Es habitual que se formen preferencias y formulen hipótesis sobre aquellos cardenales "favoritos" para ser elegidos Papa. Si ya durante la segunda parte del pontificado de Benedicto XVI esas elucubraciones se hacían y divulgaban, la dimisión no ha hecho sino propiciar su multiplicación. Pero, ¿quiénes son los papables?
La pregunta, sin embargo, remite a algo más profundo: ¿quién puede ser elegido Papa? La ley canónica de la Iglesia no precisa requisitos específicos por lo que se debe apelar a los principios del derechos divino para ser obispos, es decir, ser varón en pleno uso de sus facultades mentales (esto supone el diaconado, el ordena sacerdotal y el episcopado). No obstante, en la práctica de los últimos siglos sólo han sido elegidos Papa los obispos que gozan del nombramiento de cardenales.
La siguiente pregunta lógica sería: ¿y cuántos cardenales hay hoy en día? Hasta el 12 de febrero de 2013, los cardenales electores que participarían en el próximo Cónclave son 118. El Cónclave está previsto para el mes de marzo. De los 118 cardenales electores (que pueden votar por un nuevo Papa), 51 fueron creados por Juan Pablo II y 67 por Benedicto XVI.
Los cardenales no electores (pueden ser elegidos pero no pueden elegir) son 91: 2 fueron creados cardenales por Pablo VI, 72 por Juan Pablo II y 17 por Benedicto XVI.
En total son 209 cardenales. En las próximas semanas cumplen 80 años 4 cardenales que hoy en día son electores y que podrían dejar de serlo por límite de edad (Lubomyr Husar, M.S.U., (26 febbraio 26, 1933), de Ucrania; Walter Kasper (5 marzo 1933), de Alemania; Severino Poletto (18 marzo 1933) de Italia; y el mexicano Juan Sandoval Íñiguez (28 marzo 1933).
Dicho esto, tenemos a 209 cardenales que podrían convertirse en Papa: 209 "papables". Obviamente, dado que los 118 cardenales electores –al 12 de febrero de 2013–, serían ellos los que podrían darnos la respuesta efectiva y real sobre la tendencia o intención de voto pues a ellos corresponde elegir al Vicario de Cristo que sucederá a Benedicto XVI. Dado que nadie se ha tomado la molestia de hacerles la encuesta (además de que los cardenales no suelen responderla) todas las quinielas y cavilaciones