El 31 de enero de 2013 se presentó en la sala de prensa del Vaticano el programa para el año que la Iglesia católica dedicará a la vida consagrada. Comenzará en el mes de octubre de 2014 y concluirá el 21 de noviembre de 2015. Como se indicó durante la presentación a los medios, el contexto de fondo es el 50 aniversario del decreto conciliar «Perfecta Caritatis», un texto importantísimo del Concilio Vaticano II que gira en torno a la renovación de la vida consagrada.
El tema de la renovación de la vida consagrada en la Iglesia ha sido un caballo de batalla que se remonta a los años 50´s del siglo pasado. El contexto de entonces era diferente. Hoy esa necesidad de renovación se evidencia en uno de los aspectos más sintomáticos: el numérico.
Hoy por hoy las órdenes y/o congregaciones masculinas con el mayor número de miembros son los jesuitas, seguidos de los salesianos, los franciscanos y, un poco más abajo, de los dominicos y redentoristas. Pero los años y los números dicen un poco más: en 1959 los jesuitas eran 34,293 pero para 2011 los datos oficiales eran de 17,287 miembros (llegaron a 36, 038, su pico más alto, en 1965).
Los salesianos eran 18,750 en 1959. Llegaron a los 20,423 en 1973 pero para 2011 la cifra oficial era de 15,573. Los franciscanos menores eran 26,320 en 1958 y 14,123 en 2011; los franciscanos conventuales eran 4,170 en 1958 y 4,289 en 2012; los capuchinos eran 15,138 en 1958 y 10,786 en 2011 (las tres familias franciscanas juntas son la más numerosas si se les considera en conjunto). Los dominicos eran 8,729 en 1958 y 4,459 en 2011. Los benedictinos eran 11,500 en 1959 pero para 2011 eran sólo 7,528; los claretianos eran 3,356 en 1959 pero para 2011 son 3,017; los agustinos eran 3,847 en 1973 pero para 2011 eran 2,804; los maristas eran 8,181 en 1973 y 3,746 para 2011; los marianistas eran 3,110 en 1959 y 1,315 en 2011; los lasallistas eran 14,517 en 1973 y 4,897 en 2011. Finalmente, los redentoristas eran 8,312 en 1959 y en 2011 5,338.
Si nos centramos en los religiosos profesos que no son sacerdotes las estadísticas evidencian una disminución considerable: si en 1978 eran 75,802 para 2011 la cifra era de 55,085 (en 2005 se llegó a 54,708, por lo que dentro de la caída se puede advertir un leve incremento).
El panorama numérico de la vida religiosa femenina es también elocuente: en 1978 había 990,000 monjas mientras que para el 2011 la cifra era de 713,206: 39% residía en Europa, 27% en América; 23% en Asia; y 9,5% en África. Fue en estos últimos dos continentes donde se registraron aumentos en el número de vocaciones tanto masculinas como femeninas.
No obstante la precipitación a la baja en cuanto a números se refiere, un caso extraordinario de especial relieve lo suponen las monjas y monjes de clausura donde pareciera que el invierno vocacional no ha llegado. Varios ejemplos: en 1973 las clarisas eran 1,020 en todo el mundo. Para 2012 eran 6,799 (llegaron a ser 8,179 en el año 2000). Caso análogo es el de órdenes estrictas en sus reglas. En 1973 los cartujos eran 457 monjes; para 2011 eran 316. Los monjes cistercienses eran 1,623 en 1959; para 2011 eran 1,709; los carmelitas descalzos contaban 4,263 miembros en 1959; para 2011 bajaban bastante poco en comparación con otras órdenes y se quedaban en 3,982 religiosos.
Finalmente está el caso de dos congregaciones jóvenes que han experimentado un fenómeno inverso: los legionarios de Cristo eran 303 en 1966; para 2011 el número de miembros ascendía a 1,978 (si bien para 2012 la cifra oficial era de 1,888); los combonianos eran 1,745 en 1973 y para 2011 eran 1,728.
Dentro del programa para el «Año de la vida consagrada» está previsto un encuentro internacional en Roma para jóvenes religiosos, religiosas, novicios, profesos temporales y perpetuos, un congreso internacional de teología de la vida consagrada dedicado al tema «Renovación de la vida consagrada a la luz del Concilio y perspectivas de futuro» y una exposición internacional sobre la vida consagrada.
En ese contexto también la Iglesia revisará diversos documentos para actualizar su disciplina: por ejemplo el texto «Mutuae relationes» que regula las relaciones entre obispos y religiosos en la Iglesia, la actualización de la instrucción «Verbi Sponsa» que aborda la autonomía de las religiosas dedicadas a la vida contemplativa y una nueva Constitución Apostólica sobre la vida contemplativa (la última, «Sponsa Christi», data del tiempo de Pío XII, es decir, de 1950). También se habla de dos nuevos documentos: uno sobre la vida y misión de los religiosos y otro sobre la gestión de bienes por parte de personas consagradas.