El mundo necesita a la familia, y especialmente a los jóvenes les urge este referente. Esta es la opinión de los Paloni, un matrimonio misionero con 12 hijos que lleva casi 20 años anunciando el Evangelio en Holanda, corazón de la secularización en Europa.
Massimo y Patrizia Paloni han
participado recientemente en el Vaticano en el X Encuentro Mundial de
las Familias donde desde su propia experiencia hablar sobre cómo
“transmitir la fe a los jóvenes de hoy”.
Estos catequistas itinerantes del Camino Neocatecumenal propusieron, tal y como recoge Vatican News, “redescubrir, a través de la iniciación cristiana, la radicalidad del Evangelio como fue el caso de los primeros cristianos en medio un mundo pagano”.
Este matrimonio tiene seis hijos y seis hijas. A todos ellos les enseñan diariamente a relacionarse con la Palabra de Dios para que ilumine sus vidas. Pero no por ello dejan de ser niños y adolescentes con sus crisis y problemas típicos de estas edades.
La transmisión de la fe a los jóvenes es
–aseguran- “una tarea de crucial importancia que espera a la Iglesia y a
todos los bautizados hoy”, sobre todo ante la pérdida del sentido de Dios y lo que hoy se ofrece a esta nuevas generaciones": pornografía, drogas, ideología de género.
Además, son muchos los niños que debido a
la ruptura del matrimonio de sus padres viven en el día a día sin uno de
estos referentes. “Sin apoyo y ayuda muchos jóvenes se encuentran sin ningún punto fijo y se pierden”, añaden.
Sin embargo, tienen la certeza de cómo la
fuerza de atracción de la fe funciona. Son jóvenes que se juntan con
familias de fe probada y que acompañan a este grupo. “Los jóvenes se sienten atraídos por la familia cristiana en la que ven una fe viva.
En estos grupos, los jóvenes comienzan a leer la Palabra de Dios, a
reflexionar sobre los mandamientos como forma de vida, a redescubrir el
Sacramento de la Reconciliación y a entrar en contacto con la vida
cristiana de una familia concreta”, cuenta este matrimonio.
Sin embargo, Massimo y Patrizia advierten que “nadie puede dar lo que antes no recibió… En la pastoral de los jóvenes es fundamental el testimonio de las familias
que, habiendo recibido primero el amor gratuito de Cristo y de la
Iglesia, acogen en este amor a los jóvenes alejados presentándoselo como
vivo y actual”.
“El poder de atracción del cristianismo consiste enteramente en el poder del testimonio”, añade el matrimonio.
En su intervención también hablaron de una
catequesis que ellos recibieron en su momento y que ahora transmiten.
“Se nos ha dicho que en el centro de la familia hay tres altares.
El primero es la mesa de la Sagrada Eucaristía, sobre la cual
Jesucristo ofrece el sacrificio de su vida y su resurrección por nuestra
salvación. El segundo es el lecho nupcial, donde se cumple el
sacramento del Matrimonio en el ofrecimiento mutuo y se da el milagro
del amor y de la vida nueva. El tercero es la mesa, donde la familia se
reúne a comer, bendiciendo al Señor por sus dones. Así, cada comida se
convierte en un encuentro en el que se discuten los temas y problemas
encontrados en la vida o en la escuela y donde todos participan y se
vive la comunión”, comentan.
Este matrimonio ya participó en el Sínodo de la Familia de 2015 con su último hijo recién nacido.
Massimo y Patrizia, esposos muy jóvenes, 24 años, 20 ella, no han estado exentos de problemas.
Eligieron formar una familia cristiana con la mejor de las intenciones,
pero en los primeros años de matrimonio, al descubrir sus diferencias y
sus defectos, se arriesgaron a encerrarse por completo en sí mismos.
Entonces, gracias a la comunidad
neocatecumenal en la que estaban insertos, comenzaron a hablarse con
sinceridad, a mirarse en su interior y reconocer sus errores y lo que se
interponía en su camino conyugal, y fue para ellos "un nuevo comienzo, como unas bodas de Caná".
“Después de haberse quedado sin el 'vino'
del enamoramiento y amarnos a base de nuestro esfuerzo, Jesucristo nos
ha dado gratuitamente el nuevo y embriagador vino del perdón. Hemos
descubierto que la apertura a la vida no es una ley onerosa, sino la
liberación del egoísmo, sin el cual el matrimonio se tambalea. Con gran sorpresa, Dios nos ha hecho desear a cada hijo que nos ha dado”, concluyen.
No es la primera vez que este matrimonio habla públicamente en el Vaticano. Ya en 2015 intervino en la Asamblea del Sínodo de la Familia, al que acudieron con su último hijo recién nacido.
En aquel momento, Patrizia dijo al resto de
los participantes: “Desde el tiempo del noviazgo, el conocimiento del
Magisterio de la Iglesia fue para mí una promesa que me llenó de
alegría, porque podía adherirme a la voluntad de Dios eligiendo
libremente para la vida. Junto a muchísimas familias quiero expresar mi
profunda gratitud al beato Pablo VI por la encíclica Humanae Vitae, con
la que la Iglesia como madre y maestra me ha anunciado la verdad de la
vida. A pesar de los combates de cada día puedo testimoniar que esta
promesa se ha realizado en el matrimonio: una verdadera gracia. No ha
sido un peso vivir la fidelidad conyugal y la apertura a la vida,
acogiendo todos los hijos que Dios nos quería dar, y he experimentado
que la paternidad responsable no es decidir el número de hijos, sino
más bien ser consciente de la grandeza de la vocación de colaborar con
Dios en la creación de hijos para la eternidad, hijos que den gloria a Dios. Hoy me siento feliz y realizada como mujer, esposa y madre”.
Y añadía: “Cada día, en torno a nosotros, vemos mucho sufrimiento, separaciones, abortos, personas solas sin esperanza.
El mundo está esperando el testimonio de la familia cristiana y estamos
convencidos de que la salvación de la humanidad pasa por la familia
cristiana. Si las familias fuesen ayudadas a reconocer la verdad de la Humanae Vitae responderíamos
a la crisis de la familia, porque como hemos experimentado: ¡la
comunidad cristiana salva a la familia y la familia salva a la
Iglesia!”.
https://www.religionenlibertad.com/vida_familia/631181077/paloni-familia-cristiana-fe-jovenes.html