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Educación sexual: Preocupación por la imposición de laSun, 28 Oct 2018 04:09:00
Ante la intención de realizar cambios a la ley de Educación Sexual
Integral vigente y la introducción de contenidos que van contra la
cosmovisión cristiana en este tema, tres comisiones episcopales
consideran necesario distinguir entre sexo, género e ideología.
“Lo primero que tenemos que decir es que se puede distinguir, sin
separar, el sexo biológico del papel sociocultural del sexo, es decir,
del género. Sexo y género son realidades profundamente conectadas, pero
no son exactamente lo mismo. La experiencia cristiana nos ayuda a cuidar
y armonizar las diversas dimensiones de la persona”, precisan.
“Y lo segundo que necesitamos precisar es que la llamada ‘ideología
de género’ distingue sexo y género, sin embargo, los separa impidiendo
la integración armónica de todos los aspectos de la persona humana”,
agregan.
El comunicado “Distingamos: sexo, género e ideología”, con
reflexiones sustentadas en la enseñanza cristiana, fue redactado por la
Comisión Episcopal de Laicos y Familia, la Comisión Episcopal de
Catequesis y la Comisión Episcopal de Pastoral de la Salud.
En el texto reiteran el rechazo a la “ideología de género”, pero
admiten que “la perspectiva de género es una categoría útil para
analizar la realidad”. Por ello, preocupa, que “se pretenda imponer la
‘ideología de género’ al proyecto de educación, desconociendo la
libertad que asiste a los padres y a las instituciones educativas a
educar de acuerdo a sus idearios propios”.
“Estamos convencidos de que la antropología cristiana posee un
potencial de humanidad sumamente valioso para iluminar la búsqueda de
verdad y felicidad que anhela todo corazón humano. Y es precisamente ese
caudal de experiencia y pensamiento humanizador, que deseamos compartir
con todos los que están dispuestos al diálogo abierto, sincero y
apasionado en torno a las preguntas que hoy inquietan la vida humana, y
configuran el futuro inmediato de las generaciones que nos sucedan”,
concluyen.
Texto de la declaración
Últimamente escuchamos hablar reiteradamente de la “cuestión de
género”, tal vez sin entender mucho de qué se trata. Por eso, debemos
detenernos en este tema y hacer las distinciones del caso. Les ofrecemos
estas líneas de reflexión, sustentadas en la enseñanza cristiana, sobre
un tema de gran importancia y actualidad.
Lo primero que tenemos que decir es que se puede distinguir sin
separar, el sexo biológico del papel sociocultural del sexo, es decir,
del género1. Sexo y género son realidades profundamente conectadas, pero
no son exactamente lo mismo. La experiencia cristiana nos ayuda a
cuidar y armonizar las diversas dimensiones de la persona. Y lo segundo
que necesitamos precisar es que la llamada “ideología género” distingue
sexo y género, sin embargo, los separa impidiendo la integración
armónica de todos los aspectos de la persona humana.
Perspectiva de género
Los estudios de género pueden ofrecer una herramienta de análisis
que nos permita ver cómo se han vivido en las diversas culturas las
diferencias sexuales entre varones y mujeres, e indagar si esta
interpretación establece relaciones de poder y cómo las establece. No se
vive igual la condición masculina o femenina hoy, que hace cien años.
Ni es igual en Argentina que en el Tibet. El Papa lo advierte al afirmar
que “la historia lleva las huellas de culturas patriarcales” que no
reconocen la igual dignidad de varones y mujeres y que es posible
emprender caminos para un cambio.
Para dar un ejemplo simple y cotidiano: el hecho de vestir a los
niños de un color y a las niñas de otro, son modalidades culturales que
cambian con las épocas y lugares y en nada afectan la condición de
varones de unos y de mujeres de las otras. No es el color del vestido
que los hace mujer o varón, sino que por ser mujer o varón se les
atribuyó un determinado color. Este ejemplo puede referirse a otros
niveles y ámbitos: mujeres que estudian en la universidad hoy y antes no
lo hacían, varones que en este tiempo cambian los pañales a los bebés,
siendo un hábito del todo infrecuente un par de generaciones atrás.
Ninguna de estas acciones altera la sexualidad ni de ellas ni de ellos,
aunque podamos distinguir un cambio en los roles de género. No es la
actividad la que hace a la mujer y al varón ser lo que son, sino que la
mujer y el varón siendo lo que cada uno es, pueden variar de actividad
de acuerdo a las circunstancias y las épocas.
En este sentido, “género” es una categoría útil de análisis
cultural, un modo de comprender la realidad. Mirar la sociedad teniendo
en cuenta los roles, las representaciones, los derechos y deberes de las
personas de acuerdo a su género, es adoptar una perspectiva de género.
Situación que es necesaria para ver que todas las personas sean tratadas
según su igual dignidad.
La ideología de género
El magisterio de la Iglesia advierte en la actualidad sobre el
riesgo de ciertas posturas ideológicas, que pretenden imponerse como un
pensamiento único. Entre ellas la denominada “ideología de género”,
donde el género es pensado como una actuación multivalente, fluida y
autoconstruida independientemente de la biología, por lo que la
identidad propia podría diseñarse de acuerdo al deseo autónomo de cada
persona.
El Papa describe bien el tema en Amoris laetitia 56: “Otro desafío
surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender,
que “niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de
mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el
fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos
educativos y directrices legislativas que promueven una identidad
personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la
diversidad biológica entre hombre y mujer. La identidad humana viene
determinada por una opción individualista, que también cambia con el
tiempo (…) No hay que ignorar que el sexo biológico (sex) y el papel
sociocultural del sexo (gender), se pueden distinguir, pero no separar”.
Entendida así, desde nuestra cosmovisión cristiana rechazamos la
‘ideología de género’, pero no podemos negar que la perspectiva de
género es una categoría útil para analizar la realidad. Por ello,
preocupa que “se pretenda imponer la ‘ideología de género’ al proyecto
de educación, desconociendo la libertad que asiste a los padres y a las
instituciones educativas a educar de acuerdo a sus idearios propios.
Estamos convencidos de que la antropología cristiana posee un
potencial de humanidad sumamente valioso para iluminar la búsqueda de
verdad y felicidad que anhela todo corazón humano. Y es precisamente ese
caudal de experiencia y pensamiento humanizador, que deseamos compartir
con todos los que están dispuestos al diálogo abierto, sincero y
apasionado en torno a las preguntas que hoy inquietan la vida humana, y
configuran el futuro inmediato de las generaciones que nos suceden.
Comisión Episcopal de Laicos y Familia
Comisión Episcopal de Catequesis
Comisión Episcopal de Pastoral de la Salud
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