En la muerte de Rubén y David: "Que esto no nos permita dudar del amor de Dios"
Fri, 22 Jan 2021 11:11:00
Alfa y Omega
La parroquia Santa Catalina Labouré ha acogido este jueves, 21 de
enero, por la tarde una Misa funeral por el sacerdote Rubén Pérez y el
padre de familia David Santos, fallecidos este miércoles
en la explosión del centro parroquial de Virgen de la Paloma. Una
ceremonia íntima a la que han asistido sus familiares y allegados, así
como hermanos de comunidad y catequistas del Camino Neocatecumenal, en
el que ambos caminaban en la fe.
La Eucaristía ha estado presidida por Pablo Pérez Ayala, hermano de
Rubén, y concelebrada por numerosos sacerdotes, entre ellos Alejandro
Aravena, Moisés León y Gabriel Benedicto, sacerdotes de la parroquia en
la que se produjo el suceso, que se encontraban allí en el momento de la
deflagración y que resultaron ilesos. También han estado Avelino
Revilla, vicario general de la diócesis de Madrid; Juan Fernández,
rector emérito del seminario Redemptoris Mater de Madrid, y Alfonso
Lozano, vicario episcopal de la III, donde se ubica La Paloma.
Antes de comenzar la celebración, y ante los féretros de los
difuntos, el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, ha ofrecido un
responso en el que ha pedido «que nuestro hermano, el presbítero Rubén,
goce ahora contemplando cara a cara esta misma Verdad» que «nos predicó
con celo». Y que «Nuestra Madre la Virgen María, en esta advocación de
la Paloma», muestre a ambos a su Hijo.
El féretro de Rubén estaba recubierto con su casulla y su estola, y
con su Biblia, «la que le ha fortalecido», ha explicado su hermano, con
la que escrutaba la Palabra, y que fue rescatada de entre los cascotes. Y
ambos tenían también una palma, porque «han profesado su fe» en
Jesucristo, en el Padre y en el Espíritu Santo, y con esta fe se han ido
al cielo, ha destacado.
«¿Es Dios un monstruo?», ha planteado el catequista de David y Rubén,
Cristóbal Arjona, en la monición de entrada. «¿Esto tiene sentido?».
«¿Es posible el consuelo?». La respuesta es la Resurrección de Cristo,
dijo. «Cristo ha vencido a la muerte, y nuestra vida es posible hoy»,
por eso, «vamos a celebrar que el cielo está abierto».
Durante la homilía, el celebrante ha asegurado que Rubén y David
fueron dos hermanos de comunidad «que han partido juntos» y que ya en
este mundo estaban unidos por un vínculo muy profundo: una «amistad
verdadera», porque estaba «fundada en Jesucristo».
En este jueves, día en que justo se cumplían los siete meses de la
primera Misa de Rubén, recordaba el sacerdote sus palabras en su también
primera homilía como presbítero, en las que decía tener la «certeza de
que el Señor no le iba a abandonar». Y así se lo dijo Pablo Pérez a
Sara, la mujer de David: «Tú sabes que el Señor nunca te ha defraudado»
y, como dice la Escritura, «el Señor no abandona a la viuda y al
huérfano».
Y aunque haya momentos de desierto, como en el que se adentrarán los
familiares de los fallecidos y como recordaba la lectura de Oseas
–elegida porque fue la que se proclamó en la boda de David y Sara–, el
desierto es el lugar en el que «nos encontramos con el Señor», y en el
que «descubrimos que sin Él nada tenemos».
«¿El tío Rubén se ha llevado el teléfono al cielo?»
«Papá nos va a cuidar desde el cielo», decían hoy las hijas de David.
Y uno de los sobrinos del sacerdote fallecido preguntó: «¿Pero el tío
Rubén se ha llevado el teléfono al cielo?». El celebrante ha puesto como
ejemplo esta fe y confianza de los niños, y ha asegurado que no hacen
faltan móviles porque «vamos a estar en una comunión perfecta». Ha
apelado también a la esperanza, la que demostraron sus padres «mientras
veíamos cómo se apagaba» la vida de Rubén. «Que esto no nos permita
dudar del amor de Dios», dijo su padre.
Pablo Pérez Ayala ha concluido su homilía reconociendo que fue una
«gracia» administrarle a su hermano la Unción y la indulgencia y, como
le escribieron en la corona de flores y decían las niñas de David, pidió
que ambos «cuiden juntos de nosotros desde el cielo y, si no están ya,
que puedan estar pronto disfrutando del Señor en su presencia».
Tras la Misa funeral, que ha reunido a más de 14.000 espectadores
simultáneos en YouTube, los entierros serán este viernes también en la
intimidad familiar. En los próximos días se darán los detalles del
funeral diocesano presidido por el arzobispo.
Mensaje de la Casa del Rey
Por otra parte, la Casa de Su Majestad el Rey ha hecho llegar al arzobispo de Madrid,
cardenal Carlos Osoro, un telegrama en el que expresa que «hemos
sentido profundamente y seguido muy de cerca las trágicas noticias sobre
el fallecimiento de las cuatro personas en la explosión del edificio
del Arzobispado de Madrid en la calle Toledo».
«En estos momentos de dolor, queremos trasladar, por su intermedio,
el pésame a las familias de los fallecidos, así como toda nuestra
cercanía y cariño. También enviamos nuestro apoyo y mejores deseos de
pronta recuperación a los heridos y afectados», asevera.