CAMINEO.INFO.- Los nacionalismos y la extranjería – 1ª Parte:
Paradojas de estos tiempos que corren hoy. Los nacionalismos nos hacen a muchos extranjeros en nuestro propio país. Las inquisitorias ideas del nazismo no solamente no han muerto, sino que detrás de tantas expresiones de libertades, cautivas en otros tiempos se encubren, se cobijan y justifican las nuevas corrientes de los nacionalismos actuales.
Los que injustamente sufrieron en tiempos pasados por la imposición de la uniformidad, hoy pretenden resarcirse en el presente y tras una nueva libertad, someten a otros inocentes al dictado inquisitorial de los nuevos nacionalismos capitaneados siempre por los políticos de turno. Curioso resulta que la injusticia que supuso su tormento, sea ahora el arma que hoy utilizan como el recurso para obtener su libertad, dictando normas inquisitoriales a otros.
Ni antes ni ahora, estas acciones aportan libertad a nadie, y a nosotros nos confiere un carácter de extranjeros, aún estando en nuestra propia tierra, por el mero hecho de haber sido educado con otras coordenadas a las que portan los acaudalados ríos del nacionalismo actual. Es tanto así, que tiene mayor relevancia hoy la palabra "Extranjería", y esta extranjería aumenta cuando además se mantiene uno fiel al Cristianismo y a la Iglesia. La Fe y la Iglesia, nos conducen a la mayor extranjería frente al Laicismo y el Nacionalismo reinantes.
Por estas dos facetas, dentro de poco, seremos tan perseguidos como lo fuimos en otras épocas de la historia reciente. Así nacimos contemporáneos en tiempos de Jesús, perseguido por los judíos, por los romanos, por todos los pueblos del entorno de Israel, y en la época moderna: por el nacionalismo republicano, el comunismo, el socialismos de turno y por tantos falsos profetas pensantes del tiempo moderno como los: Friedrich Engels, Friedrich Nietzsche -Niche-, etc.
Nuestro crecimiento, ha sido paralelo históricamente a nuestra persecución, en lo político y en lo espiritual. Y cuanto mayor fue la siembra de la persecución, mayor fue la cosecha de la propagación de la Fe. Por ello, no hay que desanimarse. Contra siete pueblos tuvo que luchar Josué, todos más entrenados y aguerridos que él, carente de toda experiencia militar, pero fiel a Dios y a Moisés, y nada ni nadie le pudo resistir. Y todos sin excepción le temían. Basta mostrar fidelidad, como lo hizo Rajab (aun con un pasado muy sucio) para dejar de temer a los nuevos ocupadores. Por ello, ánimo, hay que poner de nuevo la cinta en nuestra verja (como hizo ella), para quedar protegidos y ser salvos a las nuevas tendencias. Ver citas: Josué, 2,1-8; Josué, 6,17; Hebreos 11,31; Santiago 2,25
El que quiera entender que entienda, y si no haya el. Hoy, vemos en esta cinta roja la Cruz teñida de rojo por la sangre de Jesús, y el que no la ponga en un lugar visible (en el centro de su ser, en el medio de su razón, de su quehacer) se arriesga a ser aniquilado y eliminado por el anatema de la única verdad, que reposa hoy en la Iglesia, como estuvo patente en el pueblo de Israel en el Éxodo.
Por ello, adjunto en documento seguido al artículo, el eco de la palabra extranjero -2ª Parte- que a los cristianos nos sitúa fuera de toda corriente política educacional espiritual local del nuevo laicismo, ya que al hacernos de Cristo, hemos renunciado a participar de toda maldad, por muy moderna, ecuánime y racional que pueda parecer, o por muy bañada de seudo libertad que se ofrezca. Si no estamos ahí, ¡cuidado! que a lo mejor ya estamos confundidos o divididos, por los nuevos y falsos conceptos de libertad que son garantía de esclavitud.
¡Hay que acoger a Cristo, como lo hizo Rajab!
Citas de la Escritura
Josué2
1 Josué, hijo de Nun, envió secretamente desde Sittim dos espías con esta orden: «Id y explorad el país y Jericó.» Fueron y entraron en casa de una prostituta, llamada Rajab, y durmieron allí.2Se le dijo al rey de Jericó: «Mira que unos hombres israelitas han entrado aquí por la noche para explorar el país.» 3Entonces el rey de Jericó mandó decir a Rajab: «Haz salir a los hombres que han entrado donde ti - que han entrado a tu casa - porque han venido para explorar todo el país.»
