CAMINEO.INFO.- La fiesta de Pentecostés nos invita a entrar en el corazón mismo de la Iglesia y de su misión, pues en ella el Espíritu Santo hace posible que el Evangelio de Jesucristio, con todas sus consecuencias, alcance nuestra vida. El Epíritu Santo nos hace contemporáneos de Jesucristo, abre nuestros ojos para que podamos comprender la realidad misma de la Iglesia como gran familia de los seguidores de Jesús, en la que Él cumple su promesa: “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”(Mt 28,20).
En la víspera de esta gran fiesta tendrá lugar un importante encuentro de jóvenes de todas las Diócesis de la Tarraconense, en la ciudad de Terrassa. Un signo de experiencia cristiana que aúna el camino que nace del encuentro con Cristo y de la fraternidad que este encuentro genera. Precisamente la acción del Espíritu nos permite unirnos a Cristo y formar parte de una nueva familia. Una experiencia fundamental en la vida de los jóvenes, que reclaman por una parte el reconocimiento de su propia originalidad y la exigencia de la propia respuesta, y al mismo tiempo, la experiencia de la fraternidad, el caminar codo con codo construyendo nuevas formas de amistad.
Este año, el Aplec de l’Esperit de Terrassa se realiza bajo un sugerente lema: “Con vosotros cada día”. Unas palabras de labios de Jesús, que manifiestan que la fe cristiana no es una sabiduría o una teoría de la vida, sino el encuentro con Aquel que, pasando por la muerte, vive para siempre y está entre nosotros. En realidad, si nosotros hoy podemos afirmar que somos cristianos es por el Espíritu que habita en nuestros corazones. Y es también el Espíritu quien hace que todo cuanto vive, celebra y proclama la Iglesia sea realmente signo e instrumento de la presencia de Cristo en el hoy de nuestra vida.
El día del Encuentro serán muchas las actividades que se realizarán, las nuevas amistades que se pueden generar, los signos de fiesta y de alegría. Todo quiere ser expresión de una realidad que escapa a nuestro sentido y nos resulta invisible: la acción del Espíritu de Cristo Resucitado entre nosotros. Y aunque nuestros ojos no puedan verlo, su presencia se deja percibir en los jóvenes, en sus educadores y acompañantes, especialmente cuando unos y otros tratan de vivir el Evangelio, de seguir el camino de Jesús, guiados por su amor y dispuestos a realizar las obras que lo manifiestan. El Aplec de l’Esperit nos dispondrá para pròximos encuentros, especialmente el que se realizará en agosto del año que viene en Madrid. Allí celebraremos, convocados por el Santo Padre, la Jornada Mundial de la Juventud 2011.
