CAMINEO.INFO.- A propósito de la beatificación de Juan Pablo II, Julián Carrón, presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación, ha escrito una carta a todos los miembros del movimiento para invitar a cada uno de ellos, jóvenes y adultos, a estar en Roma el próximo 1 de mayo. Por esta razón, los ejercicios espirituales que cada año celebra la Fraternidad de CL en la ciudad italiana de Rimini, y que estaban previstos para los días 29 de abril a 1 de mayo, serán clausurados la tarde del sábado 30 de abril para permitir a todos los participantes viajar a Roma durante la noche “para unirnos al Papa y a la Iglesia en acción de gracias a Dios, que nos ha dado un testigo tan auténtico de Cristo”. Porque, afirma Carrón, “si alguien tiene una enorme deuda de reconocimiento hacia Juan Pablo II, somos precisamente nosotros”.
En España, los Ejercicios se desarrollarán, como en los últimos años, en el Palacio de Congreso de Ávila, desde donde se seguirán vía satélite los Ejercicios de Rimini. El domingo 1 de mayo los participantes en los ejercicios de Ávila seguirán la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II en directo por televisión desde el propio salón del Palacio de Congresos de Ávila.
“Con una paternidad sorprendente y única, Juan Pablo II abrazó nuestra joven historia, reconociendo canónicamente la Fraternidad de Comunión y Liberación, los Memores Domini, la Fraternidad Sacerdotal de los Misioneros de San Carlos Borromeo y las Hermanas de la Caridad de la Asunción, como frutos diversos que han brotado del carisma de don Giussani para el bien de toda la Iglesia”, afirma Carrón en su carta. Y recuerda “el estrecho vínculo que, desde el principio del pontificado, unió a Juan Pablo II con don Giussani y CL, en virtud de la mirada de la fe que compartían hacia toda la realidad y de la pasión por Cristo”. La carta cita varios fragmentos de la correspondencia que el Papa polaco y el fundador de CL se intercambiaron, sobre todo en los últimos años de sus vidas, “unidas también por la prueba de la enfermedad”.
Julián Carrón subraya la labor de Juan Pablo II durante su pontificado. “En un momento particularmente difícil, con una audacia que sólo puede proceder de Dios, volvió a proponer ante todos, qué significa ser cristiano hoy en día, ofreciendo a todos las razones de la fe y promoviendo incansablemente las semillas de renovación del cuerpo eclesial sembradas por el Concilio Vaticano II (…). Su contribución a la paz en el mundo y a la convivencia entre los hombres pone de manifiesto que una fe vivida integralmente en todas sus dimensiones es decisiva para el bien común”.