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Los cristianos y la depresión.Wed, 14 Apr 2010 12:01:00
CAMINEO.INFO.- Nadie es inmune. La depresión puede deslizarse silenciosamente en nuestras vidas o puede golpear tan fuerte que pensemos que hemos sido abrazados por ella. La encontramos en toda edad y en cualquier grupo socio-económico. Estos son hechos que la mayoría de nosotros aceptamos rápidamente.
Sin embargo, es difícil de entender y de contender con la depresión si llega a ser un problema personal o de algún familiar, o de algún miembro de la comunidad cristiana. Los cristianos no son la excepción. Ellos también experimentan la depresión.
¿Por qué batallamos con la idea de que los cristianos pueden padecer de depresión? Esto está parcialmente relacionado a no conocer la compleja interacción espiritual, psicológica y física de los factores involucrados.
La depresión a menudo involucra cambios bioquímicos en el cerebro, tantos como el temprano aprendizaje en la niñez que por su naturaleza es a nivel inconsciente. No quiero decir que los individuos no tienen responsabilidad en manejar la depresión. Son responsables de hacer todo lo que pueden para mantener sus cuerpos y mentes saludables a través de dieta, ejercicio, descanso adecuado, y tiempo con la Palabra de Dios y los Sacramentos.
Sin embargo, a veces todos estos esfuerzos no cambian la realidad de la depresión. La autocondenación no es la respuesta. Es importante conseguir ayuda. Por cierto es vitalmente importante permanecer cerca del Señor. El Señor es el sanador primario, y toda sanidad de desórdenes emocionales y físicos finalmente viene a través del poder del Espíritu Santo.
A veces la oración es una experiencia emocional en la cual realmente sentimos la presencia del Espíritu Santo. Podemos sentirnos rejuvenecidos y nos es recordado el amor de Dios. Sin embargo, Dios usa muchas formas de sanar. Trabaja a través de doctores, psiquiatras, consejeros, sacerdotes, familiares y otros creyentes.
Una persona que está experimentando depresión no debe permitir que su vida de oración decaiga, pero, por el otro lado, no debe sentir que ha fallado como cristiano si la oración no prueba ser eficaz para aliviar sus síntomas de depresión. Puede ser que Dios lo esté dirigiendo por otros caminos para obtener la sanidad.
Hay un aspecto de la depresión que llamamos embotamiento emocional. Es una limitación en nuestra habilidad de responder emocionalmente a cosas que previamente ocasionaron intensos sentimientos. Podemos no experimentar los sentimientos de confirmación que acompañan al conocimiento de que Dios está y siempre estará presente. Es entonces que debemos descansar en la verdad de que Dios es quien dice ser y que él cumple Sus promesas, sintamos o no su presencia.
Dios sabe de nuestra depresión y de las limitaciones de nuestros sentimientos durante la depresión. Debemos recordar que la fe no es un sentimiento. Es una realidad y una verdad y no desaparece aún cuando nuestros sentimientos lo hagan.
Satanás tiene gran interés de que nos sintamos indignos e infelices. Si nos estamos sintiendo culpables e indignos, hemos sido debilitados como testigos de Dios. El Señor quiere que seamos felices y que estemos contentos, porque ese es un testimonio de su gloria. Esto no significa que debemos estar absolutamente felices todo el tiempo, negando el sufrimiento traído por problemas y dolor.
Es cierto que somos pecadores y que hemos caído de la gloria de Dios, pero a través del gratuito regalo de Jesucristo, se nos ha otorgado un camino para lograr la felicidad a pesar de nuestros defectos – la Santa Iglesia Católica.
No merecemos la felicidad por nuestros propios méritos, pero sí la merecemos porque Jesús nos la dio como un regalo. Jesús dijo: «Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia» (Juan 10,10b). Por esto somos libres para ser felices, no porque lo hayamos ganado, sino por lo que Dios ha hecho por nosotros.
No; los cristianos no somos inmunes a la depresión. Si, a causa de falso orgullo, rehusamos buscar tratamiento para nuestra depresión, muy probablemente permaneceremos en la depresión.
Dios nos ha confiado nuestras mentes y cuerpos para que los cuidemos mientras permanezcamos en este planeta. Somos responsables de buscar tratamiento para nuestra depresión y por hacer todo lo que sea necesario para estar saludables espiritual, emocional y físicamente.
