Aunque un jubilado tiene unas
vacaciones perpetuas sigo llamando vacaciones a cambiar de aires por un par de
semanas. Antes de entrar, mi mujer y yo en la década de los ochenta, en que se
ha acentuado nuestro deterioro físico hemos aprovechado cualquier motivo para
recorrer España. Hoy, gracias a la ayuda de nuestros hijos, hemos estado en la
costa de Málaga, (más bien en la piscina de la urbanización), ya que la arena
de la playa no la hemos pisado.
Me llevé un par de libros: 12 reglas para vivir, un antídoto al caos,
de Jordan B.Peterson que me ha resultado interesantísimo y el Quijote, del que leí que podrían
prohibirlo, en estos tiempos en los que todo lo español resulta sospechoso, ya
se trate del descubrimiento de América, su colonización y la pérdida el
imperio. Por cierto en el paseo marítimo de Torre del Mar han colocado una
modesta estatua de Blas de Lezo, lo que me alegrado sobremanera.
De Peterson comparto sus doce reglas
para vivir, aunque no sea mucho el tiempo que me quede para llevarlas a la
práctica.
La regla octava recomienda: “Di la verdad, o por lo menos no mientas”
que me parece oportunísima en estos tiempos en que la mentira se difunde de
forma machacona por todos los medios, aunque ahora se diga fake news, en inglés
para despistar, pero son las trolas de siempre aunque más gordas y repetidas.
La novena nos dice: “Da por hecho que la persona a la que
escuchas puede saber algo que tú no sabes” oportunísimo consejo para tantos
que creemos sabérnoslo todo y se nos ve el plumero.
La regla cuarta nos dice: “No te compares con otro, compárate con
quien eras tú antes”. Quizás hayas mejorado con el tiempo pero es más fácil
que aquí y ahora hayamos empeorado, que seamos más egoístas, más desconfiados,
más desilusionados de tanto progresismo, feminismo y otros ismos que nos van
haciendo la vida invivible, insegura, problemática.
Otra regla es: “a la hora de hablar, exprésate con
precisión” ¡Casi nada! Cuando lo normal es el embrollo, la auto
justificación, el engaño y esta otra “antes
de criticar a alguien, asegúrate de tener tu vida en perfecto orden”
Estoy seguro de que mis pobres
comentarios sobre algunas de las 12
reglas de Peterson no hacen justicia a la profundidad de este libro cuya
lectura recomiendo vivamente.
El Quijote me ha resultado mucho
más divertido que cuando lo leíamos en el colegio a trozos. Las aventuras en
las que se ven envueltos Don Quijote y Sancho Panza y los razonamientos de
ambos, tienen mucho mejor sentido y más humor que los libros que hoy pasan por
humorísticos.
En este tiempo de encuestas para
todo, sería interesante saber quiénes lo tienen y quiénes lo han leído. Puede
que haya muchos como yo, que lo tienen desde hace años en los estantes de sus
bibliotecas pero no lo abren nunca dándolo por sabido.
Lo mismo podemos decir de los
libros de historia, de los que cuentan la verdad de esta España nuestra sin
conformarnos con la manipuladora ley de memoria histórica.
Dejen de oír la tele y lean cosas
que nos hagan mejorar.