Los atentados en París del 13 de noviembre han tenido un gran impacto en la prensa internacional y en las redes sociales. Basta deslizar el dedo un rato sobre las noticias de nuestras redes personales para verlas todas pintadas de azul, blanco y rojo. Nos conmovemos ante una tragedia evidente: se trata de un atentado terrorista que acabó con la vida de 139 inocentes y dejó heridos a otros 415. Se sabe que la autoría de dichos atentados fue reivindicado por ISIS, o Estado Islámico.
Es una tragedia que definitivamente conmovió al mundo. Muchos de nosotros hemos intentado dar muestras de solidaridad como Dios nos da a entender. Lo primero que seguramente vino a tu mente de creyente, es orar. Los cristianos católicos creemos en la comunión de los santos. ¿Qué significa esto? Que nuestros bienes espirituales se comparten. La caridad para nosotros, como bien dice Pablo en la primera carta a los Corintios “no busca su proprio interés”. Por eso tiene sentido rezar: porque somos un cuerpo, y Cristo es nuestra cabeza. Si un miembro sufre, los demás sufrimos con él.
Después de orar, y tal vez de publicar el respectivo #pray4Paris en nuestras redes personales, quizás algunos de nosotros nos preguntemos, ¿y ahora qué? Después de unos días de estremecimiento social general, considero que es momento de pasar de las opiniones al conocimiento. En filosofía moderna diríamos de la “Meinung” (opinión) al “Erkentnis” (conocimiento). Porque se lee y se escucha de todo, pero pocas opiniones se fundamentan en los hechos. Y creo que para opinar, sobre todo para juzgar los hechos, es necesario tener un conocimiento mayor al que muchos de nosotros tenemos sobre la situación de la problemática.
Acudí recientemente en Roma a una conferencia titulada “La Era del Califato”. Me parecen sumamente interesantes las reflexiones que ahí se compartieron, justamente porque se expusieron algunos de los puntos neurálgicos del problema de la guerra del ISIS o contra el ISIS. Comparto algunas de esas reflexiones que nos pueden ayudar a todos a juzgar con conocimiento de causa los hechos y el posible modo de afrontarlos a nivel de derecho internacional.
Aclaración de términos
Antes de comenzar me gustaría hacer una distinción que considero clave para entendernos y aclarar algunos términos que usaré en este artículo.
- El Estado Islámico no es lo mismo que el Islam. Eso es claro. A los musulmanes en general los llamaremos “hermanos musulmanes” o simplemente musulmanes, que son aquellos que no necesariamente quieren establecer el Califato, o al menos no del mismo modo que el ISIS. Practican el Islam, leen el Corán, sea por cultura o por religión, pero no más.
- El Estado Islámico en cambio, es el famoso ISIS, o el DAESH. Estos tres términos indican la misma realidad.
¿Qué es el ISIS y en qué se distingue de otros grupos terroristas?
El ISIS es un grupo de terroristas que nace, al menos de modo oficial, en el 2003. Se desprenden del grupo terrorista Al-Qaeda (de quien fue líder Osama Bin Laden). Menciono dos diferencias fundamentales con Al Qaeda:
- A quién se dirige y recluta el ISIS: En la revista oficial DABIQ del ISIS encontramos un primer dato interesante. Sus ejemplares están escritos en inglés. Este primer dato nos revela un dato importante: el Estado Islámico no se dirige sólo a Occidente, ni sólo a los que hablan árabe, como lo hacía Al Qaeda, sino que se dirige a un público mucho más vasto. Los musulmanes en el mundo son aproximadamente 1 billón 700 millones, y sólo un 17% habla árabe. Nos da una idea de la intención de sus comunicaciones.
- El Califato ya no como ideología teórica, sino con territorio específico: El 24 de junio de 2014 Abo Bakr Al- Baghdadi anuncia el inicio del Califato. Antes de esto, para los hermanos musulmanes el califato era una ideología, sin territorio geográfico. Ahora el Califato ya tiene un territorio, y llama a los musulmanes de todo el mundo a la inmigración. Es un llamamiento general a todos los musulmanes del mundo a que vayan a poblar su tierra. En nombre del Estado Islámico y de la Sharia (el sistema de leyes musulmán), reclaman la justicia y una cierta igualdad, al menos en el papel de las páginas de su revista. La particularidad que no debemos olvidar es que se dirigen a todos: caucáseos, hindúes, chinos, levantinos, iraquíes, yemenitas, egipcios, maguebinos, americanos, franceses, alemanes y australianos. Llaman a todos a SU Estado.