Por sobre todo, debemos esforzarnos por recordar que aún cuando sucumbamos ante la depresión, a la ansiedad o a cualquier otro tipo de desorden emocional que exista en este mundo, primero, por sobre todo, somos hijos de Dios.
El amor y la aceptación de Dios no dependen de nuestros sentimientos o nuestro estado emocional, sino en lo que él ha hecho por nosotros. Él prometió que nunca nos abandonará o nos desamparará. Aún cuando nuestros sentimientos vayan arriba y abajo, nuestra salvación él.
Frecuentemente la depresión u otras formas de trastorno mental constituyen un obstáculo al libre albedrío. Un tratamiento psicológico eficaz es muy útil, porque busca esencialmente liberar a la persona no sólo para que vea el «bien» de forma más realista, sino también para que sea capaz de elegir el «bien».
Tradicionalmente ha habido una desconfianza mutua entre las ciencias psicológicas y los católicos. La psicología ha tendido a ver la fe como comportamiento supersticioso, mientras que las personas de fe han tendido a ver la psicología como una ciencia innecesaria para ellos. Una suficiente fe debería bastar para ocuparse de todos los problemas, cualesquiera que sean.
Ninguna de las dos posturas refleja la verdad. Una psicología enraizada en la comprensión católica de la persona humana no es sólo verdadera para la ciencia, sino verdadera respecto a Dios. Las ciencias psicológicas tienen mucho que ofrecer a personas cuyo libre albedrío está afectado.
Planteada la cuestión en términos adecuados, entonces no existe ningún conflicto entre una psicología fundada en una sana antropología y las enseñanzas de la Iglesia. El desafío es encontrar psicólogos adecuadamente formados en esta perspectiva, que respeten los valores religiosos de sus pacientes sin minarlos de ningún modo.
Uno de los mayores errores en el tratamiento de la depresión es la noción de que la depresión se alivia «únicamente» a través de la medicación. Si bien es cierto que el uso de antidepresivos ha ofrecido un tremendo alivio a pacientes que padecen este trastorno, recurrir exclusivamente al tratamiento farmacológico, excluyendo formas más tradicionales de psicoterapia, no es el tratamiento mejor.
Uno de los tratamientos más eficaces contra la depresión es lo que los psicólogos llaman «reestructuración cognitiva». Esta modalidad de tratamiento tiende a reordenar las emociones de acuerdo con la razón.
A menudo, en los casos de depresión, la sensación de desesperanza e impotencia toma control de toda la persona, y el paciente no es capaz de ver la realidad objetivamente. Es como si viera el mundo a través de un cristal oscuro. Una persona deprimida puede «interpretar» un acontecimiento neutro como algo negativo o personalmente ofensivo, cuando en realidad no es así.
El tratamiento consiste en ayudar a la persona deprimida a reestructurar su pensamiento, orientándola a reestructurar sus esquemas distorsionados y negativos. Es entrenada a ordenar las emociones de acuerdo con la razón y a ver las situaciones de forma más objetiva. Se ha demostrado extremadamente eficaz para ayudar a las personas con este diagnóstico.
Es importante observar que a veces las personas deprimidas inicialmente no responden bien a esta terapia. Sobre todo cuando la depresión es severa. En estos casos el mejor tratamiento es una combinación de medicación y terapia cognitiva. En cualquier caso, la medicación sola raramente es buena solución a largo plazo para el problema.
La participación en la vida sacramental, la oración y la dirección espiritual son medios para recibir la gracia divina. La espiritualidad cristiana es vivir en Cristo por la gracia del Espíritu Santo que nos hace crecer en la fe; significa tener una esperanza fundada en la fe y sobre todo en el amor como plenitud de la fe en el camino recto hacia la comunidad de la Santísima Trinidad.
Como la gracia perfecciona la naturaleza, esta espiritualidad es totalmente coherente con la salud psicológica.
Por lo tanto, a menos que los problemas psicológicos de la persona dificulten su participación en la vida sacramental, es de suma importancia que la persona participe activamente en ella, aunque esté en terapia. Es por esto que es tan importante que el terapeuta se dé cuenta de esta necesidad y aliente a la persona a realizarlo.
