CAMINEO.INFO.- El próximo otoño Barcelona será sede de dos acontecimientos religiosos de gran significado: el Encuentro Internacional de Oración por la Paz y la visita del Santo Padre Benedicto XVI para consagrar el templo de la Sagrada Familia. Hemos de prepararnos tanto en lo espiritual como en la organización, sin duda. Creo que ambos acontecimientos consolidarán la tradición que nuestra ciudad tiene de ser acogedora y hospitalaria.
El encuentro Internacional de Oración por la Paz tendrá lugar los días 3, 4 y 5 del próximo mes de octubre. En el último de estos encuentros, el celebrado en Cracovia –la ciudad con tan entrañables recuerdos de Juan Pablo II- en setiembre del año pasado, tuve el gozo de anunciar que el próximo se celebraría en nuestra ciudad. Barcelona ya acogió este acontecimiento el año 2001. Desde entonces, en las 24 ediciones celebradas hasta ahora, esta iniciativa ha recorrido las principales ciudades de Europa y también del continente americano, ya que la del 2006 se celebró en Washington.
Estos encuentros tiene la intención de mantener el llamado espíritu de Asís que se puso de manifiesto en la jornada interreligiosa de oración por la paz promovida por Juan Pablo II y celebrada en la ciudad de San Francisco, a la que asistieron ciento treinta responsables religiosos de las Iglesias y comunidades cristianas y de las principales religiones del mundo en una fecha que ya se ha hecho histórica: el 27 de octubre del 1986.
Este encuentro internacional de hombres y mujeres de religión, promovido por la Comunidad de San Egidio, mucho ha hecho para introducir en el mundo el compromiso de un diálogo entre las religiones y de un servicio de todas ellas a favor de la paz. La paz es la aspiración que se encuentra en todas las religiones, en su identidad más profunda.
De modo alguno se quieren igualar todas las religiones ni fomentar un sincretismo. Se trata de un encuentro sincero, en el respeto a la propia identidad de cada religión. Se dialoga con sinceridad y cada una de las instituciones presentes reza en un lugar determinado de acuerdo con su propia tradición espiritual. Pero todos pidiendo a Dios el don de la paz. Después, en la conclusión del encuentro, los líderes de las religiones convergen hacia un acto común, en el que se pone de relieve el compromiso de todos en trabajar por la paz desde la misión propia de unas instituciones religiosas.
Así, las religiones acaban formando un arco iris luminoso. Por ello en el símbolo creado por la comunidad de San Egidio para estos encuentros figuran los colores del arco iris y la paloma de la paz, de Picasso, un símbolo bien familiar a nuestra ciudad por diversas razones.
El objetivo de esta iniciativa –tal como dijo Benedicto XVI en el mensaje enviado a los participantes en Cracovia- consiste en “promover el perdón y la reconciliación, y luchar contra la violencia, el racismo, el totalitarismo y el extremismo que desfiguran la imagen de Dios en el hombre”. Confío en la colaboración de todos para que Barcelona pueda celebrar dignamente las bodas de plata del espíritu de Asís.