CAMINEO.INFO -Valencia/ESPAÑA- “La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia” es el tema de la XII Asamblea General del Sínodo de los Obispos, que se celebró en Roma el año 2008. Con todas las aportaciones, reflexiones y manifestaciones que hubo en aquella Asamblea, el Santo Padre, Benedicto XVI, nos acaba de regalar una Exhortación Apostólica Postsinodal cuyo título es “Verbum Domini”. En ella nos indica algunas líneas fundamentales y nos ayuda a todos a revalorizar la Palabra de Dios en la vida de la Iglesia, deseando que ella, que es siempre fuente de renovación, sea cada vez más el corazón de toda actividad eclesial.
Nos hace este regalo el Papa Benedicto XVI, cuando en nuestra Iglesia Diocesana estamos presentando en todos los arciprestazgos el “Itinerario Diocesano de Renovación” que encuentra su fuente en la Palabra de Dios. A través de esta Palabra queremos oír, ver, tocar y contemplar al Verbo de la vida, deseamos reavivar el encuentro con Cristo, que se hizo visible. Desde este encuentro personal con Él que hacemos en la Iglesia, queremos ser anunciadores de Él, para que así todos los hombres lleguen a experimentar la alegría, los horizontes, las nuevas capacidades que se nos otorgan, la nueva vida que sentimos en nosotros y que se produce en el encuentro con Jesucristo. El documento nos sitúa en el surco de la “nueva evangelización”.
¡Qué maravilla! Precisamente cuando en medio de este mundo, en multitud de ocasiones y de circunstancias, se considera a Dios como algo superfluo y que por tanto no debe ocupar lugar en este mundo, el Papa Benedicto XVI, con esta Exhortación Apostólica “Verbum Domini”, nos quiere recordar aquellas palabras con las que Pedro en nombre de los demás hace su buena confesión: “Jesús dijo entonces a los Doce: ¿También vosotros queréis marcharos? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿dónde vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna” (Jn 6, 67-68). Esta misma confesión es urgente que la hagamos todos los hombres, todos estamos en búsqueda de la verdad y de la vida, de la felicidad y del amor. Por eso, no hay otra prioridad más grande que abrir a todos los hombres el acceso a Dios. A un Dios que habla, que nos dice las palabras oportunas para que tengamos vida y la tengamos en abundancia. Dios nos habla y nos comunica su amor, precisamente este amor es el que sintieron los primeros discípulos, por eso Pedro adelantándose a todos dijo: “tu tienes palabras de vida eterna”.
Os invito a que leáis y meditéis en todas las parroquias y en todas las comunidades cristianas la Exhortación Apostólica “Verbum Domini”. Constituye un precioso instrumento para relanzar la contemplación personal y eclesial de la Palabra de Dios en la Biblia, en la Liturgia y en la vida de los creyentes. Nos invita a “redescubrir la centralidad de la Palabra de Dios” en la vida personal y de la Iglesia y “la urgencia y la belleza de anunciarla” siempre como “testigos convencidos y creíbles del Resucitado”. Leer, meditar y contemplar la Palabra nos ayudará a dialogar con todos los problemas con los que nos tenemos que enfrentar en estos momentos en la vida cotidiana
La Exhortación Apostólica “Verbum Domini” es un documento de casi doscientas páginas en el que el Papa hace un llamamiento apasionado para que tengamos cada día más familiaridad con las Sagradas Escrituras. Consta de una introducción, tres partes y una conclusión. La primera parte se titula “Verbum Dei” y tiene tres capítulos: 1) “El Dios que habla”, que resalta con una claridad singular esa voluntad de Dios de abrir y mantener un diálogo con el ser humano, en el que Dios toma la iniciativa y se revela de diversas maneras; 2) “La respuesta del hombre al Dios que habla”, que sabe que le escucha y le responde a sus preguntas; 3) “La hermenéutica de la Sagrada Escritura en la Iglesia”. La segunda parte consta también de tres capítulos y se titula “Verbum Ecclesia”: 1) “La Palabra de Dios y la Iglesia”, en la que podemos contemplar cómo Jesucristo es contemporáneo a los hombres en la vida de la Iglesia; 2) “La Liturgia lugar privilegiado de la Palabra de Dios”, ¡qué insistencia más bella hace sobre el nexo vital entre Sagrada Escritura y los sacramentos, en particular, la Eucaristía!; 3) “La Palabra de Dios en la vida de la Iglesia”, en la pastoral, en la catequesis, en la formación de los cristianos. La tercera parte que se titula “Verbum mundo” y subraya el deber de los cristianos de anunciar la Palabra de Dios en el mundo en el que viven y trabajan, y tiene cuatro capítulos: 1) “La misión de la Iglesia: anunciar la Palabra de Dios al mundo”; 2) “Palabra de Dios y compromiso en el mundo”, que nos hace ver cómo los cristianos estamos llamados a servir al Verbo de Dios en los hermanos más pequeños, y a comprometernos en la sociedad para la reconciliación, la justicia y la paz entre los pueblos; 3) “La Palabra de Dios y las culturas”; 4) “Palabra de Dios y diálogo interreligioso”.
La Exhortación es amplia y muy rica. Yo os insisto en dos necesidades de fondo que a mi modo de ver son fundamentales: hay que leer e interpretar la Escritura con los métodos ofrecidos por la ciencia, y al mismo tiempo a la luz de la fe, para encontrar la Palabra viva de Dios, Jesucristo; por otra parte, hay que vivir y practicar la escucha y el servicio de la Palabra en la vida cotidiana de la Iglesia para ayudar a los cristianos y a toda la humanidad a encontrar a Dios a través de Jesucristo. Imitemos al Santo Padre Benedicto XVI que, en su libro sobre Jesús, nos ofrece un modelo de lectura e interpretación de la Escritura, y en sus homilías un modelo de predicación que parte siempre de la Palabra de Dios y que llena siempre con referencias a la actualidad.
Con gran afecto y mi bendición
+ Carlos, Arzobispo de Valencia
