La libertad religiosa, camino para la paz

CAMINEO.INFO.- Inauguramos el año nuevo bajo la intercesión de la Virgen María, Madre de Jesús y Madre de la Iglesia. Lo hacemos acompañados por la confianza que suscita en nosotros saber que nuestro tiempo, nuestra vida, está en las manos del Buen Dios. Navidad es el signo más visible y discreto de la acción de Dios entre nosotros. En este día que inaugura el año, la Iglesia nos invite a orar y trabajar por la paz.

El Papa Benedicto XVI nos ofrece su reflexión en torno al tema de la paz en relación con la libertad religiosa, condición primera e indispensable para la paz. Una propuesta muy presente en la vida de la Iglesia de los últimos años, especialmente desde el pontificado de Juan Pablo II. Él procedía de una sociedad en la que la persecución de las personas por profesar la fe cristiana y el impedimento del ejercicio de sus derechos religiosos era una realidad cotidiana. El Papa conocía de forma directa las consecuencias de la falta de libertad religiosa. De ahí su esfuerzo tenaz en la defensa de este derecho fundamental, pues cuando la Iglesia se compromete «en la acción por el respeto de la libertad religiosa, tiene clara conciencia de ponerse al frente de una batalla necesaria por el hombre, por su más íntima libertad, por la defensa de otras libertades fundamentales» (Juan Pablo II. Lourdes 1983).

Hoy las cosas han cambiado en los países del este europeo, pero en otros lugares del mundo existen múltiples impedimentos para el ejercicio de la libertad religiosa. También hay que reconocer que en nuestra sociedad crece una mentalidad que trata de retirar del ámbito público la profesión de la fe cristiana y los signos de su presencia. Por ejemplo el crucifijo en los lugares públicos o la negativa a reconocer la aportación de la fe cristiana en la construcción de la sociedad. Es el llamado laicismo, que entiende la relación entre Iglesia-Estado-sociedad desde una perspectiva agresiva y no respetuosa.

En esta línea, el Papa Benedicto XVI nos recuerda que la libertad religiosa está en relación con la búsqueda de la verdad y con la verdad misma del ser humano. Todo lo que se opone a la dignidad del ser humano se opone a la búsqueda de la verdad, y no puede ser considerado como libertad religiosa. «También es inconcebible que los creyentes tengan que suprimir una parte de sí mismos, su fe, para ser ciudadanos activos. Nunca debería ser necesario renegar de Dios para poder gozar de los propios derechos. Los derechos asociados con la religión necesitan protección, sobre todo si se los considera en conflicto con la ideología secular predominante o con posiciones de una mayoría religiosa de naturaleza exclusiva» (Mensaje 2011). La libertad religiosa es requisito indispensable para la paz.