CAMINEO.INFO.- Valencia/ESPAÑA- Si siempre me ha gustado estar al lado de los niños, os aseguro que mucho más en este día 24 de enero en que se celebra esta Jornada de la Infancia Misionera y que este año tiene un lema muy especial: “Con los niños de África… encontramos a Jesús”. En ese recorrido que el Secretariado de la Infancia Misionera está realizando con los niños de España por los cinco continentes y que durará hasta el año 2013, este año nos detenemos en África. Precisamente, en el curso pasado fue convocado por el Papa Benedicto XVI un Sínodo de África, donde se analizaron tres temas que son fundamentales: la reconciliación, la justicia y la paz. ¿Qué tiene que ver esto con vosotros los niños? Sois vosotros los que más podéis hacer por esto, os lo aseguro. El Señor así lo creyó.
Un día al Señor, “le presentaban también los niños pequeños para que los tocara, y al verlo los discípulos, les reñían. Más Jesús llamó a los niños, diciendo: Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis; porque de los que son como ellos es el reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él” (Lc 18, 15-17). ¡Qué maravilla! ¡Con qué amor recibía el Señor a los niños que le presentaban! ¡Qué muestra de autoridad y de mandato del Señor cuando pide y dice que dejemos y no impidamos que los niños se acerquen a Él! Es todo un plan de acción del Señor que, precisamente, en este día de la Infancia misionera os quiero presentar a todos y muy especialmente a los niños.
Como os decía, cada año nos fijamos en un continente, el año pasado fue Asia, ahora es África. En los niños de África debemos centrar nuestra atención y nuestras oraciones, y en ellos debemos ver la realización de esta página del Evangelio. En ellos hemos de ver a todos los niños que sufren en cualquier lugar del mundo, víctimas de todo tipo de catástrofes. Hoy, los niños y adultos de España en esta Jornada Misionera, presentamos al Señor a los niños de África. También ellos quieren conocer al Señor. ¡Cuántos niños han conocido a Jesucristo! Vosotros los niños sois tan receptivos que fácilmente entráis por los caminos del Evangelio y del encuentro de amistad con Jesucristo Nuestro Señor. Así lo pensaba el Señor, la prueba está en la importancia que Él daba a que todos los niños se acercasen a Él. Pidamos al Señor que os toque a todos los niños del mundo en lo más hondo de vuestro corazón, pero muy especialmente que toque a los niños de África para mantener tal encuentro con Él que sean capaces, con nosotros, de hacer realidad tres cosas que son necesarias en el mundo:
1) La reconciliación entre todos los hombres y todos los pueblos. Estoy convencido de que quienes mejor podéis llevar a cabo esta tarea sois los niños, que habéis sentido el cariño del Señor, su perdón, su amor, su cercanía a vosotros. Y esto es imposible sin un encuentro con el Señor, que hace que tengamos un corazón tan grande que quepan en él todos los hombres y que estén en nuestro corazón como hermanos. Os aseguro que los niños africanos están viviendo la crisis mundial de la manera más cruel y por eso nuestra generosidad tiene que ser total y ésta solamente es posible teniendo el corazón del Señor, por eso “dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis”. Este mandato y deseo del Señor, debe ser siempre el nuestro.
2) En la justicia, que no es la de los hombres sino la de Dios, nos da incluso aquello que no merecemos, se nos da Él mismo. La justicia de los hombres sabemos a donde nos lleva: impresiona constatar que haya doscientos cincuenta mil niños que mueren de hambre todas las semanas y que más de trescientos mil menores sean enrolados como niños soldado en diversas guerras del mundo, que más de trescientos millones de niños trabajan como esclavos y que mil millones de niños no han oído hablar de Jesucristo. Sin embargo la justicia de Dios nos lleva a dar la vida por el otro, a que estas realidades que constatamos sean eliminadas de la tierra, porque el Señor nos toca de tal manera que cambia nuestro corazón egoísta y hace posible que tengamos un corazón como el de Él. La presencia del Señor en medio del mundo es urgente y vosotros los niños podéis hacerla, os lo ha dicho el Señor: “dejad que los niños se acerquen a mí… porque de los que son como éstos es el Reino de Dios”.
3) La paz que no es la que nace fruto de acuerdos entre los hombres, sino la que nace de tener a Jesucristo en el corazón y, por tanto, de tener que entregar a quien se acerca a mí, a quien tengo dentro de mí. ¡Cuántas guerras y cuántos enfrentamientos entre los hombres! ¿Por qué? Falta en el corazón quien es el mismo rostro de la Paz. Quien tiene en el corazón a Jesucristo, no tiene otro arma para responder a los demás, más que el amor. Ese amor que tan bellamente canta el apóstol San Pablo: el amor es comprensivo, servicial, no se engríe, no es maleducado, no es egoísta, no lleva cuentas del mal, no se alegra de la injusticia, se alegra con la verdad, disculpa sin límites, cree sin límites, aguanta sin límites.
Queridos niños, hoy “con los niños de África… encontramos a Jesús”. Os invito a que tengáis un tiempo de oración para estar con ellos. Os pido algo más, que después les escribáis una carta en la que digas lo que puedes hacer tú por ellos en este momento de tu vida. Seguro que tienes cosas que contar. Mándame esa carta. Vivo en la calle Palau, nº 2 de Valencia (46003).
Oremos todos por la Infancia misionera, no es una cuestión pequeña como nos ha dicho el Señor. Es un claro mandato del Señor, que nunca debemos olvidar: “dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis… Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él”.
Con gran afecto y mi bendición
+ Carlos, Arzobispo de Valencia