«La Iglesia no puede traicionar la verdad. No podemos estar diciendo a la gente que determinado tipo de comportamiento que siempre ha sido condenado por la Iglesia, ahora, de repente, está permitido». Con esas palabras se ha manifestado el metropolita Hilarion de Volokolamsk, responsable de las relaciones externas del Patriarcado de Moscú, y delegado ortodoxo en el sínodo, sobre la posibilidad de que la Iglesia Católica cambie su valoración acerca de las relaciones y uniones homosexuales.
Hilarión asegura que «el tema de la familia es un problema serio, especialmente hoy en día en Europa y América del Norte, donde los políticos, el sistema educativo y los medios de comunicación están promoviendo una idea de la familia que no se corresponde con la postura tradicional de nuestras Iglesias, según la cual la familia está formada por la unión conyugal entre un hombre y una mujer».
Además explica que «en muchos países, además, se aprueban leyes que tienen aceptan como un modelo de familia alternativa la unión de personas del mismo sexo. Hay un vivo debate entre los cristianos de este tiempo sobre la forma de afrontar estas nuevas formas de unión que quieren equiparar a la institución familiar. De hecho, existen comunidades protestantes que adoptan ese lenguaje para tratar las uniones entre personas del mismo sexo, pero para las Iglesias que se enraizan en la Santa Tradición, a saber, la Iglesia Católica Romana y la Iglesia Ortodoxa, ese concepto no es aceptable».