CAMINEO.INFO.- Es día de Comuniones en la Parroquia de Luján… hoy es día de fiesta… Entro al recinto tras los niños, impecables, radiantes, puros… llevan el corazón lleno de gozo, van a encontrarse con su Señor… el coro canta “Gloria a Dios en las Alturas…”, los ecos de las voces llegan a mi alma. Te miro, María, con tu vestido celeste y blanco que atrapó los colores de mi bandera, como diciendo: "Argentina, no temas, estás en mí…” Te miro y me dices al alma…:” ¿Querías saber cómo llegaron los pastores a Belén? Pues, así…” Y me tomas el corazón entre las manos y me llevas al pequeño recinto donde, dos días antes, nació el Salvador del mundo… Allí me quedo, ha amanecido, tu estás lavando los pañales, aún te mueves despacio, pues estás en pleno post-parto… te pregunto, entonces, por José… -Pues ha ido a Belén a registrarse, creo que demorará bastante, ayer también fue pero no pudo llegar, había demasiada gente y mucha confusión.
-¿Te ayudo en algo?, estás solita.
- Solita no, Jesús está aquí, pero levántalo, si quieres, recién se ha despertado y debo darle de mamar… ¿le cambiarías sus pañales mientras termino? Confieso que me quedé muda ¿yo? ¿Cambiarle los pañales a Jesús?, mis manos temblaban y creí que me iba a estallar el corazón…. - Vamos- dijiste sonriendo- tómalo, se supone que la primeriza soy yo…. Muchísimas veces en mi vida he pensado en Jesús, hasta me imaginé hablando con él de muchos temas, mas nunca lo vi de esta manera… pero María tiene estos detalles. Tomé a mi Señor entre los brazos y me dirigí al tendedero, que José había improvisado, por pañales limpios… caminaba como entre nubes… ese pequeño, tan igual a mis hijitos, ese pequeño a quien le debo todo lo que soy… ese pequeño necesitaba ahora de mí…. ¿Cuántas veces, mi Señor, has necesitado de mí y yo no te he escuchado?
María sonreía al ver mi torpeza… -¡Vaya!, realmente parece que nunca has cambiado un niño- y reía como mil cascadas… -Es que… Señora… es Jesús… -Te entiendo, a mí también me costó al principio, temía equivocarme… pero poco a poco fui aprendiendo, como todas las mamás… Terminamos juntas de ordenar el recinto y salimos a caminar… Al anochecer volvía José del poblado. - Esposo mío, gracias a Dios has vuelto, estaba preocupada… - Todo está bien, aunque había mucha gente, y ya pensaba que no iba a poder registrarme, cuando un soldado me dijo que pasara, que me había visto también ayer y otras cosas, y me registró en seguida, me sorprendió porque, cuando terminó me dijo:”Vuelve pronto con tu esposa”… María me miró y nada dijo… era noche de pastores…. Mientras María terminaba de amamantar a su niño, José le ayudaba con la cena. En ese momento unos veinte hombres, jóvenes y viejos, se acercaron al pesebre y saludaron, José salió rápidamente a su encuentro y, con una mirada, le hizo señas a María que fuese al otro extremo del recinto. María le obedeció en silencio.
-Shalom amigo…- dijo un anciano de aspecto agradable y piel curtida por el viento del desierto… -¿Quiénes son ustedes? ¿Que quieren aquí?
-No temas, amigo-continuó el anciano- es que hemos visto la noche mas resplandeciente que jamás haya existido, hemos percibido los mas deliciosos perfumes y luego, luego esas voces… tan angelicales… todos las hemos oído, no puede haber sido un sueño… - ¿Voces? ¿De qué voces me hablas? ¿Cuando ha sucedido esto?
- Te hablo de las voces de los ángeles, hace dos noches, nos dijeron que ya había nacido el Salvador, el Cristo Señor, que lo encontraríamos en un pesebre, bajo la estrella que brilla con fulgor… Nos ha tomado dos días llegar aquí…. En ese momento María se acercó un poco a José y le preguntó:
- Esposo mío, ¿quienes son ellos?
- Ellos, ellos lo saben, María,- dijo el padre con los ojos húmedos… - Pues entonces que pasen y que vean por ellos mismos lo que les fue anunciado… Los pastores entraron, no sé como, pero seguía yo escuchando el coro de mi parroquia cantando maravillosamente el “Gloria a Dios en las alturas”… el mas anciano de todos se arrodillo frente a María y solo murmuró: - Señora… Señora mía… Entonces todos hicieron lo mismo, María entregó el niño al anciano y éste le sostuvo con ternura….Miró a sus compañeros y les dijo….: - No viviré yo tanto tiempo como para verle hombre… pero los más jóvenes lo verán… les pido no olviden esta noche…. Entre los mas pequeños había un pastorcito cuya mirada no se apartaba del niño, lo miraba… extasiado… Cuando los pastores estaban por retirarse el pequeño aún no se movía, con los ojos fijos en Jesús, que ya estaba otra vez en brazos de su madre… su padre le dijo entonces… - Pedro, vamos, debemos volver a Galilea…- y dirigiéndose a José le comentó: - Perdone usted a mi hijo, es que nosotros somos pescadores y hemos venido a visitar a nuestros parientes, cuando vimos el anuncio…. Desde ese momento mi hijo está… como en otro mundo… Los hombres se retiraron. María entonces se acercó a la ventana y, mirando al cielo, susurró:
-Oh, Señor, que admirable eres ¿Qué significa la presencia de los pastores?... no comprendo, Dios mío, pero estoy en tus manos… hágase en mí tu voluntad…
Mas tarde, María recostó al niño junto a José, que ya estaba dormido, agotado por la intensa jornada, y se volvió a mí… salimos fuera del recinto y comenzamos a caminar juntas… tu vestido volvía a ser celeste y blanco y el paisaje se desdibujaba…. Nos encontramos frente a la parroquia…. Antes de despedirte me habló al alma…: -Mi buena amiga, los pastores llegaron con un mensaje de luz, de paz, de alegría… al verlos podía pensar en un futuro lleno de maravillas para mi Jesús, el Salvador, el Mesías… pero allí también estaba Pedro, para que yo, años mas tarde, entendiese que en el camino de mi hijo habría también soledad, abandono, traición, … cruz…. - Entonces, Señora mía, ¿Cuándo comenzó realmente la pasión de Cristo?
- Es una buena pregunta… busca la respuesta en tu corazón…y pregúntate también ¿Terminó realmente la Pasión de Cristo?... –
Acariciaste mi cabello y entraste, te mezclaste entre las gentes, besaste a cada niño con ternura infinita… tu beso fue como una brisa perfumada…. Y fuiste a colocarte justo al lado del sacerdote, pues tu hijo estaba por hacerse pan, pan para los niños, pan para el mundo, pan… sencillamente… Me quedé pensando… cuantas coronas de espinas tejí para ti, Señor, cada vez que no te elegí, cuantas veces te hice mas pesada la cruz, más cuesta arriba el camino, cada vez que no tuve el valor de cumplir tu palabra…Perdóname Señor… perdóname y sonríe, sonríe con los niños que hoy van a recibirte, como los pastores, y cantemos, María, cantemos juntas… “Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”….