Córdoba/ESPAÑA.- Como cada año, el Viernes de Dolores es un día grande en Córdoba para muchos feligreses. Con él comienza una semana intensa de Pasión, precedida por la Eucaristía celebrada ante la Virgen de los Dolores en San Jacinto.
Fieles a su cita, la mañana del viernes, día 22 de marzo, cientos de feligreses ha acudido en masa a la Plaza de Capuchinos para ver a la Virgen de los Dolores, conocida como “la Señora de Córdoba”.
El acto principal de este día ha estado marcado por la celebración de la Eucaristía, a las 11 de la mañana, presidida por el Obispo, monseñor Demetrio Fernández, quien en la homilía comenzó manifestando que “en este Viernes de Dolores la Iglesia celebra cómo María ha estado asociada a la redención de Cristo en favor de todos los hombres”. Alabando la figura de María, el prelado ha recordado que “la religión cristiana no es la religión del dolor, sino del amor que se traduce en dolor puesto que ahí es donde mejor se expresa el amor”. “Por eso María, en esta fiesta de la “Señora de Córdoba” viene a decirnos que aprendamos de ella a compartir el sufrimiento y los dolores de tantas personas que sufren hoy”, ha reiterado.
Al hilo de esto, ha indicado que, tal y como ha comprobado en su Visita pastoral, este año hay más sufrimiento que el año pasado, y por eso ha pedido la ayuda de todos para aquellos que sufren en nuestra ciudad. Asimismo, ha agradecido el gesto de la Cofradía de los Dolores, la cual le ha entregado un donativo para Cáritas suprimiendo la copa que tradicionalmente celebra la Hermandad.
En este sentido, el Obispo de Córdoba ha precisado que “en un ambiente en el que la corrupción casi se ha institucionalizado, son precisos gestos de estos”. Con una llamada a la solidaridad, ha concluido el pastor de la diócesis su homilía en este día en el que la iglesia de San Jacinto, será un constante ir y venir de gente.