¿Esto era la democracia? ¿Para
qué ha servido mi voto? ¿Tenemos líderes
o jefes de partida?
Me apena ver esta España
envejecida y menguante, con regiones que ya no se sienten españolas. Me apena
ver que cada vez se respetan menos los juramentos o las promesas.
Aunque no es cosa nueva, la democracia en
España nunca ha sido el poder del pueblo sino el de los partidos (mejor sería
decir “partidas” como la del Pernales o el Tempranillo) que hacen y deshacen
con los votos que recibieron de los ciudadanos, pensando exclusivamente en su
propio poder y beneficio de sus secuaces y no en el bien de España y los
españoles, todos los españoles.
Las presidencias autonómicas y
las alcaldías penden de enrevesados cálculos y de un indigno y vergonzoso toma
y daca.
En las primeras elecciones
municipales de la democracia milité ilusionado en la Unión de Centro
Democrático que sacó once concejales mientras que los diversos partidos de
izquierda (socialistas, andalucistas, comunistas y alguno más) decidieron
entregar la alcaldía al cabeza de lista del Partido Andalucista, pero poco duró
el bastón en sus manos. A cambio de la alcaldía de Sevilla para otro
andalucista tuvo que renunciar el de Granada en beneficio de un socialista que también
duró poco, produciéndose a continuación un baile de socialistas hasta llegar al
que había decidido el PSOE.
Ya noté que formar parte de la lista
más votada solo aseguraba una silla en el salón de Plenos y el derecho de
levantar la mano para votar a favor o en contra de las propuestas. En la
siguiente convocatoria electoral la UCD había dejado de existir y desilusionado
no volví a la política, aunque no dejé de ser amigo de los demás concejales,
fueran del partido que fueran.
Pero ahora parece que las
posturas están más encontradas y las relaciones entre los partidos (o partidas)
bastante deterioradas.
Por otro lado la consecución del
poder y su disfrute en forma de sustanciosos beneficios económicos lleva a
pactar a los “lideres” con quien sea, incluso con declarados enemigos de
España, delincuentes, sediciosos y hasta terroristas.
He escrito la palabra líderes
entre comillas porque mi concepto del liderazgo no cuadra con la conducta de
todos o la mayor parte de nuestros políticos.
Y lo que es peor no hemos
aprendido nada de nuestra historia sino que ha sido falsificada hasta convertir
en ley sus embustes. ¿Saben los españoles cómo terminaron la primera y la segunda
república y lo mal que se llevaban sus políticos? ¿Cómo terminó el ilusionante
periodo de la restauración, la dictadura de Primo de Rivera y la caída de
Alfonso XIII? ¿La guerra civil y la dictadura de Franco acaso son como quieren contárnoslas
ahora?
Sin un absoluto amor a la verdad
¿podremos construir una nación mejor? Sembrando mentiras y odios ¿seguiremos
existiendo?
Reflexionando me viene a la mente
el salmo 126 “Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los
albañiles. Si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas”
Nuestro alejamiento de Dios ¿no tendrá que ver con nuestra situación?
Cuando las cosas no van bien hay
que rezar y no solo quejarnos.