CAMINEO.INFO.- Los Obispos de Cataluña habíamos hecho la convocatoria y los jóvenes hicieron caso de la llamada. Es así como en la ciudad de Tarrasa más de 5.000 jóvenes se reunieron para hacer oración y fiesta, para reflexionar sobre el servicio y testimoniar lo que creen sin complejos, en medio del parque de la ciudad, abiertos a todos y anunciando a todos el fundamento de su alegría y de su esperanza que no es otro que Jesucristo Resucitado. Él da el Espíritu de la Vida y de la Libertad, el Espíritu del Consuelo y del Amor. Él está "con vosotros, cada día", como proclamaba el lema del Aplec de l'Esperit que indicaba que Cristo está con cada joven y con todos los jóvenes, y no sólo en un día de fiesta, o de vez en cuando... sino ¡siempre! Así vivimos el 10º Aplec de l'Esperit el día 22 de mayo, unidos en fraternidad, jóvenes de Cataluña, Baleares y Andorra. Un amor contagioso a los mayores y a todo el mundo.
En el Mensaje que los Obispos les dirigimos al final de la celebración eucarística, recordábamos que por el bautismo y la confirmación habían recibido el Espíritu Santo Defensor, Espíritu de sabiduría i de inteligencia, Espíritu de consejo y de fortaleza, Espíritu de ciencia y de piedad, Espíritu que nos hace experimentar e invocar a Dios como Padre. E invitábamos a los jóvenes a reforzar el convencimiento de que Jesús está con nosotros cada día.
Jóvenes y mayores nunca debemos dejar de hacernos preguntas, las grandes preguntas, sobre lo que deseamos, y al mismo tiempo tenemos que ser capaces de buscar respuestas, confiando que Dios nos dé la "sabiduría" y "experiencia" de quienes han hecho la misma investigación confiando en Jesús. No podemos estar satisfechos con las cuatro distracciones y entretenimientos que la moda nos pone en las manos, olvidándonos de la búsqueda de sentido, felicidad, amor y verdad. Que no se afiance en los corazones el individualismo, la sensación de inutilidad, la búsqueda del placer y el beneficio sin más criterio. Y que no nos dejemos abatir por los posibles fracasos. ¡No podemos fijar los ojos en nadie más que en Jesús para ser buenos y fieles discípulos suyos!
Todo esto es ser miembro vivo de la Iglesia, la familia de Dios. La Iglesia necesita a los jóvenes, para que la rejuvenezcan, para hacerla hogar acogedor hacia los demás jóvenes. Y también los jóvenes necesitan de la Iglesia por que les ofrece a Cristo y sus dones. La Iglesia los acompaña en su camino, y siempre encontrarán en ella el perdón, la fortaleza, la paz, el mejor tesoro. Debemos ayudar a los jóvenes a que también ellos colaboren para hacerla más bella, más atrayente, más coherente con la Buena Noticia que anuncia.
Finalmente, el Mensaje de los Obispos para este Aplec anima a confiar en el Espíritu Santo. Nada podemos hacer sin el gran don de Jesús, el don de su Espíritu. Ya que el Espíritu Santo: lava todo lo que no está limpio, en nosotros y fuera de nosotros. Riega lo que está seco, sea de fe, de esperanza, de cariño, de razones para vivir. Cura toda enfermedad. Suaviza nuestras asperezas, tensiones, durezas. Nos da mayor fervor cuando el desamor a Dios y a los demás arraiga en el corazón. Nos conduce bien dirigidos y orientados. Da el mérito de la virtud, el camino de la salud, la alegría inmortal y plena. Con los dones del Espíritu, apoyados en el amor de Dios-Padre, y acompañados cada día por el Señor Jesús, viviremos nuestra vida de cada día, en la familia, en el trabajo o estudiando, en la parroquia, en el grupo o movimiento... sin miedo y con la alegría de ser testigos de la Buena Nueva.
