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Cuando el papa Francisco visite Qaraqosh, a darle la bienvenida
también estará la gran estatua de la Virgen recién izada en el
campanario de la iglesia dedicada a María “al Tahira” (toda pura). Desde
la torre del santuario, la estatua de María se destaca sobre el perfil
de la ciudad ubicada en la llanura de Nínive, que es uno de los destinos
de la visita papal del 5 al 8 de marzo próximo.
La colocación de la estatua, que se llevó a cabo el 11 de enero,
tiene una fuerte connotación simbólica como signo del renacimiento de la
ciudad iraquí, que un tiempo estuvo habitada por una gran mayoría de
cristianos sirio-católicos y que de 2014 a 2016 terminó bajo el dominio
de los yihadistas del Estado Islámico (Daesh).
El complejo de Santa María al Tahira, con sus dos iglesias, la
antigua, que data del siglo XIII, y la nueva, construida en la primera
mitad del siglo XX, es el lugar de culto más conocido y representativo
de toda la ciudad. También por este motivo, entre 2014 y 2016, los
milicianos yihadistas de Daesh transformaron ese santuario en una
guarnición militar, utilizándolo como campo de tiro y almacén de armas.
Durante y después de la ocupación yihadista, la iglesia fue saqueada y
devastada. Su restauración, iniciada hace algún tiempo, culminó con la
colocación de la estatua de María en la torre del santuario.
Los yihadistas de Daesh, ya asentados en Mosul, conquistaron Qaraqosh
en la noche del 6 al 7 de agosto de 2014, obligando a decenas de miles
de habitantes cristianos de la ciudad a huir. La multitud de cristianos
que huyeron de Qaraqosh encontró refugio en gran medida en el área de
Erbil y en otras áreas del Kurdistán iraquí. La liberación de Qaraqosh
de las milicias yihadistas se efectuó en octubre de 2016. Desde
entonces, las iniciativas y llamamientos dirigidos a favorecer el
regreso de los cristianos de Qaraqosh a sus hogares no lograron los
resultados deseados.+