CAMINEO.INFO.- La aprobación del Directorio Catequético del Camino Neocatecumenal por parte de las autoridades competentes de la Santa Sede es un acto histórico que confirma la validez de la liturgia, de la catequesis y de las obras de esta Fundación de bienes espirituales que cuenta con casi un millón de seguidores.
Así lo afirmó Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal, durante una rueda de prensa que se celebró hoy a renglón seguido del encuentro con el Papa Benedicto XVI, y que tuvo lugar en los alrededores de la Puerta Angélica, que da acceso al Vaticano.
El fundador del Camino explicó el largo camino personal y de la Fundación para llegar a este reconocimiento.
Argüello habló de las “muchas dificultades, de los prejuicios de párrocos y obispos, de acusaciones y de historias extrañas por algunos que no conocen el Camino”, y habló también de “la disponibilidad, de la ayuda y de la solicitud con la que la Iglesia y los pontífices han ayudado al Camino Neocatecumenal”.
El primero en apoyar el Camino fue el papa Pablo VI. El papa Luciani lo quiso en las parroquias de Venecia cuando era aún Patriarca. Juan Pablo II lo reconoció “como un itinerario de formación católica, válido para la sociedad y los tiempos actuales”. Benedicto XVI conoció a los neocatecumenales cuando era aún profesor en Regensburg, y trabajó para introducirles en las parroquias de Alemania.
A pesar de las acusaciones que resultaron falsas, de dividir a las comunidades parroquiales, de entrar en conflicto con la pastoral de algunos párrocos y obispos, el Camino Neocatecumenal ha crecido de forma increíble llenando iglesias y seminarios, con familias numerosas que cada vez más se ofrecen para llevar la misión católica al mundo.
Los números son impresionantes. Presentes en 1320 diócesis de 110 países en los cinco continenes, con 20.000 comunidades activas en 6.000 parroquias. Sólo en Roma, el Camino está presente en 100 parroquias y 500 comunidades. En Madrid están presentes en 85 parroquias y 300 comunidades.
Además del encuentro mantenido con el Pontífice Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro, el 10 de enero de 2009, con ocasión de los 40 años del nacimiento de la primera comunidad neocatecumenal en Roma, en la parroquia de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento y de los Santos Mártires Canadienses, Kiko presentó al Papa las primeras 14 comunidades de Roma dispuestas a dejar su parroquia, donde habían concluido el itinerario neocatecumenal, para ir en misión, a invitación de los párrocos, a zonas marginales difíciles: barrios a menudo degradados, con mucha violencia, droga, familias destruidas, inmigrantes.... donde la Iglesia encuentra dificultades en hacerse presente y ayudar a las personas.
La eficacia y la fuerza de la catequesis del Camino la demuestra también la apertura de 78 seminarios diocesanos misioneros Redemptoris Mater, de los cuales 37 en Europa, 26 en América, 7 en Asia, 6 en África, y 2 en Australia.
Desde 1990, año de las primeras ordenaciones, hasta hoy, los presbíteros ordenados en los diversos seminarios Redemptoris Mater son más de 1600 y hay cerca de 2000 actualmente preparándose para recibir las Órdenes sagradas.
Confirmando una profunda vocación misionera, desde 1985 el Camino envía familias numerosas en los lugares donde la fe esta desapareciendo o no ha llegado nunca.
En 1985 Kiko, Carmen y el padre Mario, presentaron a Juan Pablo II un proyecto para reevangelizar el norte de Europa con el envío de familias misioneras, acompañadas por presbíteros. En 1986 el Papa envió las primeras tres familias: una al norte de Finlandia, otra en el barrio rojo de Hamburgo y la tercera a Estrasburgo.
Hoy, el número de las familias del Camino en misión para la nueva evangelización en 78 países es de más de 800, con 3.097 hijos, de las cuales 389 en Europa 189 en América, 113 en Asia, 56 en Australia, 46 en África y 15 en Oriente Medio.
Se trata de familias que, a través del anuncio del Evangelio y de un itinerario de iniciación cristiana de diversos años, han sido reconstruidas, han redescubierto el don de la comunión, y por ello se han abierto a la vida, y que por gratitud a Dios y a la Iglesia se ofrecen para ir allí donde un obispo vea la necesidad del testimonio de una familia cristiana.
Para comprender la eficacia del Camino, Kiko explicó su experiencia de vida, cuando siendo ateo, comunista radical, con la cabeza llena de prejuicios contra la Iglesia y el cristianismo, había llegado al punto de que quería suicidarse.
Después de una experiencia personal de conversión, pasó tres años junto a los más pobres entre los pobres en las chabolas de Palomeras Altas en Madrid, que le permitieron encontrar la fe e iniciar el Camino Neocatecumenal.
La pregunta a la que debemos responder todos, también los obispos y los cardenales, dijo Kiko, es “qué significa ser cristianos hoy”.
“No se trata de responder con filosofías o con citas de libros, sino con la convicción profunda de que el cristianismo es la religión del amor”.
“Amaos como yo os he amado, dijo Jesús, y sólo su grandísimo amor nos da la fuerza para superar los sufrimientos y la muerte”.
“La fe en Jesucristo nos da la vida eterna – subrayó Kiko – y podemos reconquistar a aquellos que han dejado la Iglesia o que nunca la han conocido, sólo con la belleza del amor que caracteriza a nuestras comunidades”.