestar social, como es la creación de empleo, como la última reforma laboral, ampliación del aborto y las recientes enmiendas que diversos grupos políticos afines al ejecutivo socialista han presentado a la Proposición de Ley Orgánica de modificación de los artículos 31 bis y 59 bis de la Ley Orgánica sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social (Ley de Extranjería), del año 2000, respecto a los inmigrantes sin papeles que son víctimas de violencia de género o bien para aquellos en los que haya un sobreseimiento de la causa contra el maltratador porque éste se encuentra en paradero desconocido o porque ha sido expulsado del país.

Con todo ello, la Iglesia evidentemente en función del mandamiento del amor, no se niega a seguir ayudando a aquellas personas necesitadas: la Iglesia lo hizo, lo hace y lo seguirá haciendo.

Como persona que escribe este artículo, mi opinión es clara: Tras la reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas, (CIS) en su ultimo estudio nº 2.864. Barómetro de Marzo del 2011, donde se indica que el 81,8% de la población española está preocupada por la tasa de desempleo, de hecho somos líderes en Europa en alcanzar una tasa de paro del 21%; drogas 6% eh inseguridad ciudadana 6,8%, según dicho barómetro.

Y añado que, la Iglesia Católica que ayuda y presta servicios que el Estado (no puede o no quiere realizar) tiene limitaciones, de hecho los servicios de Cáritas Diocesanas y parroquiales estamos desbordados ante la magnitud de la crisis económica. Al principio de la crisis se ayudaban a inmigrantes extranjeros, ahora se ayuda no solo a éstos, sino también a los españoles, algo inaudito.

En base a todo ello, me hago preguntas en función de este barómetro de reciente estudio:

1-¿Cómo es posible que el ejecutivo vaya a modificar una ley de inmigración para personas sin papeles, cuando actualmente la tasa de desempleo supera ampliamente el veinte por ciento de la población activa?. Esta medida, ¿no hará aumentar el desempleo, y la inseguridad ciudadana?. ¿Por qué si no hay empleo para todos, el resto de personas de donde va a cubrir sus necesidades básicas?.

2-El inmigrante que sale de su tierra y abandona todo, tiene derecho a un empleo en nuestro país, pero, y ahí esta el problema sin querer parecer racista, ¿Dónde están los empleos no solo para los inmigrantes, sino también para el resto de los españoles?

3-Los inmigrantes tienen derecho a tener un empleo y satisfacer sus necesidades familiares, eso nadie lo pone en duda, menos la Iglesia Católica.

4-¿Cuáles han sido las reformas laborales que han creado empleo?.

5-Si somos un país que no genera empleo, al contrario, que destruye empleo, ¿cómo nuestros políticos hacen leyes para que entren más personas en nuestro país sin que puedan acceder a un empleo?.

No soy racista, al contrario, pero tengo sentido común, algo que al parecer los políticos olvidan cuando están en el poder. Los inmigrantes legales tienen derechos, pero no mas derechos que los españoles: los mismos, también obligaciones: las mismas. Los políticos están creando una bomba social de difíciles y trágicas consecuencias para todos, lo hemos visto en Francia, Dios quiera que no lo veamos aquí.