Defensores de los derechos de las personas con VIH/Sida y de la salud de la mujer critican un informe reciente publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la seguridad de un polémico anticonceptivo favorecido por la Fundación Gates. El Depo-Provera es un contraceptivo de acción prolongada que se distribuye a las mujeres pobres en los Estados Unidos y mediante programas de ayuda exterior.
«El control demográfico, desafortunadamente, vuelve a estar en boga», escribe Betsy Hartmann, que desde hace mucho tiempo defiende los derechos reproductivos y ahora reacciona ante el cambio total de política de la OMS sobre el Depo-Provera, también conocido como DMPA, por sus siglas en inglés.
Las directrices modificadas de la OMS, que se dieron a conocer el 21 de octubre, actualmente reflejan las publicadas por la empresa farmacéutica Pfizer, fabricante del Depo-Provera. Afirman que «no hay pruebas de una relación causal entre el uso de DMPA y el incremento en el riesgo de adquisición de VIH en mujeres». Este cambio total, dice Hartmann, pese a 25 años de estudios científicos que mencionan un incremento en el riesgo de transmisión de VIH entre las mujeres que lo usan, suscita dudas sobre si la OMS renunció a la cautela debido a «”motivación” externa» de grupos de interés particulares.
Unas cuarenta agrupaciones de salud sexual y reproductiva y defensores de los derechos a ella vinculados han solicitado a la Directora General de la OMS, la dra. Margaret Chan, que deje de lado las nuevas directrices y las retire del sitio web de la OMS hasta que puedan ser sometidas a «un proceso consultivo riguroso» en una reunión clave programada para diciembre.
Las críticas se originan en el momento en el que la OMS enfrenta acusaciones que sostienen que está siendo influenciada indebidamente por sus mayores contribuyentes. El 70% de las donaciones a la OMS están reservadas para programas específicos. «Las prioridades de la OMS han sido “distorsionadas” y “pervertidas” por estas contribuciones voluntarias», dijo la dra. Linsey McGoey, quien investiga sobre filantropía mundial.
La Fundación Bill y Melinda Gates estableció una donación de 40 mil millones de dólares para la OMS. Los 3 mil millones de dólares que se desembolsan anualmente para ella constituyen el 10% de su presupuesto anual. En la actualidad no existen decisiones políticas importantes, de alto nivel, que la OMS implemente sin ser «examinadas de manera informal, extraoficial, por la Fundación Gates», dijo la dra. McGoey en una reunión reciente en Washington D.C. sobre la publicación de su libro No Such Thing as a Free Gift: The Gates Foundation and the Price of Philanthropy (No existe la donación gratuita: La Fundación Gates y el precio de la filantropía).
Del mismo modo que la Fundación Gates, los gobiernos de Estados Unidos y del Reino Unido son también importantes contribuyentes de la OMS y de FP2020, iniciativa encabezada por Melinda Gates. El objetivo de esta última es llevar la planificación familiar, principalmente en forma de anticonceptivos de acción prolongada, a 120 millones de mujeres y niñas más, principalmente en el África subsahariana para el año 2020.
El aporte de fondos para dichos anticonceptivos, que incluyen el Depo-Provera, se disparó desde que Melinda Gates se convirtió en la recién llegada de una larga lista de filántropos que apoyan programas de control demográfico. La sociedad se formó en 2012 después de que la Cumbre de Planificación Familiar de Londres reunió a gobiernos, organismos de la ONU y agrupaciones de planificación familiar, la mayoría de los cuales promueve el aborto. La farmacéutica Pfizer anunció que duplicaría la producción de Depo-Provera. Hay informes que estiman unos 36 mil millones en ventas para el fármaco.
Antes del lanzamiento de FP2020, la OMS publicó una guía técnica sobre anticonceptivos hormonales en la que instaba enérgicamente a las mujeres de comunidades con alta incidencia de VIH que utilizan inyectables de progestágeno solo como el Depo-Provera a usar condondes. Como el 60% de las mujeres del África subsahariana usan anticonceptivos inyectables, y solo la mitad de las mujeres de la región sabe leer y escribir, se informó que la OMS estudiaría una estrategia de comunicación para llegar a las usuarias.
El cambio rotundo de política de la OMS indicaría que las iniciativas para advertir a las mujeres de los riesgos del Depo-Provera fueron abandonadas.
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano
