Desde el Arzobispado de Granada no podemos sino protestar enérgicamente por los continuos ataques a la Iglesia Católica en Nicaragua, y pedimos la liberación del obispo de la Diócesis de Matagalpa, D. Rolando Álvarez, que fue detenido en la madrugada de ayer, junto con varios sacerdotes y laicos, acusados de organizar “grupos violentos” para desestabilizar al gobierno de Nicaragua.
La Iglesia Católica ha estado viviendo en Nicaragua, en estos últimos tiempos, verdaderos brotes de odio, de violencia y de represión. El gobierno de Nicaragua ha intentado amedrentar a los católicos de ese país reteniendo por 16 días al obispo en la sede de la curia, y posteriormente, en la madrugada de ayer, lo “han secuestrado” junto con las otras personas, de modo que aún se desconoce su paradero; y no conforme con ello, ha destruido parte del patrimonio de la Iglesia, y ha sustraído de las iglesias imágenes significativas para el pueblo cristiano.
La Iglesia Católica, madre y evangelizadora, busca siempre la reconciliación y el reencuentro; a pesar de nuestros muchos pecados, la Iglesia ha sido y es fuente de humanidad plena, sin censuras ni parcialidades ideológicas. La diócesis de Granada tiene un amor grande por la Iglesia en Nicaragua, como por la de nuestros otros países hermanos en América Latina. Por ello, desde nuestro Arzobispado, pedimos la inmediata liberación de todos los presos políticos, de los católicos retenidos por el odio y la violencia, así como el cese de las persecuciones y la reconstrucción de la paz.
Arzobispado de Granada
20 de agosto de 2022