Para las madres de la Orden de Predicadores, fue «un momento de mucha
alegría» por poder recibir a una nueva hermana en la comunidad.
«Estamos llenas de agradecimiento al Señor por regalárnosla y a ella por
responder positivamente a la llamada», expresó sor Isabel María,
superiora de las Anas. Más de 20 años han pasado desde la última toma de hábito producida en este monasterio, motivo por el cual la comunidad se «volcó completamente en los preparativos de este día».
Sor
Miriam de Jesús es el nombre de la nueva madre dominica de este
centenario monasterio. Entusiasmada y con alegría, afirmaba, tras su
toma de hábito, que se sentía «la mujer más feliz del mundo»,
pues para ella era «un día muy esperado». La nueva novicia aseguraba
que, aunque «la espera se ha hecho larga», había afianzado su «deseo de
la entrega a Cristo».
Miriam Pérez López nació en el seno de una familia cristiana y vivía su fe en una comunidad del Camino Neocatecumenal.
Dos sacerdotes por hermanos y una Hermana de la Caridad por madrina,
son los antecedentes familiares que, tras sentir la llamada, hizo pensar
a Miriam, con gran sentido del humor, que su madre «le echaba algo raro
a la comida».
Dos años componen la espera de una postulante, tiempo de discernimiento y formación, antes de iniciar el noviciado:
«Unos años que sirven para ir asimilando la vida religiosa hasta sentir
un deseo inmenso que te arrastra hacia Él». La joven confesaba haber
vivido una vida plena: «Era abogada, tenía y hacía lo que quería, tuve
varios noviazgos y soñaba con casarme y formar una familia numerosa.
Pero todas esas expectativas que yo tenía humanamente, el Señor las ha
superado con creces. Es tanto lo que Él te llena, que el «sí» te sale
solo».
Durante la celebración, Sebastián Chico comparó el momento
de la postración, especificado dentro del ritual dominico, con la
parábola del grano de trigo pues, «al igual que el grano de trigo cae en
la tierra y muere para dar fruto, esta hermana muere a su voluntad para
nacer a una vida nueva». El obispo auxiliar y delegado para la Vida
Consagrada agradeció a los padres de sor Miriam de Jesús su «gran
generosidad al entregar a la Iglesia, no solo dos hijos sacerdotes, sino
ahora, también, a una hija». Alegre por el acontecimiento, bromeó con
las madres dominicas advirtiéndolas: «No le apretéis mucho los tornillos a esta chica, que ha costado mucho».
En las últimas décadas, las vocaciones religiosas han experimentado un importante descenso
como consecuencia de «hacer oídos sordos a la llamada de Dios», por eso
sor Miriam de Jesús se dirigía así a todas las mujeres: «Nunca es
tarde. Si el Señor me esperó a mí pese a mi resistencia, no os cerréis a
nada, nunca se sabe por dónde puede soplar, sea para lo que sea. ¡No
tengáis miedo! Ni casada, ni soltera, ni virgen consagrada, ni moja de
clausura…, lo importante es que el Señor te coloque, te ubique. Abriros a
su voluntad porque merece la pena. El Señor nos quiere felices, no nos
quiere siendo unos profundos amargados de la vida».
https://www.laverdad.es/murcia/nueva-novicia-toma-20210416190146-nt.html