Niños y jóvenes de El Salvador a salvo de la violencia con la música

Mil niños y adolescentes que viven en zonas afectadas por la violencia y la criminalidad en El Salvador han encontrado en la Orquesta Sinfónica Juvenil Don Bosco, una alternativa para darle otro sentido a sus vidas.

Este programa musical de prevención, impulsado por el Banco Mundial y financiado por el gobierno de Japón, tiene como encargado al salesiano español P. José María Moratalla Escudero, Presidente de la Fundación Salvadoreña Educación y Trabajo, más conocido como el “Padre Pepe”.

La Orquesta debutó hace más de un año en la capital San Salvador, pero tuvo sus inicios hace tres años. Actualmente está integrada por estudiantes entre los 8 y 20 años, provenientes de las diversas escuelas públicas ubicadas en las zonas de violencia. Son dirigidos por Bryan Cea, un joven de 25 años que también viene de esos lugares.

Los jóvenes conviven fraternalmente en el Polígono Industrial Don Bosco, sede del proyecto, a pesar de pertenecer a comunidades donde dominan las pandillas rivales Mara Salvatrucha (la más famosa, grande y violenta del país) y la Mara 18.

En declaraciones para ACI Prensa, el “Padre Pepe” manifestó que las pandillas suelen utilizar las escuelas públicas como una fuente para la venta de droga y para generar el incremento de las mismas.

“Entonces, esto de la música es fantástico porque propicia que el muchacho esté ocupado durante todo el día. Primero en las horas académicas y luego en las horas libres, teniendo la posibilidad de acceder a un ambiente donde gratuitamente se forma en el área de la música que más le guste”, enfatizó.

Carlos Palma tiene 20 años, toca el violín y comenta que este proyecto le permite “ir creciendo en otro aspecto más cultural” a El Salvador. Mientras que Madelin Morales (15), que toca flauta traversa, asegura que pertenecer a la orquesta también le ha ayudado a progresar mucho en los estudios y a ver la vida “desde un punto de vista mejor”.

Para la analista de operaciones del Banco Mundial, Jania Ibarra, este es “un proyecto de prevención de violencia a través de actividades culturales y musicales”, y ha sido financiado con al menos un millón de dólares provenientes del Fondo Social para el Desarrollo de Japón, administrados por el organismo mundial.

“Los que están en la orquesta de pronto ya no son de la escuela que solía competir contra la otra y se tenían de rivales, o del barrio que está en tal sitio. Sino que son sencillamente de la orquesta sinfónica. Son todos salvadoreños. Se restablece la unidad en la idiosincrasia natural del pueblo y es fantástico el resultado”, remarcó el sacerdote salesiano.

Aunque el Banco Mundial solo sostendrá este proyecto hasta el 22 de Julio, el P. Moratalla aseguró que esta obra se mantendrá y que la Fundación buscará integrarla a los demás talleres culturales que se brindan con ayuda de otros organismos.

“Gracias Dios no solamente se mantiene, sino que estamos esperando en robustecerla. De hecho estamos construyendo el Conservatorio. En El Salvador no existe ninguno”, añadió.

En ese sentido, dijo que se está en contacto con el conservatorio de España para que licenciados egresados viajen al país centroamericano para formar a los instructores-maestros para que obtengan una licenciatura, luego un doctorado y sean los catedráticos del conservatorio.

En el mes de noviembre la Orquesta Sinfónica tiene previsto un viaje a Washington (Estados Unidos), invitados por el Banco Mundial, para ofrecer un concierto en el “Kenedy Center” y en otros lugares más.

Además, para fin de año se está preparando un gran musical con casi tres mil actores sobre la vida de Don Bosco con la música y la letra creada por los mismos salvadoreños. “Es, digamos, como una explosión gigantesca de una vitalidad que pareciera que el niño, adolescente y joven salvadoreño tenía dormido y que gracias a este proyecto se está poniendo en funcionamiento”, enfatizó P. Moratalla.

El Salvador es uno de los países con más violencia en Centroamérica, seguido de Honduras y Guatemala. Según el presidente Salvador Sánchez Cerén, el promedio de homicidios diarios se elevó de 6 en 2013 a 10 en 2014.

La problemática de las pandillas es tan fuerte que a veces el pertenecer al territorio de una pandilla y visitar la zona dominada por los rivales, puede significar la muerte. Por ello este proyecto es importante, ya que se convierte en una alternativa pacífica de formación e integración para los niños y jóvenes.