CAMINEO.INFO.-
Ya sé que no se lleva hablar de Dios ni recitar el Credo.
Vivimos
convencidos de que el mundo
está en nuestras manos y Dios sobra.
Durante bastantes semanas me he
dedicado a escribir sobre las cosas que pasan, que no son pocas. Hoy he pensado
cambiar el paso y escribir sobre lo que creo, empezando por el credo. Creo en
un solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo lo
visible y lo invisible.
Si creo en un solo Dios está
claro que rechazo todas las viejas mitologías, con dioses buenos y malos,
encargados cada uno de una función diferente: dioses del mar o de la luna, de
la tierra o de las estrellas.
Si acepto que Dios es un Padre
todopoderoso reconozco que todos los vivientes que han sido, son y serán,
tienen la categoría de hijos, aunque no lo sepan, aunque lo nieguen. Un hijo
puede negar al Padre pero nunca el Padre a un hijo. Saturno devorando a sus
hijos es una fábula inaceptable.
El universo entero, visible o
invisible, es obra de Dios. Pretender que tenemos que arreglar la creación es
una solemne tontería. Apenas si sabemos algo de lo que existe más allá de la
luna, si hay otros planetas habitados, si hay vida semejante a la nuestra.
Nuestros inventos, de los que nos sentimos tan ufanos, no pasan de meros
juguetes. Hablamos de agujeros negros sin tener nada claro lo que representan
ni lo que son.
Hay mucha gente que cree que todo
lo hubiera hecho mucho mejor que Dios, pero lo único que sabemos es que nuestra
vida, por más que nos empeñemos se acabará un día y lo mismo que no decidimos
nacer tampoco vamos a decidir cuándo morir, aunque haya desalmados que sueñan
con establecer la eutanasia, porque les parece que estamos demasiados viejos.
Ahora se ha desatado la
preocupación por el planeta al pensar que está en nuestras manos. Yo prefiero
pensar que Dios que lo hizo cuidará de él con amor de Padre Todopoderoso, que
los hombres sin fe lo único que harán es estropearlo.
También creo en un solo Seños,
Jesucristo, hijo único de Dios, nacido del Padre y de su misma naturaleza,
antes de todos los siglos, engendrado, no creado, que por nosotros los hombres
y por nuestra salvación bajó del cielo y por obra del Espíritu Santo, se
encarnó de María la virgen y se hizo hombre y por nuestra causa fue crucificado,
muerto y sepultado en tiempos de Poncio Pilatos pero resucitó al tercer día y
subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre y de nuevo vendrá con
gloria para juzgar a vivos y muertos y su reino no tendrá fin.
Ya sé que mucha gente no cree en
Cristo, aunque vayan a las procesiones de la Semana Santa vestidos de nazarenos.
Por mi parte, sí creo en Cristo y que seré juzgado cuando termine mi vida y
espero ser salvado por su misericordia y no por mis buenas obras que son
escasas.
A los que no creen en la
salvación de Dios por los méritos de Cristo ¿qué porvenir les espera? Quizás
convertirse en polvo y ser olvidados o, lo que es peor, ser juzgados indignos
de la vida eterna.
También creo en la Iglesia, sobre
la que escribiré en un próximo artículo. Para los que se tomen la vida en serio
más allá de pandemias, crisis y malos gobernantes, si les queda algo de
cristianos, les invito a levantar el corazón a Dios Padre Todopoderoso.