CAMINEO.INFO.- La cosa más importante, para aquellos que sienten la llamada al matrimonio, es pedir a Dios encontrar y desposar a aquella o aquel que Él mismo ha preparado para cada uno.En primer lugar, veamos cómo en varios personajes bíblicos se ve claramente que es el Señor mismo el que prepara los matrimonios: Isaac dejará a su padre Abraham, anciano, y acompañado por el siervo fiel irá al encuentro de Raquel que será su esposa. Después,Jacob será enviado por su madre a buscar a la mujer que Dios había preparado para él entre las hijas de su tío Labán. En el libro de Tobías es un ángel el que lo guía por el camino para encontrar su esposa, la que Dios le había preparado.
Al revés hoy día, a menudo, se presenta en los jóvenes un gravísimo error: "vamos casarnos, si después no funciona, existe el divorcio". Se trata de una de las más graves desgracias en las que pueda caer un joven. ¿Por qué? Por una sola razón: porque los dos jamás deciden casarse, sino que deciden simplemente convivir haciendo uso el uno del otro.
Existe además otro hecho que impide una seria percepción del matrimonio. Es el fenómeno de las llamadas "uniones libres". Los dos jóvenes deciden convivir como si fueran esposos, pero sin ningún acto público ni religioso, ni civil: se trata de un hecho que atañe exclusivamente a los dos.Descubrimos la verdadera raíz de este fenómeno de las uniones "libres" en el individualismo. La libre convivencia es simplemente la suma de dos individuos.
¿Pero, cómo prepararse?
Primero, saber qué significa casarse. Es la base de todo. Se hace necesario anteponer al matrimonio una verdadera, prolongada catequesis sobre el matrimonio. Es cierto, que por doquier se hacen los cursillos prematrimoniales. La participación en éstos es necesaria, pero no es suficiente. La reflexión profunda sobre el matrimonio exige tiempo y calma. La realidad del matrimonio es una realidad santa, es un sacramento. Sólo el Señor puede introducirnos en su comprensión. La primera preparación al matrimonio consiste en la oración, como hemos dicho al inicio de este artículo, la plegaria al Espíritu para que haga penetrar en el corazón de los novios la Verdad del matrimonio cristiano.
Ya que la preparación al matrimonio atañe a los dos, es necesario que éste descubrimiento de la vocación matrimonial se haga conjuntamente. Los dos novios deben confrontar su idea de matrimonio. En las cuestiones esenciales tiene que haber un acuerdo: indisolubilidad del vínculo conyugal y por tanto la exclusión en todo caso del divorcio; el número de los hijos y su educación, sobre todo por lo que concierne a su educación religiosa. La manera de realizar la procreación responsable. Así, pues, es necesaria una profunda confianza entre los dos novios, fundada en un gran respeto mutuo.No es suficiente con saber qué es el matrimonio; es necesario disponerse profundamente a vivirlo. Existen unas virtudes que son absolutamente necesarias para la vida de los esposos: el amor conyugal, la castidad, la humildad.
Los dos novios deben darse cuenta de la necesidad de corregir muchos de sus defectos. Deben ayudarse mutuamente. La corrección recíproca es un acto de profundo amor.
Pero lo más importante es la educación al verdadero amor mutuo. Es el punto nuclear de todo verdadero noviazgo. Aprender a amarse es la más sublime de las ciencias. Es la ciencia de los santos. Ciertamente el amor exige la renuncia al propio egoísmo: éste es el verdadero esfuerzo que tenemos que hacer.
El que habla de amor entre los novios, piensa también en el problema de las relaciones sexuales durante el noviazgo. Se trata de un punto muy importante.
La relación sexual entre un hombre y una mujer es un acto muy serio y muy grande: no es un juego. Esta lleva inscrita en sí misma un significado muy profundo. ¿Cuál? Esta dice donación completa de sí mismo: es el lenguaje del don de la propia persona y de la acogida de la donación que hace el otro. La donación completa es siempre también definitiva. El gesto sexual implica y confirma un vínculo indisoluble entre las dos personas, es decir el matrimonio. Ahí está el por qué, solo en el matrimonio, aquel gesto es verdaderamente humano.
Según nuestra experiencia, la preparación al matrimonio es algo muy grande. Los novios tienen que ser ayudados, deben dejarse guiar.