Entrevista al cardenal Sean Patrick O’Malley, presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, tras culminar su Asamblea Plenaria, el 9 de septiembre en Roma.
La Pontificia
Comisión para la Protección de los Menores concluyó el
domingo 9 de septiembre la sesión plenaria que comenzó el
viernes pasado. Nuestro colega Sergio Centofanti entrevistó
al cardenal Sean Patrick O’Malley, presidente
de este organismo.
– El papa Francisco destacó la
importancia central de escuchar a las víctimas ya que lo que han
vivido representa una guía para la Iglesia en la custodia de
los menores víctimas de abusos sexuales. Ante la situación
actual y los hechos recientes, ¿ se está escuchando realmente a
las víctimas y cuánto se puede aprender de ellas?
-Ciertamente,
los recientes hechos en la Iglesia han centrado la atención de
todos en la urgente necesidad de una respuesta clara de la
Iglesia sobre el abuso sexual de menores. Por supuesto, una de
las responsabilidades de la Comisión es tratar de escuchar a
las víctimas. Siempre estamos atentos a escuchar sus
testimonios, que tanto aportan a nuestras deliberaciones
y nuestros juicios.
Esta vez, comenzamos nuestra reunión
escuchando los testimonios, en primer lugar, de una mujer de
América Latina que fue maltratada por un sacerdote; luego, la
madre de dos víctimas adultas de los Estados Unidos. La voz de
las víctimas es realmente importante.
En estos días nos hemos encontrado con los neo obispos y, como ha sucedido en otras ocasiones, he invitado a Marie Collins
a escuchar el testimonio directo de algunas personas que han
tenido la experiencia de sufrir este horror en sus vidas y por
lo tanto pueden explicar las consecuencias y repercusiones
que los abusos tienen sobre el individuo , la familia y
toda la comunidad.
Por tanto, llevar la voz de las víctimas
a todos los vértices de la Iglesia es crucial para hacer
entender a todos, qué tan importante es para la Iglesia dar
respuestas de manera rápida y correcta a cada situación de
abuso en cualquier momento que se manifieste.
De modo
particular, a la luz de la situación actual. Si la Iglesia es
incapaz de responder con todo su corazón y hacer de este asunto
una prioridad; todas nuestras otras actividades de
evangelización, obras de caridad y educación se verán
afectadas. Esta debe ser la prioridad en la que
debemos enfocarnos ahora.
– La Comisión a menudo
habla de su deber de promover la “responsabilidad local” de
la protección. ¿Qué significa esto en términos concretos?
y ¿es realista?
La Comisión es implacable en el llevar el mensaje de protección a todo el mundo.
Sabemos
que hay muchos continentes donde se trata de un tema nuevo, del
cual las personas a veces no hablan mucho, y de modo particular,
en tierras de misión, donde la Iglesia tiene muy pocos
recursos. Por lo tanto, desde nuestra última reunión, nuestros
miembros han participado en más de 100 conferencias en todo el
mundo. En este momento, se están planeando importantes
conferencias en Brasil, en colaboración con la Conferencia
Episcopal, así como en Colombia, México y Polonia.
También estamos trabajando diligentemente en la
elaboración de líneas guía: una de nuestras últimas
iniciativas es desarrollar instrumentos de verificación que
puedan ser utilizados por las Conferencias Episcopales para
medir la implementación y el cumplimiento de las mismas. De
esta forma, cuando los obispos lleguen a Roma con ocasión de las
visitas ad limina, podrán demostrar cómo han podido poner en
práctica estas líneas guía que cada Conferencia Episcopal ha
realizado por encargo de la Santa Sede y del
propio Santo Padre.
¿Qué feedback o comentarios está recibiendo la Comisión con respecto a estos esfuerzos?
Las
Conferencias Episcopales que nos han visto involucrados en
la educación y la formación nos han apoyado mucho. Una de
nuestras iniciativas ahora es crear en varios continentes los “Survivors’ Advisory Panels”
, (Comités de consulta para los supervivientes). El primero
será en Brasil, pero hemos iniciado el proceso también en África
y en Asia.
De esta manera, contaremos con grupos de
víctimas que puedan asesorar a las Conferencias Episcopales
locales, ofrecer su contribución, pero también consolidar el
trabajo de nuestra Comisión Internacional.
Existe
mucha confusión sobre el papel de la Comisión. A menudo ha
sido criticada por una aparente falta de “poder” en la
implementación de reformas incisivas. Sin embargo, el
mandato de la comisión establece que es un “órgano consultor”
del Santo Padre. ¿Cómo funciona el trabajo en sí mismo?
A
veces las personas me presentan como el presidente de la
“Comisión sobre el abuso sexual” y siempre los corrijo
diciendo que no, nuestra competencia se refiere a la
protección de menores: es realmente una tarea que se refiere a
la prevención. No somos un órgano que se ocupa de casos ya
perpetrados o de situaciones particulares de abuso. Estamos
tratando de cambiar el futuro, para que estas historias
tristes no se repitan; y llevamos a cabo esta tarea mediante la
adopción de recomendaciones que presentamos al Santo Padre.
Nuestra tarea también es promover las mejores prácticas y
directrices que tengan en cuenta la protección y la prevención.
Además,
llevamos a cabo programas de educación y capacitación para
aquellos que están en la cúspide de la Iglesia, para que nuestros
obispos, sacerdotes y religiosos sean conscientes de la
gravedad del asunto y tengan las herramientas para responder,
de manera que pongan como prioridad la protección de los
menores y el cuidado pastoral de la víctima.
Este es el
objetivo que impulsa nuestra actividad. Hay otros
Dicasterios en la Santa Sede que son responsables de abordar los
casos individuales y las circunstancias de abuso o
negligencia por parte de las autoridades. Nuestra Comisión no
puede ser considerada responsable de esas tareas: nosotros
tenemos nuestras competencias, que creo que son realmente muy
importantes. Tenemos un dicho en inglés que dice: “Una onza de
prevención vale una libra de protección”. En efecto, nuestro
trabajo es sobre prevención e intentar hacer de la Iglesia, el
lugar más seguro para niños y adultos vulnerables.
¿Cómo son las relaciones con los otros organismos de la Curia Romana?
Como
dije, una de nuestras responsabilidades es formar a los
líderes de la Iglesia. Por esta razón, hemos organizado
conferencias en muchos Dicasterios donde hemos tenido la
oportunidad de hablar sobre el tema. En estas ocasiones, me
acompaña siempre una víctima y hablo de la misión de la Iglesia
de brindar protección. Creo que estas reuniones han
sido muy exitosas.
Esta semana los miembros de nuestra Comisión se encontrarán con
los referentes de la Conferencia episcopal italiana y la
Congregación para Doctrina de la Fe.