El Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha liderado el proyecto de las excavaciones que han puesto al descubierto la catedral de la localidad, que rivalizaban en Roma por su riqueza. Del linaje de sus condes descienden tres papas del siglo XI: Benedicto VIII, Juan XIX y Benedicto IX.
17 metro de ancho por 24 metros de largo, distribuido en tres naves y con ábside orientado al este. Capiteles, columnas de mármol, fragmentos de mosaicos. Esto es lo que se han encontrado los investigadores del CSIC que, junto con otros de diferentes universidades han participado en las excavaciones de la llamada catedral de la Rocca, dedica da la Santísima Trinidad, en la que fue una próspera localidad medieval a 30 kilómetros de Roma: Tusculum.
La riqueza del templo, que se halla en la zona amurallada de la ciudad, cerca de los restos del palacio de los condes de Tusculum, habla de esa prosperidad que llevó a la localidad a invertir buena parte de su dinero en esta construcción. Explica Leonor Peña-Chocarro, investigadora del CSIC en la Escuela Española de Historia y Arqueología y directora del proyecto, explica que "la riqueza ornamental de la iglesia, resultado de una importante inversión económica, refleja su importante papel en el territorio".
Pero esa riqueza fue también motivo de perdición porque la cercanía a Roma generó una importante rivalidad política y económica. Sería Roma la que ganase y Tusculum quedó totalmente destruida y abandonada. Es, precisamente, esa circunstancia de abandono la que ha permitido ahora recuperar unos vestigios muy bien preservados.
La última campaña de investigación ha sido financiada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y cuenta con la participación de la Universidad de Roma "La Sapienza", la de Chieti