Card. Poli a los judíos: la catedral está abierta para hablar el lenguaje de la misericordia
Tue, 11 Nov 2014 04:10:00
Las comunidades católica y judía de Buenos Aires coincidieron el domingo 9 por la tarde en la catedral metropolitana para recordar un nuevo aniversario de la "Noche de los Cristales Rotos", considerada como el inicio de la persecución del régimen nazi a los judíos.
La ceremonia contó con la presencia del arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Poli, que, al recordar los incidentes del año pasado, aseguró que las puertas del templo mayor de la ciudad "siempre estarán abiertas para que hablemos en el lenguaje de la misericordia y para que invoquemos al Dios que es uno solo, al Dios de la humanidad".
El acto interreligioso fue organizado por la Comisión Arquidiocesana de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la arquidiócesis de Buenos Aires y por la Comisión de Diálogo Interconfesional de B'Nai B'Rith Argentina. Asistieron, entre otros, el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig; el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, referentes judíos y sobrevivientes del holocausto.
El acto fue conducido por el presbítero Fernando Gianetti, a cargo del diálogo interreligioso en el arzobispado porteño, y Boris Kalnicki, de la entidad judía convocante. Al comienzo de la ceremonia se encendieron seis velas de recordación por los fallecidos. Uno de los invitados a prender la vela fue Moisés Borowicz, sobreviviente del holocausto. También encendieron candelas el nuncio apostólico, el obispo Ojea, la embajadora de Israel, Dorit Shavit, y sus pares de Alemania, Italia y Grecia.
Al hacer uso de la palabra, el cardenal Poli valoró el gesto de recordación y la misericordia de Dios, que mantiene su alianza de amor con los hombres a pesar de las atrocidades que pudieran realizar.
El purpurado recordó que Dios, al revelarse a Moisés, se manifestó "compasivo, clemente y paciente, rico en bondad y fiel", y agregó: "Si podemos hacer memoria, es porque este Dios es rico en misericordia y puso en nuestro corazón el recordar lo que nunca debemos hacer: atentar contra el hermano; así entendemos cómo Dios renovó continuamente su alianza de amor, a pesar de nuestros pecados y miserias".
"El corazón de Dios es misericordioso y capaz de poner en nuestro corazón, que está bien hecho para el amor y la misericordia, sus mismos sentimientos, si lo aceptamos", agregó el arzobispo.
"La misericordia divina –agregó- perdona los pecados imperdonables, y entonces hay esperanzas a pesar de los pecados históricos y sociales, a pesar de la Shoá. Por eso, quiero decirles, en forma contundente, que las puertas de esta casa siempre estarán abiertas para que hablemos en el lenguaje de la misericordia y para que invoquemos al Dios que es uno solo, al Dios de la humanidad y Dios Padre de los más de 7.000 millones de hombres que estamos zapateando sobre el planeta pidiéndole amor".
"A este Dios –añadió- digno de compasión y de misericordia, le pedimos que no nos suelte la mano, que sepamos perdonar, mirar con esperanza, que nos dé siempre el consuelo sobre los dolores pasados, pero que tengamos el alma pura y podamos imaginar una humanidad en paz", anheló el cardenal Poli.
"Que el Señor nos bendiga a todos en esta noche, que nos conceda a todos su paz, que nos conceda a todos su misericordia", concluyó.
El rabino Fabián Skornik, de la comunidad Lamroth Hakol, agradeció la concurrencia "para recordar a las víctimas de una tragedia enorme" e invitó a "transformar la experiencia vivida y los hechos estudiados en experiencias de aprendizaje".+
