CAMINEO.INFO.- La delegación valenciana de Manos Unidas y la comunidad de padres mercedarios en dos aldeas del sur de Mozambique han finalizado el proyecto de perforación de pozos y canalización para abastecer con agua potable a cerca de 6.000 personas en una zona rural que depende de este recurso básico para subsistir.
Las aldeas beneficiadas, Nhampequene y Nhantsembene, están en el distrito de Chongolene de Mozambique, “en una zona rural poco fértil donde sólo crece yuca y cacahuete y cuando no llueve, no crece y hay hambre, y las mujeres y niñas se tienen que levantar a las dos de la madrugada para ir a por agua y cargar con bidones de 25 litros”, ha explicado el mercedario Juan Carlos Cabrera, misionero en Mozambique.
Gracias a las aportaciones de Manos Unidas Valencia, la comunidad de tres mercedarios que rige en esa zona la parroquia de Nuestra Señora de las Mercedes, adquirió el terreno y perforó dos pozos “para abastecer las 80 casas de las aldeas y poder regar la huerta, y así obtener hortalizas” y para canalizar el agua se construyó una red de tubos.
El día que llegó el agua potable a las aldeas “fue una fiesta tremenda porque las mujeres y niñas ya no tienen que ir a por agua de madrugada y también abastece a la escuela de primaria con 610 alumnos por lo que, en total, el proyecto beneficia a 6.000 personas”, según el misionero, que ha añadido que la población realizó un “gran esfuerzo porque excavaron zanjas, ayudaron colocando tubos y en los trabajos para canalizar el agua”.
El misionero ha agradecido “toda la ayuda de Manos Unidas Valencia, destinada a hacer realidad este proyecto que ha mejorado muchísimo la calidad de vida de miles de personas que ahora tienen agua y alimentos y, además, un grupo de jóvenes ha conseguido empleo digno y están aprendiendo una profesión con los ingenieros agrónomos”.
“En medio de la nada, lejos de la civilización donde ustedes no se imaginan, llegó el agua gracias a Manos Unidas Valencia”, según Cabrera, que ha subrayado que para los habitantes de las dos aldeas esta iniciativa es “como la gota en el mar que parece que no se nota, pero forma parte del mar, como decía la Madre Teresa de Calcuta”.
Además, Manos Unidas tiene previsto ampliar el proyecto en esta misma zona perforando un tercer pozo, construyendo un almacén, cercando el terreno y comprando unas máquinas para triturar y limpiar el maíz.
El proyecto de canalización de agua es uno de los tres que la comunidad de mercedarios desarrolla en esta zona de Mozambique, junto con otra iniciativa de acogida de niños de la calle, a través de cual atienden a 35 menores de familias totalmente desestructuradas, y una guardería con comedor para niños.
Su vocación nació en la parroquia de El Puig
Juan Carlos Cabrera, nacido en Córdoba, llegó a los 8 años a la localidad valenciana de El Puig donde se crió y donde siguen viviendo sus padres y amigos. Su vocación nació fruto de su experiencia en la parroquia de El Puig, regida por religiosos de la Orden de la Merced y con sólo 17 años decidió unirse a los mercedarios.
Tras pasar cinco años en España fue enviado a Guatemala y Panamá, donde fue misionero durante 9 y 6 años, respectivamente, antes de llegar a su destino actual, Mozambique, uno de los países más pobres del mundo.
Sobre su experiencia en Mozambique, el misionero ha explicado que “el continente africano es totalmente diferente, no hay una cultura cristiana como en América, adaptarse es mucho más difícil que en América, porque es otra realidad, la Iglesia cristiana es muy joven y sufren no sólo pobreza física, también espiritual y moral”.