Con estas distinciones descubrimos un elemento importante desde el cual podemos juzgar los actos terroristas. No estamos ante un grupo de fanáticos o delincuentes, sino ante una ideología empoderada que busca eliminar el concepto de estado-nación considerado por ellos como sumamente occidental. Llaman a la migración general, pero no sólo, sino el estilo de Mahoma. Es decir: una vez concluida la migración, saldrán a reconquistar las tierras que pertenecen al Califato. En este llamado salta a la vista la clara referencia al esquema del siglo VII después de Cristo. Podría parecer que el Estado Islámico es moderno, sobre todo observando sus métodos de difusión y comunicación. Un botón de muestra es que pasan sus mensajes a través de chats de Playstation. En el fondo buscan regresar al modelo del siglo VII.
El nombre del Califa
Se llama Abu Bakr Alhussayni Al Qurayshi Albaghdadi. ¿Por qué escogió ese nombre?
–Abu Bakhr: primer califa “bien guiado”. Es una clara referencia al primer sucesor de Mahoma, su hombre de confianza.
– Alhussayni: referencia a AlHussayn, hijo de Ali: el líder de los chiitas (la rama radical musulmana). No sólo por adhesión a sus ideas, sino porque en el fondo el Califa hace un llamamiento a la secta chiita, y les pide que también ellos vayan a él.
–Al Qurayshi: referencia a la tribu de Mahoma, pues según el mito, todo sucesor de Mahoma debería provenir de esa tribu.
–AlBaghdadi: capital del califato abasí. (Bagdad).
En el fondo, el nombre del Califa es una referencia al regreso al mito de Mahoma y se proclama (de modo ilegal) su sucesor.
Territorio geográfico del Califato
Este mapa representa el territorio que el ISIS reclama como el Califato. Es el mapa publicado en Twitter por la cuenta del Estado Islámico. Se confirma el hecho que antes mencionábamos: el mapa nos habla de la destrucción del concepto “nación”. Para el ISIS no hay naciones, sino un Califato, y no les importan ni sus gobiernos ni sus geográficos. El mapa representa el sueño del Estado islámico.
¿Por qué París?
Si observamos bien el mapa, descubriremos un dato interesante. Ni París, ni Roma, ni Londres, ni otras ciudades y países de Europa se encuentran en el sueño geográfico del Califato. ¿Por qué entonces atacar París? Sabemos que Francia forma parte de la Coalición del Área Occidental contra el Estado Islámico. Francia ha atacado al ISIS en varias ocasiones, y lo sucedido podría parecer una reacción militar. Definitivamente es una de las causas, pero no la más importante.
En realidad la causa principal son los Foreign fighters, nombre con el que se refieren a todos aquellos afiliados al ISIS que han nacido y se han criado en occidente. Se estima que la cifra de combatientes extranjeros dentro del ISIS en 2014 era de entre 16 000 y 17 000 hombres y algunas mujeres de unos 90 países, según un estimado de una fuente occidental independiente. Dentro de ellos se encontraban 1.432 voluntarios franceses, que en 2015 aumentaron un 82% respecto del año anterior.
Encabezan los países con números más elevados de “foreign fighters” Bélgica, Dinamarca, Francia y Australia. Se trata de miembros del ISIS nacidos en países occidentales. Nacidos y criados en occidente. Jóvenes que se sienten excluidos de las sociedades occidentales, víctimas de un lavado de cerebro, que han crecido en una cultura de “nosotros contra ellos”. Esto hace a estos 4 países y otros tantos especialmente vulnerables a posibles ataques terroristas: son personas que esperan indicaciones del ISIS para realizar su sueño de matar el mayor número de “cruzados” posibles y morir como mártires al grito de “Alá es grande”.