Los efectos de la acción de la gracia combinados con un sano tratamiento psicológico son muy eficaces para lograr la curación. Cualquier católico que sufra enfermedades mentales deberían seguir recibiendo los sacramentos con frecuencia y respeto, además de mantener una vida de oración habitual y equilibrada. Un buen director espiritual puede ser muy útil al respecto, proporcionando guía en el camino del crecimiento espiritual. Sea a través de la terapia o de la espiritualidad, es siempre Cristo quien sana.
Toda teoría psicológica contiene determinados postulados relativos a la naturaleza y el destino de la persona humana. Hay teorías seculares por naturaleza y a veces abiertamente antirreligiosas. A veces niegan la existencia la libertad humana, las verdades morales, y por lo tanto la realidad del pecado.
Así que los católicos deben estar muy atentos al recibir la asistencia psicológica o al permitir a las modas psicológicas influir en la propia vida.
Además los psicólogos en general tienden a ver la religión de forma más bien negativa, cosa que crea ulteriores dificultades a los católicos. Durante una psicoterapia es posible que el terapeuta influya en el paciente de maneras sutiles que lentamente minen sus convicciones religiosas.
Con un buen terapeuta católico, en cualquier caso, la fe y la práctica religiosa de los pacientes sería alentada y hasta podrían hablar de cuestiones religiosas durante las sesiones. Tal terapeuta trabaja desde una comprensión auténtica de la persona humana basada en las enseñanzas de la Iglesia y reforzada por elementos psicológicos sanos.
Este tipo de aproximación es absolutamente esencial para cualquier católico que busque ayuda por un problema de salud mental.
La Iglesia nos ofrece a Cristo, que es la revelación del amor del Padre y es la revelación del hombre al hombre.
Cristo nos revela el sentido de nuestra existencia y la respuesta al anhelo de nuestro corazón. La Iglesia, al darnos a Cristo, nos da lo que más deseamos y en última instancia lo único capaz de satisfacernos.
En este «valle de lágrimas» habrá inevitablemente desilusiones, tragedias y sufrimientos, y todo el tiempo la Iglesia nos orienta más allá de este horizonte, hacia el seno de la Trinidad, donde Cristo está preparado una morada para nosotros. Cristo nos muestra por lo tanto el sentido redentor del sufrimiento. A través de los sacramentos de la Iglesia, encontramos a Cristo y nos renovamos y transformamos continuamente, en la medida en que crece nuestra unión con Él.
Podeis hacerme cualquier consulta en el correo psicologia@camineo.info, intentaré contestar con la mayor brevedad posible, si són preguntas generales sobre psicologia a la luz de la fe católica, las contestaré en forma de artículo.
La Paz.
25-03-2014, Ayuda
No puedo la mayoría de las veces ni rezar. Hasta de eso me ha entrado miedo.Tuve una crisis psicótica por lupus y el delirio era el terror al purgatorio para mí y mis seres amados.Estoy medicada y pedí ayuda para tener psicoterapia. Mucho sentimiento de culpa con la depresión y el miedo y sin poder cumplir con mis responsabilidades. Qué hago si la psicóloga no es católica? Una ayuda y palabras de aliento por favor. Gracias y bendiciones.
María Cristina
merypresa@hotmail.cpm
27-09-2010, UN RECONOCIMIENTO
QUIERO FELICITARLO POR SU BRILLANTE SINTESIS SOBRE LA DEPRESION Y CIENCIA Y FE. TENGO 55 AÑOS Y PADEZCO DE DEPRESION SEVERA CON PERDIDA DE LA MOTILIDAD INTESTINAL, Y ES DIFICIL ENCONTRAR UN VISIÓN COMPLETA DE LA PATOLOGÍA QUE LLEVA A LA PERSONA A PERDER LA RAZÓN Y QUITARSE LA VIDA EN UN 15% DE LOS CASOS.
UN ABRAZO
TATO
NOTA: MI DEPRESIÓN VEO QUE SE ESTÁ HACIENDO REFRACTARIA, DIOS SABE CUAL ES LA CAUSA Y SOLO EL ME PUEDE DAR FUERZAS PARA ELIMINARLA DE MI VIDA O UN SOLUCIÓN.
TATO
tato1255@hotmail.com
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