La persecución a los cristianos en el mundo, la alianza de civilizaciones promovida por Zapatero, y la ONU

En su discurso el Sr. Presidente indicó en palabras textuales: "Tiene como objetivo fundamental profundizar en la relación política, cultural, educativa, entre lo que representa el llamado mundo occidental y en este momento histórico el ámbito de países árabes y musulmanes". "El terrorismo no tiene justificación. No tiene justificación como la peste, pero como ocurre con la peste, se puede y se deben conocer sus raíces, se puede y se debe pensar racionalmente cómo se produce, cómo crece, para combatirlo racionalmente", expresó Zapatero en su discurso.

Realmente el que "ideo" el discurso del Sr. Presidente no debe de estar muy informado de lo que hay detrás del terrorismo internacional, sus orígenes, causas y motivaciones para llegar por la violencia a imponer determinadas ideas, o creencias.

Ahora podemos constatar con el paso del tiempo y los hechos de terrorismo diverso, entre el mismo, la persecución a los cristianos en los países árabes, que la Alianza de Civilizaciones del Sr. Presidente es y fue un fracaso absoluto, debido principalmente a que su enfoque ya tenia una parcialidad u orientación hacia un lado de la sociedad, hacia el mundo árabe, ¿cómo es esto posible?. Volvamos al discurso de fundación de la Alianza, en palabras del Presidente: "el trabajo de la Alianza consiste en "profundizar en la relación política, cultural, educativa, entre lo que representa el llamado mundo occidental y el ámbito de países árabes y musulmanes".

Según un informe del Ministerio de Exteriores, la iniciativa "pretende despertar la conciencia mundial sobre los riesgos de que se eleve un muro de incomprensión entre Occidente y el mundo árabe e islámico y que el anunciado y temido 'choque de civilizaciones' pueda hacerse realidad.

Este informe, elaborado en 2005, describe así la situación actual: "En Occidente se manifiestan hoy entre diversos sectores crecientes sentimientos de rechazo de los valores árabes e islámicos, percibidos por muchos como intransigentes. Más preocupante todavía es la asociación que a veces se realiza por algunos entre dichos valores y las prácticas violentas, o incluso el terrorismo. Paralelamente, en el mundo árabe e islámico se reafirman con vigor los símbolos propios de identidad, a la vez que se difunde una imagen distorsionada de un Occidente agresor (por la frecuente disposición a hacer uso de la superioridad militar), discriminador (en la aplicación de la legalidad internacional), e insensible ante sus justas reivindicaciones políticas (por ejemplo, en el caso de Palestina)".

Pero sin duda, el fracaso de la Alianza de Civilizaciones se debe a su fundamentación identitaria, y a lo que la ONU tras un largo proceso de estudio nos dice sobre todo ello: En noviembre de 2005, el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, estableció un grupo de 18 personalidades de alto nivel para presentar un plan de acción a finales del año 2005.

Entre ellas, el presidente iraní Mohamed Jatami; el Premio Nobel de la Paz de 1984 Desmond Tutu, el primer ministro turco, Tayyip Erdogan, y el director de la Unesco Federico Mayor Zaragoza.

Un año después, en noviembre de 2006, el Grupo de Alto Nivel de la ONU alumbra un documento que concluye que es la política y no la religión la que crea el foso que separa Occidente y el mundo musulmán.

Por un lado, alienta la democratización de los países árabes e insta a erradicar estereotipos como "terrorismo islámico" y "cruzadas". Asimismo, declara su apoyo "a la expansión del pluralismo político en los países musulmanes".

Si en Occidente se manifiestan hoy rechazos ante los valores árabes e islámicos intransigentes, y estamos hablando de religión, no de otra cosa, es porque los países musulmanes no respetan lo que significa la libertad religiosa, por ello el resultado es la persecución a los cristianos en los países musulmanes.

¿Cómo se explica entonces lo que nos dice el equipo de expertos de la ONU, o los intentos de apaciguamiento de una Alianza de Civilizaciones en el proceso, ante los hechos acaecidos recientemente con la persecución a los cristianos en los países árabes?. ¿O es que estamos ante una visión parcial de la realidad mundial proveniente sin duda de organismos europeos?. ¿No deberían de ser éstos organismos nacionales e internacionales los que defendieran la legalidad, la libertad y la democracia en éstos países donde la persecución por religión es una realidad día a día? ¿Qué intereses políticos y económicos son los que obstruyen aplicar la democracia en éstos países?.

Ustedes mismos pueden responderse a tales interrogantes, con los argumentos siguientes.

Las tensiones no han dejado de aumentar. Según la organización de ayuda a los cristianos perseguidos "Open Doors", unos cien millones de cristianos son perseguidos en todo el mundo a causa de sus creencias. Corea del Norte encabeza la lista de países en los que más se persigue a los cristianos. Y entre los nueve puestos restantes, ocho de ellos son para países de mayoría islámica.

Egipto, donde hace dos semanas murieron 23 personas en un ataque a una iglesia copta, no se encuentra entre esos diez países. Pero sí lo están Irán, Afganistán, Arabia Saudí, Somalia o Irak.

Según el secretario para las Relaciones con los Estados del Vaticano, las palabras de Benedicto XVI expresan su preocupación ante la violencia y persecución de los creyentes amenazados. El Papa, añade Mamberti, comparte el dolor de los egipcios por el ataque.

En todo caso, los analistas políticos no consideran que las críticas palabras dirigidas por el Papa a los gobiernos de Irak y Egipto estén del todo fuera de lugar.

Las crecientes tensiones con trasfondo religioso han convertido a Pakistán en otro frente de la lucha de Benedicto XVI por la libertad religiosa y contra la violencia. El Vaticano mantiene además una disputa con China, que sigue manteniendo una "política eclesial" propia contra los hombres y mujeres fieles al Papa.

Desde Pakistán, la controvertida ley contra la blasfemia ha causado preocupación en nuestro Papa, ya que esta legislación invita a llevar a cabo, con respaldo legal, venganzas contra cristianos.

Entonces, ¿cómo quedamos: es política o religión el conflicto entre Occidente y Oriente?