El Museo Diocesano de Zamora expone una talla de la Virgen de la Soledad como pieza invitada
Tue, 04 Nov 2014 21:01:00
Zamora/ESPAÑA.- Una talla de la segunda mitad del siglo XIV, que engrosa la colección del Museo Diocesano de Zamora, abandonó su lugar en la iglesia de Santo Tomé el pasado mes de mayo para someterse a una intervención a cargo de expertos profesionales para mitigar los efectos que posibles ubicaciones, factores ambientales, iluminación, y otros aspectos que pueden influir en un bien cultural, hayan provocado en la obra.
En el afán de dar a conocer el Patrimonio Artístico, la Diócesis de Zamora expone, durante el tiempo que duren los trabajos de restauración de la Virgen del Sepulcro, una pequeña imagen del siglo XVII de la Virgen de la Soledad. Esta escultura tallada y policromada, de autor desconocido sigue, con ligeras variaciones, la iconografía que fijase Gaspar Becerra en la escultura de vestir realizada en 1565 por encargo de la tercera esposa de Felipe II.
Si bien es cierto que la imagen fue encargo personal de Isabel de Valois y que fue Gaspar Becerra quien le dio forma, no habría que restarle importancia al papel que jugó la camarera mayor de la reina, María de la Cueva, condesa viuda de Ureña, que fijó la indumentaria de una de las iconografías más repetidas en las artes plásticas cristianas: bicromía de blanco y negro, túnica y toca, y manto respectivamente; indumentaria de las viudas reales de la casa de Austria.
No es la primera vez que esta pequeña talla, en origen conservada en el convento de la Purísima Concepción de Zamora, se expone al público. En 1997 formó parte de una muestra que, bajo el título “Pequeñas imágenes de la Pasión”, reunió en Zamora diferentes obras de reducido formato ligadas a este ciclo. Gracias a esta iniciativa, el Museo Diocesano de Zamora continúa exhibiendo y dando a conocer parte del rico y atractivo patrimonio artístico de la Diócesis.
Tal y como define el Consejo Internacional de Museos (ICOM, por sus siglas en inglés, en los estatutos adoptados durante la 22ª Conferencia general de Viena en 2007, “un museo es una institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y abierta al público, que adquiere, conserva, estudia, expone y difunde el patrimonio material e inmaterial de la humanidad con fines de estudio, educación y recreo”.
En este sentido, la restauración juega un papel, en muchos casos, fundamental a la hora de hablar de conservación. Es por eso por lo que parte de las colecciones que componen un museo, con relativa frecuencia, sufren procesos de restauración, evitando el temido deterioro con el que podrían llegar a contar determinadas piezas.