Ucrania: sacerdote brasileño del Camino Neocatecumenal acoge a los refugiados en su parroquia
Thu, 31 Mar 2022 19:59:00
Vatican News
El padre Lucas Perozzi, misionero brasilero, se encuentra en Kiev,
capital de Ucrania. En los primeros días de la guerra, él y otros tres
sacerdotes han acogido a unas 30 personas en la parroquia de la
Dormición de la Santísima Virgen María. Desde entonces, no duerme ni
come mucho e incluso ha estado enfermo durante un tiempo. Aunque podría
abandonar el país si quisiera, ha decidido quedarse con la gente a la
que vino a servir y a la que ama.
"La gente en este tiempo de guerra no podía permanecer en sus propias
casas y pasaba las noches en búnkeres y en estaciones subterráneas. Era
terrible, porque estos lugares son fríos, sucios y el ambiente es muy
oscuro. Estaban asustados, atemorizados. Los que vinieron a quedarse con
nosotros, ahora pueden dormir toda la noche, en un ambiente tranquilo, a
pesar de la guerra. Aquí hay una solidaridad fraternal, la gente se
ayuda mutuamente. Cuando alguien está deprimido, triste y con miedo,
otro que no se siente tan mal, le anima", explica el padre Lucas,
mientras sigue con sus actividades diarias. Mientras habla con la
fundación internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), cuenta que
se escucha el ruido de los ataques bélicos durante todo el día. Los
recursos también escasean. "Algunas tiendas siguen abiertas, pero sus
estanterías están cada vez más vacías. Los medicamentos también empiezan
a agotarse", añade.
La ayuda del Camino Neocatecumenal
El padre Lucas está en Ucrania desde 2004. Cuando era joven, asistió a
un encuentro del Camino Neocatecumenal en Italia y acabó siendo
invitado a ir a Ucrania, donde se ordenó sacerdote. Su estancia en este
país del Este ha estado muy ligada a la fundación ACN. "Recibimos mucha
ayuda de ACN, y no sólo ahora durante la guerra. El seminario misionero
diocesano Redemptoris Mater, donde me formé, recibía y sigue recibiendo
ayuda de ACN. Gracias a esta fundación pude adquirir un vehículo que
utilizo para el trabajo pastoral aquí en la parroquia. La iglesia en la
que se alojan estas 30 personas se construyó en gran parte gracias al
apoyo de ACN, y acabo de enterarme de que hemos recibido también de
ellos una ayuda de emergencia para continuar nuestro trabajo, ¡así que
estamos muy agradecidos!".
La guerra no puede apagar la luz de la esperanza
Pero la comunidad sigue necesitando mucha ayuda. El padre Lucas
cuenta que acaba de llegar una nueva familia con dos niños. En estas
circunstancias, la gente busca sobre todo refugio y apoyo espiritual.
Según el sacerdote, ni siquiera la guerra puede apagar la luz de la
esperanza. "Ayer tuvimos una boda ¡y hoy tenemos otra! La gente también
viene a confesarse. Me impresiona, porque la gente viene y nos pide que
los casemos, aunque saben que no podemos preparar nada elegante. No
tienen ilusiones románticas, quieren vivir estos días en gracia de Dios,
en familia. Incluso en medio de la guerra podemos ver que Dios es amor,
sigue amando a todos y cada uno de nosotros sin límites".
Ser semillas de paz y esperanza en medio de la guerra
La vida es difícil y constantemente peligrosa, pero al padre Lucas no
se le pasa por la cabeza abandonar Ucrania. "Su vida es mi vida, su
destino es mi destino", concluye. Y no está solo. Como él, miles de
sacerdotes y religiosos decidieron quedarse con el pueblo ucraniano,
para ser semillas de paz y esperanza en medio de la guerra. Mientras
tanto, ACN, que lleva más de 60 años ayudando a Ucrania con diferentes
proyectos, ha intensificado su apoyo a los sacerdotes y religiosas que
prestan ayuda material y espiritual a las víctimas de esta guerra.