Con inmensa alegría y dando gracias a Dios, la Iglesia vive con intensidad aquellas palabras con las que el Señor se dirigió a Pedro y a sus sucesores, hoy al Papa Francisco I: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16, 18). “Piedra” o “roca” no es un título de mérito,lo es de servicio, de entrega y define una llamada y un cargo que lo es de origen divino para el que solamente puede habilitar el Señor y la fuerza del Espíritu Santo que Él envía. Gracias, Señor, por este nuevo Sucesor de Pedro que entregas a tu Iglesia. Gracias, Señor, porque nunca dejas en soledad.
Nos has regalado al Papa Francisco que nos anima y alienta a seguir confesando la fe de la Iglesia. El día 13 demarzo de 2013 nunca se nos olvidará, pues vemos como aquel encuentro que el Señor tuvo a orillas del lago de Tiberiades con Pedro se ha realizado hoy con el Papa Francisco. Lo mismo que a Pedro, Jesús ha preguntado si lo ama con un amor sin reservas, total e incondicional: “Simón…¿me amas?”, ¿me amas con este amor total e incondicional?... “Sígueme”. ¡Qué fuerza tiene poder enmarcar este acontecimiento de la elección del Sucesor de Pedro como lo hizo el Señor, en el contexto de la última Cena, en la que Cristo le confiere el ministerio de confirmar a los hermanos!.
Ahí nosmuestra el Señor que el ministerio confiado a Pedro es uno de los elementos constitutivos de la Iglesia. Pedro, y en él todos sus sucesores, deben de ser los custodios de la comunión con Cristo, deben guiar a la comunión con Cristo, deben cuidar de que la red no se rompa y que así perdure la comunión universal. Bendito sea Dios que nos ha regalado como una gracia inmensa para la Iglesia al Papa Francisco, con la responsabilidad de garantizar la comunión con Cristo con la caridad de Cristo.
El Papa Francisco viene de Argentina y, lo mismo que San Pedro hizo el camino hacia Roma como representante de los pueblos del mundo, su tarea consiste en recrear la unidad de la Iglesia. Es la misión permanente de Pedro y de sus sucesores, hacer que la Iglesia no se identifique jamás con una sola nación, con una sola cultura. Tiene que reunir a la humanidad por encima de todas las fronteras y en medio de las divisiones del mundo. Tiene que hacer posible que se haga presente la paz de Dios, la fuerza reconciliadora de su amor.
¡Qué belleza tiene la catolicidad! Lo hemos visto estos días en el Cónclave: cardenales de países, culturas y razas diferentes, reunidos y abiertos a la acción del Espíritu Santo, han elegido Sucesor de Pedro a Francisco. Hemos vivido la fiesta de la catolicidad, hemos experimentado el signo de Pentecostés, la nueva comunidad que habla en todas las lenguas y une a todos los pueblos en un único pueblo, en una familia y bajo un mismo Pastor. ¡Qué palabras más hermosas las que nos ha dirigido por primera vez el Papa Francisco!: “Sabéis que el deber de un cónclave era dar un Obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo…, pero aquí estamos. Os agradezco la acogida….Y ahora comenzamos este camino: Obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros…”. Pidió y rezó por el Obispo emérito Benedicto XVI y pidió al pueblo que rezase por él. Nuestra Archidiócesis de Valencia da gracias al Señor por el nuevo Sucesor de Pedro que nos regala. Sabemos muy bien que la Iglesia está llamada a abrazar a todos los hombres, abre fronteras y derriba barreras; sabe muy bien que no puede haber ni olvidados ni despreciados; tiene la seguridad absoluta de que en la Iglesia solamente hay hermanos: “porque en un solo Espíritu hemos sido bautizados, para no formar más que un cuerpo, judíos y griegos, esclavos y libres. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu” (1 Cor 12, 13). La Iglesia, que por sumisma naturaleza es misionera, ha elegido ahora a un Sucesor de Pedro con el nombre de Francisco para ir por todos los caminos del mundo, hasta los últimos confines de la tierra y hasta el fin de los tiempos.
Gracias, Señor, por el Papa Francisco, que nos enseñará con su vida y testimonio a realizar signos de compasión y de misericordia, convocando a los hombres a que acojan el amor de Cristo y llegando a la vida de todos en cualquier parte donde se encuentren. Porque la Iglesia está abierta a todos, porque en Dios existe para los demás y comparte la suerte de la humanidad. Gracias, Señor, por el Papa Francisco. Es el primero que elige este nombre que tanto nos evoca a fiarnos totalmente de Dios, a poner nuestra riqueza en Él y a anunciar a todos los hombres que el Camino, la Verdad y la Vida es Jesucristo. Pedid todos los cristianos de nuestra Archidiócesis de Valencia por el Papa Francisco. Os invito a celebrar la Misa de Acción de Gracias el día 15 viernes a las 8 de la tarde en la Catedral.