En Tarragona se conserva la tradición de los primeros mártires hispanos, un obispo y dos diáconos: Fructuoso, Augurio y Eulogio eran sus nombres. Murieron en el año 259 en el anfiteatro de la ciudad que era la capital de la extensa provincia romana Tarraconense. Por esta razón ha sido escogida para la beatificación colectiva de mártires cristianos de nuestra tierra el próximo 13 de octubre.
Por este motivo, la Conferencia Episcopal acogió la petición del arzobispo de la ciudad, Mons. Jaume Pujol, de que la beatificación del numeroso grupo de mártires de toda España, prevista casi como conclusión del Año de la Fe, se celebre en esta ciudad.
Como hemos dicho los obispos en el mensaje sobre este acontecimiento religioso en un mensaje reciente, “exhortamos a cada uno y a las comunidades eclesiales a participar ya desde ahora espiritualmente en la beatificación del Año de la Fe. Invitamos a quienes puedan a acudir a Tarragona, para celebrar, con hermanos de toda España, este acontecimiento de gracia”. También hemos pedido que “oremos por los frutos de la beatificación que, con la ayuda divina y la intercesión de la Santísima Virgen, auguramos que esos frutos sean abundantes para todos”.
Los obispos deseamos que la beatificación sea realmente un acontecimiento de gracia. Es muy significativo, en este sentido, que nuestro mensaje –del 13 de abril pasado- termine con una plegaria. En esta plegaria, pedimos estas tres cosas por intercesión de estos mártires:
-“La gracia y la alegría de la conversión para asumir las exigencias de la fe”. Cuando existe entre nosotros una crisis de fe y de práctica cristiana, se nos invita a vivir el gozo de la fe.
-Confiados en la intercesión de María y de los mártires, en la oración que comento, pedimos que los cristianos “seamos siempre artífices de reconciliación en la sociedad y promovamos una viva comunión entre los miembros de la Iglesia”.
-Finalmente, pedimos que “con nuestros pastores, nos comprometamos en la nueva evangelización, haciendo de nuestros vidas un testimonio eficaz de amor a Dios y a los hermanos”.
En esta beatificación podemos decir que está presente todo el Pueblo de Dios, tal como nos enseña el Vaticano II, con la diversidad de estamentos y vocaciones: hay laicos, hombres y mujeres, la mayoría de ellos eran jóvenes, aunque hay también ancianos. Hay religiosos y religiosas; hay sacerdotes y seminaristas. Antes de la beatificación aparecerá el tercer libro de la colección “Quiénes son y de dónde vienen” –alusión a la referencia del libro del Apocalipsis sobre los mártires que acompañan a Cristo en el cielo-, en el que se recogerá la biografía y la fotografía de cada uno de los mártires de esta beatificación del Año de la fe.
