CAMINEO.INFO.-
Mientras nos ejercitamos en la desescalada tratemos de
avizorar el
futuro
A punto de entrar en el
problemático campo de una economía maltrecha oigo hablar de renta básica universal y me quedo
espantado de la barbaridad que algunos social-comunistas quieren implantar.
Una cosa es un salario mínimo
suficiente y otra cosa una renta básica. El salario siempre tiene una
contrapartida: el trabajo al que todos estamos llamados. La renta o el ingreso básico
universal no tienen contrapartida de trabajo.
Una pensión de jubilación o
invalidez sigue siendo una contrapartida al trabajo realizado a lo largo de la
vida hasta que llega el momento, por la edad o la enfermedad, de no poder
seguir realizándolo.
Dar dinero sin contrapartida de
trabajo sería gravar al emprendedor con altos impuestos y dedicarlos a quien no
trabaja. Por tanto cualquier ayuda que pueda darse a alguien no puede ser ni
universal ni permanente sino limitada en el tiempo y por causas tasadas.
Cuando el gobierno del estado se
lanza por la pendiente de impuestos
crecientes para mantener una administración gigantesca y dedica alguna
parte a los que no trabajan, bien porque no buscan, bien porque se acomodan a
un sistema asistencialista, normalmente lo hace por cálculo electoral buscando
el voto cautivo de estos perceptores de la renta o ingreso básico universal: si no
nos votas, no cobras. Hay ejemplos.
También quiero apuntar a que,
mientras el gobierno nos confinaba en nuestras casas en una especie de arresto
domiciliario, los mayores asilados en residencias morían irremisiblemente sin
asistencia ni medicamentos. Oí contar a un representante de estos
establecimientos que solo les enviaban morfina y sedantes y
mientras se está pergeñando en el congreso una ley para ¡despenalizar la
eutanasia! y seguramente lo conseguirán, lo mismo que despenalizaron el
aborto que provoca cada año el triple de muertes que las causadas por el virus
que nos azota.
Algunos ecologistas iluminados
hablan sin pudor de que se trata de la venganza de la madre tierra (¿la
Pachamama?) porque el planeta tiene demasiada gente. En la línea de Malthus o
Paul Erlich, los globalistas, que manejan todos los hilos, buscan una vacuna
contra el Coronavirus-19 que además impida la fecundación humana.
Para ver cosas estar vivos: los
que no creen en Dios adoran a nuestro planeta y quieren descargarlo de
habitantes ¡Qué manía!
Los mismos que pregonaban la
libertad absoluta en la vida diaria hoy quieren tenernos militarizados. Los que
han impuesto el cierre de todo, incluidas las iglesias, han excluido las
clínicas abortivas como servicios esenciales, porque hay que salvar vidas ¿las de los bebés no nacidos, las de los
ancianos?
Muchos que denunciaban toda forma
de censura por atacar a nuestras libertades constitucionales, ahora quieren
censurar toda manifestación discrepante
y hasta el intercambio de mensajes por las redes para evitar bulos y críticas
al gobierno. Los bulos del gobierno tienen ”bula”.
Quizás la pandemia esté sirviendo
para conocer mejor a nuestros gobernantes, sus ideas y sus proyectos, pues la ocasión les
ha facilitado un ensayo general del totalitarismo que quisiera imponernos este
gobierno de coalición social-comunista.
Por desgracia seguiremos bastante
tiempo teniendo que hablar de estas cosas y no de la belleza de la primavera ni
del veraneo y hasta del futbol, aunque yo no sea aficionado.