Zamora/ España.- El Santísmo Cristo de Morales del Vino ha abandonado su famosa
ermita en contadas ocasiones en la historia. La última el pasado sábado,
cuando fue trasladado a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de La
Asunción, donde se celebra un novenario en honor al Cristo que comenzó
ayer y finalizará el lunes 14 de septiembre, día de la Exaltación de la
Santa Cruz.
El Cristo de Morales ha participado en procesiones, rogativas u otro
tipo de celebraciones en situaciones muy excepcionales. Tal es así, que
la primera vez que la imagen abandona la ermita es en el siglo XVII por
obras en el templo; posteriormente como consecuencia de la invasión
napoleónica; más tarde debido al cólera; por sequía, etcétera.
Diferentes momentos históricos en los que el Santísimo Cristo ha
descendido del altar de la ermita para dar consuelo y cobijo a los
numerosos fieles que depositan en su advocación fe y esperanza.
En la actual situación de pandemia por el coronavirus, el párroco de
Morales del Vino, Francisco Ortega Vicente ha pensado que la presencia
del Cristo en la localidad puede servir de alivio y consuelo para la
comunidad cristiana, y por eso ha promovido el traslado de la imagen
hasta la iglesia parroquial, contando para ello con el apoyo y la
colaboración del Ayuntamiento de Morales del Vino. Una vez más, los
fieles acudirán al Santísimo Cristo para pedir su intercesión por el
final de la pandemia.
La presencia del Cristo de Morales en la iglesia parroquial durante
el novenario con motivo de la Exaltación de la Santa Cruz no es casual,
puesto que en los orígenes la fiesta principal de esta advocación era el
día de la Santa Cruz, en vez del día 9 de mayo (San Gregorio), tal y
como se conoce en la actualidad.
Además, el traslado permitirá que más fieles asistan a las misas de
la novena, pues el aforo de la iglesia parroquial permite acoger a 80
fieles cumpliendo las distancias de seguridad, mientras que la ermita
solo permitiría que acudieran 35 personas cada día.
El descenso del Cristo del retablo mayor de la ermita y su
posterior traslado hasta la iglesia parroquial tuvo lugar el sábado al
mediodía. El párroco, la alcaldesa de Morales del Vino, un grupo de
fieles devotos, y algunos jóvenes y niños se congregaron frente al
Cristo la mañana del sábado para rezar ante su imagen y pedir que les
asistiera durante el proceso de traslado del Santísimo Cristo. Una vez
recibida la bendición de Dios, y contando con la presencia de un
restaurador y un técnico de desmontaje, se procedió al descendimiento y
traslado - en vehículo adaptado para transportar obras de arte - hasta la
iglesia.
Ya en el templo parroquial de Morales del Vino, el Santísimo Cristo está
situado en el altar mayor, vistiendo la misma ropa que en siglos pasados
ha vestido durante otras pandemias que padeció la humanidad. La talla
se ha colocado sobre un soporte hecho para la ocasión en un taller
metálico de la zona, anclado a la mesa del Nazareno.