4Pero la mujer tomó a los dos hombres y los escondió. Luego respondió: «Es verdad que esos hombres han venido a mi casa, pero yo no sabía de dónde eran. 5 Cuando se iba a cerrar la puerta por la noche, esos hombres salieron y no sé adónde han ido. Perseguidles aprisa, que los alcanzaréis.» 6 Pero ella los había hecho subir al terrado y los había escondido entre unos haces de lino que tenía amontonadosen el terrado.
7 Salieron algunos hombres en su persecución camino del Jordán, hacia los vados, y se cerró la puerta en cuanto los perseguidores salieron tras ellos. 8Todavía ellos no se habían acostado cuando Rajab subió al terrado, donde ellos 9 y les dijo: «Ya sé que Yahveh os ha dado la tierra, que nos habéis aterrorizado y que todos los habitantes de esta región han temblado ante vosotros:
10porque nos hemos enterado de cómo Yahveh secó las aguas del mar de Suf delante de vosotros a vuestra salida de Egipto, y lo que habéis hecho con los dos reyes amorreos del otro lado del Jordán, Sijón y Og, a quienes consagrasteis al anatema. 11Al oírlo, ha desfallecido nuestro corazón y no se encuentra ya nadie con aliento en vuestra presencia, porque Yahveh vuestro Dios, es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra. 12 Juradme, pues, ahora por Yahveh, ya que os he tratado con bondad, que vosotros también trataréis con bondad a la casa de mi padre, y dadme una señal segura; 13que respetaréis la vida de mi padre y de mi madre, de mis hermanos y hermanas, y de todos los suyos, y que libraréis nuestras vidas de la muerte.»
14Los hombres le respondieron: «Muramos nosotros en vez de vosotros, con tal de que no divulguéis nuestro asunto. Cuando Yahveh no haya entregado la tierra, te trataremos a ti con bondad y lealtad.» 15 Ella los descolgó con una cuerda por la ventana, pues su casa estaba en la pared de la muralla y vivía en la misma muralla.
Josué6
15El séptimo día, se levantaron con el alba y dieron la vuelta a la ciudad (según el mismo rito) siete veces. (Sólo aquel día dieron la vuelta a la ciudad siete veces.)16 La séptima vez, los sacerdotes tocaron la trompeta y Josué dijo al pueblo: «¡Lanzad el grito de guerra, porque Yahveh os ha entregado la ciudad!»17 «La ciudad será consagrada como anatema a Yahveh con todo lo que haya en ella; únicamente, Rajab, la prostituta, quedará con vida, así como todos los que están con ella en su casa, por haber ocultado a los emisarios que enviamos.
Hebreos 11:
29Por la fe, atravesaron el mar Rojo como por una tierra seca; mientras que los egipcios intentando lo mismo, fuerontragados. 30Por la fe, se derrumbaron los muros de Jericó, después de ser rodeados durante siete días.31Por la fe, la ramera Rajab no pereció con los incrédulos, por haber acogido amistosamente a los exploradores.
32Y ¿a qué continuar? Pues me faltaría el tiempo si hubiera de hablar sobre Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas. 33Estos, por la fe, sometieron reinos, hicieron justicia, alcanzaron las promesas, cerraron la boca a los leones; 34 apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, curaron de sus enfermedades, fueron valientes en la guerra, rechazando ejércitos extranjeros; 35 las mujeres recobraban resucitados a sus muertos. Unos fueron torturados, rehusando la liberación por conseguiruna resurrección mejor;
Santiago 2
22 ¿Ves cómo la fe cooperaba con sus obras y, por las obras, la fe alcanzó su perfección? 23Y alcanzó pleno cumplimiento la Escritura que dice: = Creyó Abraham en Dios y le fue reputado como justicia = y fue llamado amigo de Dios.»
24 Ya veis cómo el hombre es justificado por las obras y no por la fe solamente.25 Del mismo modo Rajab, la prostituta, ¿no quedó justificada por las obras dando hospedaje a los mensajeros y haciéndoles marchar por otro camino?26Porque así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
Mateo1
1Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: 2 Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos, 3Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara, Fares engendró a Esrom, Esrom engendró a Aram, 4 Aram engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naassón, Naassón engendró a Salmón, 5 Salmón engendró, de Rajab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, Obed engendró a Jesé,