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La vida
contemplativa es un camino hacia Dios, que por lo general no está llena de
lujos ni comodidades. Es una labor diaria, ya sea a través del evangelio de hoy o de la palabra de
Dios, ya que en su mensaje encontramos, paz y sobre todo esperanza. Destacando que los valores cristianos siguen vigentes e intactos más que
nunca. Un claro ejemplo de ello, es la solidaridad que actualmente recorre el
mundo.
No se trata de
una vida aburrida ni mucho menos ociosa, se trata de llevar la vida cristiana a
otro nivel. Entregarse completamente a vivir para el Señor y aprender a ver su
gloria en las cosas que son insignificantes para la mayoría de las personas.
Esa dedicación,
esa entrega, esa obediencia, hace que la persona vea en Dios su principio y su
final, reconociendo que solo Él es capaz de llenarla completamente
Las personas que llevan una vida contemplativa no se
apartan del mundo
De hecho, se
trata de todo lo contrario. Ya que miran al mundo desde una perspectiva divina.
Sirven dentro de la iglesia y también llevan el evangelio a todas partes,
además dedican gran parte de su tiempo a la oración. Entre las personas que
llevan este estilo de vida se puede mencionar a los sacerdotes, monjas,
misioneros y otros.
La contemplación
significa consagración y aquellos que la practican muestran a través de ella
vocación y entrega. Reflejan que solo se necesita lo esencial (esto es Dios)
para vivir una vida plena, llena de paz y alegría. La sencillez y la limpieza
de corazón son como agua refrescante para aquellos que se encuentran agobiados
y cansados.
Actualmente
estamos viviendo en cuarentena por causa de la pandemia del Coronavirus. No hay
escuela, muchos trabajos están paralizados y ahora estamos más tiempo en casa.
Puede que sientas que estás perdiendo tiempo valioso para alcanzar tus planes,
sin embargo, podemos decir que ahora es un gran momento de enfocarse en una
tarea de suma importancia: acercarse a Dios.
Ejemplo de Vida Contemplativa
Tomemos de
ejemplo el estilo de vida contemplativo, no necesitas convertirte en un
sacerdote o monja para vivir de esta manera. Este tiempo en casa puedes usarlo
para consagrarte mucho más a Dios y enseñar a tu familia a vivir dedicada a su
palabra.
Pasar momentos
juntos es de vital importancia en esta situación, puedes organizarte con tu
familia y hacer oraciones en conjunto, leer la palabra de Dios y utilizar las
redes sociales para difundir el mensaje de salvación. Dedicar tiempo a Dios y a
tu familia es la mejor inversión que puedes hacer.
Si tu vida
comienza a reflejar amor, alegría, humildad y dedicación, las personas que te
rodean pronto se contagiarán también.
Una vida dedicada a Dios
El estilo de
vida contemplativa consiste en vivir para Dios y dedicarse enteramente a él. Se
trata de entrega y devoción, es ser un centinela, que permanece intercediendo
día a día por sus hermanos que viven días difíciles. Es ser un mensajero,
encargado de llevar la buena noticia a todas partes; es convertirse en un
servidor, quien está dispuesto a ayudar a todos aquellos que lo necesitan.
Velar, servir y
evangelizar es la tarea de todo aquel que ama a Dios con todo su corazón. Para
ello es necesario tener plena comunión con el Señor y orar constantemente para
que el Espíritu Santo transforme nuestra manera de pensar y de vivir.
En estos
momentos que estamos en casa debido a la pandemia del coronavirus, es
importante dedicar tu vida a Dios. Es tiempo de llenarte de su presencia y
dejar que Él sea quien guie tu vida desde este instante, entregarte en oración
y dar gracias por tu vida y los tuyos.
Es necesario
apartarse, dedicar tiempo a estar a solas con Él (Mateo 6:6), clamar por su
misericordia, velar y orar por aquellos cuya salud está siendo afectada por el
Covid-19.
Muchas son las
distracciones del día que intentarán robarte el tiempo de Dios. Sin embargo, si
tu corazón anhela vivir para Cristo y está en constante comunicación con Él,
ninguna de estas distracciones te robará del gozo que Dios ha depositado en ti.
Contemplando a Dios
La contemplación
consiste en conocer y amar más a Dios, este es el motor principal de todo
cristiano. La Biblia dice en Mateo 22:37 “Amarás
al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente,”
este es el primer y gran mandamiento.
Los quehaceres
de la vida nos distraen constantemente y tienden a hacer que perdamos el rumbo
que Dios a trazado para nosotros. La mayoría de los seres humanos viven para sí
mismos, solo piensan en alcanzar sus metas y su propia satisfacción. Pero el
primer mandamiento de Dios nos dice que debemos amarlo por sobre todas las
cosas y hacerlo con todo lo que somos.
Esta vida no se
trata de nosotros sino de Dios, por lo cual debemos vivir enteramente para él.
Con esto no quiero decir que no te diviertas ni disfrutes, sino que cada cosa
que hagas por muy simple que sea debe ser para su gloria y no para la tuya.
Cambios en el estilo de vida basados en la Palabra
Para vivir de
esta manera hay que conocer al Señor, solo así nos revelará su divino
propósito. Para conocer la voluntad de Dios se requiere de la renovación de
nuestra manera de pensar, Romanos 12:2 dice “No vivan según el modelo de este mundo. Mejor dejen que Dios transforme
su vida con una nueva forma de pensar. Así podrán entender y aceptar lo que
Dios quiere para ustedes.”
Este pasaje nos
dice que no debemos vivir para nosotros mismos sino para Él. Hoy en día vemos a
una gran cantidad de personas cegadas por los diversos placeres de la vida.
Estos hermanos y hermanas van caminando por un camino muy ancho que los hace
sentir que se trata del correcto, pero esto realmente no es así, la Biblia dice
que: “Espacioso es el camino que lleva la perdición” (Mateo 7:13).
Es por ello que debemos prestar mucha atención a
nuestra forma de vivir y preguntarnos ¿Estoy
viviendo de forma egoísta o para Dios? Hoy es tiempo de reflexionar y fijar
un nuevo rumbo. Uno que nos lleve cada día a estar más cerca de nuestro Dios,
porque solo una vida contemplativa nos llevará hasta Él.
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