Integrantes de los Talleres de Oración y Vida, asociación perteneciente al Foro de Laicos del Arzobispado de Valencia, están llevando alimentos , medicamentos y comidas preparadas a personas mayores y en situación de riesgo que viven solas y no pueden salir de sus domicilios por la crisis sanitaria y ante la situación de confinamiento.
Así, actualmente, dos mujeres de la asociación de forma altruista y voluntaria compran productos en supermercados, van a la farmacia y "llevan lo más urgente" a personas que lo necesitan, según afirma Teresa Martínez, coordinadora de Talleres de Oración y Vida en Valencia.
Además, una de las voluntarias, "cuando tiene que cocinar prepara más comida para llevar y así las personas que no pueden realizar estas tareas tienen esta necesidad cubierta".
Por lo general, "se trata de personas mayores que han participado en alguna ocasión en los grupos de Talleres de Oración" y "cuyas situaciones personales conocemos de hace tiempo", ha añadido.
Igualmente, esta ayuda, "que siempre hacemos pero que ahora estamos intensificando por la situación actual", también la hacen llegar a las religiosas clarisas capuchinas del convento de la Avenida Pérez Galdós, con las que guardan una estrecha vinculación al impartir talleres en su convento a lo largo del curso.
Los Talleres de Oración y Vida, presentes en países de todo el mundo, cuyo lema es "Aprendiendo a orar para aprender a vivir", comenzaron su funcionamiento en Valencia en los años ochenta, y se imparten fundamentalmente en parroquias en numerosas localidades de la diócesis.
Su metodología se basa en el testimonio que dejó su fundador, el religioso capuchino Ignacio Larrañaga, quien desarrolló una amplia labor animadora y evangelizadora durante 30 años en América Latina, Norteamérica y Europa. Es el Fundador de los Encuentros de Experiencia de Dios, que se iniciaron en Brasil en 1974, y de los Talleres de Oración y Vida que datan de 1984. Su "principal obra consistió en dejar al mundo miles de laicos preparados y dedicados a enseñar la oración profunda y personal que permite un encuentro cotidiano con el Señor en el día a día".