A lo largo de 2017 un total de 102.341 matrimonios en España decidieron
separarse e interrumpir su convivencia, lo que supone un uno por ciento
más de rupturas que las registradas el año anterior.
De las rupturas matrimoniales,
97.960 fueron divorcios, con un aumento del 1,2%;
4.280 separaciones, que descendieron un 1,7%; y 100 nulidades, con una
caída del 14,5%, según la Estadística de Nulidades, Separaciones y
Divorcios correspondiente a 2017 y difundida hoy por el Instituto
Nacional de Estadística (INE).
En las separaciones de las parejas con hijos su custodia
recayó mayoritariamente en las madres, en un 65% de los casos, en el
30,2% fue compartida y solo en el 4,4% fue asumida por el padre, porcentajes similares a los de 2016.
Las cifras difundidas hoy reflejan que en España 2,2 de cada mil habitantes se separan y el tiempo medio que permanecen juntos es de 16,6 años,
con importantes diferencias que van desde los 6,5 años que pasan juntos
de media las parejas que se disuelven por nulidad, los 16,4 años de las
que se divorcian y los 22,7 años de las que se separan.
Si se analizan los divorcios, que suponen el 95,7% de todas las rupturas, casi el 33% de ellos se produjo tras 20 años de matrimonio y el 21% después de convivir entre cinco y nueve años.
Canarias, Comunidad Valenciana y Cataluña son las autonomías en las
que en 2017 se produjeron más disoluciones matrimoniales, con una tasa
de entre 2,4 y 2,5 por cada mil habitantes, frente al 1,7 que se ha
registrado en Castilla y León, la comunidad con el índice inferior.
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