El pecado y las divisiones humanas
Mon, 17 Nov 2014 07:01:00
Divisiones, conflictos, guerras, son parte integrante de la historia humana desde sus inicios. A la raíz de los mismos encontramos siempre la misma causa: el pecado.
Porque el pecado separa a los hombres de Dios y a los hombres entre sí. Así ocurrió con la primera caída, la que alejó a Adán y Eva de Dios y entre sí. Así ocurrió con el primer homicidio: Abel asesinado por Caín. Así ocurrió y ocurre a lo largo de todos los tiempos y en todos los pueblos.
El pecado implica una ruptura y una carencia. Rompemos con Dios, perdemos su amistad. Entonces el corazón queda herido, y vive en el mundo de las tinieblas, de los odios, de las mentiras, de la falta de misericordia.
San Pablo lo evidenciaba con esa larga lista de pecados que tiñen de dolor la historia humana: al no conocer ni amar a Dios, los hombres fueron abandonados a sus pasiones, “llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, henchidos de envidia, de homicidio, de contienda, de engaño, de malignidad, chismosos, detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, crueles, despiadados” (Rm 1,29