Creo que esa sea la razón de por qué Francia. Es uno de los lugares dónde se dan las condiciones necesarias para que jóvenes con esas características puedan realizar sus crímenes. Habían incluso recibido un semáforo verde tres meses antes del atentado, en este caso a través de la revista Dar-al-Islam. En la revista se hablaba de las armas que se debían usar, se hablaba de no disparar a objetivos específicos y arengaban a la Yihad a los foreign fighters de Francia con este verso del Corán.
“¡Preparad contra ellos toda la fuerza, toda la caballería que podáis para amedrentar al enemigo de Alá y vuestro y a otros fuera de ellos, que no conocéis pero que Alá conoce! Cualquier cosa que gastéis por la causa de Alá os será devuelta, sin que seáis tratados injustamente.” (Corán 8, 60) El resultado fue el atentado del 13 de noviembre.
¿Alguna solución? ¿Qué se puede hacer?
En realidad, para una persona “común y corriente” de occidente, no hay mucho que hacer, además de lo que hacemos los creyentes, de suplicar a Dios que les conceda una iluminación especial dejen de arremeter contra inocentes. Es el Dios de los corazones el único que en el fondo puede cambiarlos.
El Islam está en un punto de quiebre. Necesita una reforma desde dentro para asegurar que no sigan cometiéndose estas atrocidades. Porque aunque Isis no es lo mismo que Islam, el Estado Islámico nace y hunde sus raíces en el Islam. Es una interpretación extremista.
¿Qué papel juega la inmigración?
Definitivamente los gobiernos de occidente, además de mantener la guerra militar contra el ISIS dentro de sus posibilidades, necesitan establecer un control más estricto de quienes inmigran a sus países.
Otro tema importante a tener en cuenta son los predicadores de ciertas mezquitas, en donde se alienta y exhorta abiertamente a radicalizar el modo de llevar a cabo la Yihad. Hay que tener en cuenta que es el modo más importante de lavado de cerebro que llevan a cabo en algunos casos, y por ello los gobiernos deberían de estar mucho más atentos. No estamos ante una cuestión de libertad religiosa sino de seguridad nacional de posibles víctimas inocentes.
Por último, la necesaria integración fraterna y la eliminación de la discriminación hacia los jóvenes musulmanes que crecen en occidente es necesaria, y aquí las personas de a pie sí puedan hacer alguna diferencia, en la medida de las posibilidades y de la apertura por parte de ellos.
Islam
Sobre las reformas del Islam, me gustaría mencionar tres, que creo que si no se llevan a cabo cuanto antes, incluso el Islam moderado está en peligro de seguir dando como resultado grupos radicales.
- Abandonar los “Dichos de Mahoma”. A la palabra de Dios que ellos reconocen en el Corán, los musulmanes añaden una segunda fuente: los dichos y hechos de Mahoma. En esta biografía oficial, entre otras cosas, se narra que Mahoma asesina con sus manos a hebreos. Esto sigue siendo una fuente importante para justificar a quienes creen en el restablecimiento del Califato con violencia.
- La intepretación del Coran debe tener al hombre como centro. Toda interpretación que no respete la vida humana de cualquier individuo es ya de por sí ideológicamente peligrosa y potencialmente criminal.
- Mirar al futuro y no al pasado. No querer restablecer el esquema política, cultural y religioso del siglo VII. Mientras se siga buscando un establecimiento del califato geográfico siguiendo como modelo el pasado, las interpretaciones radicales seguirán estando a la orden del día.
¿Es el Islam capaz de este tipo de reformas?
Ha habido intentos. La institución precedida por el gran muftí de Egipto, Dar al.Istà, recientemente publicó un texto llamado “The ideological battle” (La batalla ideológica), donde se explicaba que todos los versículos utilizados por el Isis deben ser contextualizados porque se refieren a ocasiones particulares y no son válidos para la situación actual. Desgraciadamente, los intelectuales y reformistas que han propuesto una contextualización histórica del texto, han terminado ahorcados, como Mahmoud Mohammed Taha en Sudán, o han sido mandados al exilio, como Nasr Hamid Abu Zayd en Egipto.
Los actos de violencia justificados por cualquier religión deben ser absolutamente rechazados. En este sentido, me parece interesante releer el discurso de Ratisbona del 2006 del Papa Emérito Benedicto XVI a la luz de los atentados. Del discurso, me quedo con esta frase: “En esta argumentación contra la conversión mediante la violencia, la afirmación decisiva es: no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios